José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch: "Nicaragua hoy no es una democracia, es una tiranía"
En el último capítulo de Miércoles de Mundo, conversamos con José Miguel Vivanco sobre la situación en Nicaragua que ya ha cobrado la vida de más de 350 personas en los últimos tres meses.
Tres meses han pasado desde que comenzaron en Nicaragua una serie de enfrentamientos entre la policía y las fuerzas paramilitares que apoyan al Presidente Daniel Ortega y los opositores al gobierno. De acuerdo a informes elaborados por organismos de Derechos Humanos, van más de 350 muertos y miles de heridos, aunque no se conoce con claridad si las cifras podrían ser mayores.
Lo que sí es claro, es que el conflicto es uno de los peores de las últimas décadas y no se había visto nada similar desde que el Mandatario llegó al poder hace once años.
Así lo indicó en el programa Miércoles de Mundo de La Tercera, el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, quien a través de un contacto telefónico desde Washington, manifestó que Ortega y su mujer Rosario Murillo, actual vicepresidenta del país, "han decidido desde algún tiempo resolver la crisis sobre la base de un baño de sangre".
"Han querido imponerse aplicando el terror y el terror lo están ejecutando policías con grupos de hampones, de civiles que andan encapuchados y con armas largas que disparan a matar. Aquí se ha generado una masacre y ejecuciones con total descaro, a plena luz del día, en contra de distintas comunidades y departamentos de Nicaragua. Actúan con una brutalidad inusitada, no he visto algo similar en muchos años o décadas en Centroamérica. No respetan a nadie ni siquiera a instancias internacionales", aseguró.
Consultado sobre las similitudes entre Ortega y Anastasio Somoza, ex presidente que fue derrocado justamente por la revolución sandinista, Vivanco señaló que las condiciones son distintas, pero que con toda claridad dice que "hoy Nicaragua no es una democracia, es una tiranía controlada por una pareja -Ortega y su mujer- que administran al país como si fuera una finca privada".
"La Iglesia hace lo que puede para defender a la población, pero la gente está expuesta a todo tipo de abuso, no hay donde encontrar amparo. Es una situación realmente desesperada y en muchos casos repugnante", agregó el representante de HRW.
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