Julio Borges, líder opositor venezolano: “Es un equilibrio frágil en el que está sentado Maduro”

Julio Borges
Julio Borges, expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.

Para el expresidente de la Asamblea Nacional, las recientes primarias de la oposición de cara a las presidenciales de 2024 pueden marcar el inicio de una transición política en Venezuela.


En enero pasado, el gobierno de Nicolás Maduro anunció que el Ministerio Público había solicitado una tercera orden de captura contra el fundador del partido opositor venezolano Primero Justicia Julio Borges, actualmente en el exilio. La razón: “Su participación en el intento de golpe de Estado del 30 de abril de 2019″.

Expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y excomisionado de Relaciones Exteriores del ya destituido gobierno liderado por Juan Guaidó, Borges acaba de lanzar, junto a Juan Miguel Matheus y Paola Bautista de Alemán, el libro “Las Transiciones de la Democracia: Entre la Libertad y el Autoritarismo”, una recopilación de ensayos y entrevistas a expresidentes, académicos y líderes preocupados por la creciente tolerancia hacia los gobernantes autocráticos.

En conversación con La Tercera, Borges se refiere a su libro, la actual situación en Venezuela, la crisis migratoria y el reciente triunfo de Javier Milei en Argentina.

¿Qué le pareció el resultado de las elecciones presidenciales en Argentina?

Desde lejos había la percepción de que iba a ser más cerrado después del último debate. Sin embargo, me pareció que al final fue una buena diferencia entre los dos candidatos. Me parece que Sergio Massa tuvo una muy buena respuesta frente al triunfo de Javier Milei, un contraste muy claro tanto con el kirchnerismo como con Milei de ser un tipo de Estado. Me parece que queda vivo también. A mí lo que me preocupa es ese tema del Banco Central, que creo que es un tema arriesgado, difícil y que a Milei puede salirle muy mal la jugada por ser tan radical.

De hecho, Milei confirmó tanto el cierre del Banco Central, así como su plan de dolarización. ¿Qué opina de esta última medida?

Argentina ya pasó por eso, entonces va a ser difícil. Creo que su relación con la región va a ser difícil, con el mismo Boric, con Lula, porque viene con una expectativa de tener como una actitud deliberante que lo va a hacer chocar, sin ninguna duda.

El representante del líder opositor venezolano Juan Guaidó, Julio Borges, es visto antes de una reunión del Grupo de Lima en Brasilia, el 8 de noviembre de 2019. Foto: Reuters

¿Qué le parecen las posturas que han manifestado en el entorno de Milei respecto a temas como la migración?

Sí, es un tema que ocupa la agenda, yo creo que desde Canadá hasta Argentina. Y es muy difícil. Debemos estar claros que, si no se ataca la causa de la migración, por lo menos en el caso venezolano, que es un problema más allá de lo económico, porque la gente migra por lo económico, pero no solo por lo económico, sino por el tema de las libertades, entonces podemos caer en unos cuadrantes que al final terminan victimizando al propio Nicolás Maduro. Entonces es un debate muy delicado, porque estamos al final jugando con la gente, con la dignidad de la gente y equivocarse hace mucho daño.

¿Le preocupa el fenómeno de la estigmatización de los migrantes venezolanos?

Muchísimo, muchísimo, porque lo he vivido. Y nosotros lo vivimos también en Venezuela con los colombianos. Recuerda que Venezuela fue un país que durante el siglo XX recibió más migración que toda la población venezolana desde que llegó Colón hasta el siglo XX. Es algo impresionante. Venezuela se hizo en el siglo XX con la migración latinoamericana y europea. Y hubo momentos también duros dentro de Venezuela, así como lo hemos vivido nosotros. En este momento fuera de Venezuela, en mi caso personal, en Colombia, porque es un país que ha recibido de manera muy rápida un volumen muy grande y, por supuesto, de los venezolanos que cruzan la frontera a pie, que, por lo general, son los más necesitados y los más pobres, lamentablemente.

En cuanto al momento político en Venezuela, ¿por qué cree que Maduro, pese al acuerdo de Barbados y las conversaciones que tenía con Estados Unidos, termina por desconocer el resultado de las recientes primarias de la oposición?

Es un equilibrio frágil en el que está sentado Maduro. Esos equilibrios frágiles son simplemente para mantenerse haciendo maromas. Pero en el fondo, Maduro está en una situación delicada, tanto política como económica, como internacional. Él sabe que los números, desde el punto de vista objetivo, no le dan para ganar la elección el año que viene. Y eso significa que él tendrá que hacer cosas verdaderamente monstruosas para imponerse por las malas en una elección no competitiva. Y luego, con Estados Unidos, él siente que la parte más dura ya pasó. En ese sentido, para Estados Unidos es una prueba de fuego, que lo que han venido declarando una y otra vez. Brian Nichols (jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina) de nuevo declaró que, si no hay avances, se iban a revisar las licencias que se dieron. Entonces para Estados Unidos es una prueba de fuego no quedar absolutamente desprestigiado frente a un dictador como Maduro. Y ahí el tema central, hoy por hoy, es la habilitación de María Corina Machado, que ganó las primarias. Entonces eso está por verse. Yo creo que Maduro está jugando simplemente a ganar, a recibir, no está dispuesto a dar, y ahí es donde se necesita no solo de Estados Unidos, sino de todos los países, comenzando también por Chile, que ha tenido una posición crítica frente a las violaciones de derechos humanos de Maduro, pues el esfuerzo y la presión para que se puedan lograr esas ventajas comparativas, esas ventajas de competencia en las elecciones que son apenas en 10 meses más.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y su par de Colombia, Gustavo Petro, se estrechan la mano mientras se reúnen en el Palacio de Miraflores, en Caracas, el 18 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

Estados Unidos le dio plazo a Maduro hasta el 30 de noviembre para garantizar a las elecciones libres en 2024. ¿Lo ve cumpliendo con ese ultimátum?

Se espera que el 30 de noviembre haya diferentes anuncios. El tema de la habilitación es uno, el tema de la observación internacional y las fechas del cronograma o del calendario electoral y la liberación de presos políticos, ojalá que todos. Yo creo que ellos siempre van a jugar a estar en la zona gris, entonces van a tratar de cumplir de manera ambigua con cada uno de estos temas. Pero va a tener que llegar un momento, hoy, mañana o pasado mañana, en el cual Estados Unidos y el mundo libre van a tener que trazar una línea y decirle, bueno, llegó el momento realmente de cumplir en blanco y negro, no en gris, en blanco y negro con todos estos temas electorales, habilitación, observación electoral, cronograma, acceso a los medios de comunicación, es decir, los temas básicos que estamos pidiendo nosotros desde la alternativa democrática. Y ese momento está por verse, tanto en noviembre como posterior a noviembre.

¿Crees que María Corina Machado tiene que llegar hasta el final en este proceso como candidata presidencial de la oposición o podría ser reemplazada?

Yo creo que ella logró un respaldo casi unánime de la población venezolana. Estoy seguro que ella va a ser la líder de todo este proceso, como ella misma lo ha tenido como bandera política hasta el final. Eso es insustituible. De manera que yo creo que en este momento lo que hay que poner es toda la presión para que ese proceso de habilitación se dé, no solo en el caso de ella, sino de todos los inhabilitados. Eso es lo más común en Venezuela, lamentablemente. En mi caso, por ponerlo como ejemplo, yo tengo una inhabilitación por 30 años. Es decir, yo por 30 años no podría tener ningún cargo público en Venezuela. Y así es la realidad de decenas de dirigentes políticos de nuestro país.

La líder de la oposición venezolana María Corina Machado muestra la credencial que recibió tras su victoria en las elecciones primarias de la oposición del 22 de octubre, en Caracas. Foto: Reuters

Respecto a su nuevo libro sobre las transiciones políticas, ¿cómo se gesta?

Es un libro que la verdad es que es muy oportuno para el momento de América Latina. Este año y el año que viene hay elecciones importantes en Estados Unidos, en Venezuela, en México, en Panamá, en Uruguay, en República Dominicana, en distintos países. Y este libro recoge una docena de conversatorios que tuvimos con expresidentes como Felipe González, el presidente Sanguinetti, el presidente Oscar Arias, el presidente Cardoso, sobre el estado de la democracia y cómo la democracia ha tenido transiciones de autoritarismo a democracia, pero cómo también hay retrocesos de democracia a autoritarismo. En el caso de Chile participaron diferentes políticos e intelectuales que estuvieron completamente involucrados en el proceso de la transición. Mariana Aylwin, Sergio Bitar, José Antonio Viera-Gallo, Oscar Izurieta, José Miguel Vivanco también, y Roberto Ampuero. Es decir, hay un elenco muy variado, en este caso, de conversatorios de personas de Chile que participaron para dar su visión sobre temas como el populismo, la democracia, los derechos humanos y el proceso de transición en Chile. Y este libro, que está prologado por un profesor de Stanford llamado Larry Diamond. Este constituye, digamos, un estudio importante de la salud de la democracia en la región, de las experiencias de democratización en la región, y quiere en este momento contribuir, sobre todo en casos como el de Venezuela, a establecer esa experiencia. Las transiciones se construyen, las transiciones prácticamente nunca se dan al azar, y por eso es un libro que queremos que sea conocido en distintos países, porque trae lecciones para todos, y la lección principal es esa, la democracia es frágil. La democracia hay que mantenerla, regarla, cuidarla, podarla, embellecerla todos los días como un jardín, y si no el riesgo de retroceso democrático, como está viviendo la región, lamentablemente, en diferentes casos, es absolutamente indetenible. Entonces creo que todo esto entra en un marco más grande de una crisis general de la democracia a nivel mundial, y esa crisis general creo que tiene como razón de ser la ruptura, el haberse dinamitado una visión compartida que más o menos mantenía que posiciones contrarias pudieran convivir y pudieran de alguna manera construir un destino común, y ese problema lo vemos en España, lo vemos en México, lo vemos en Estados Unidos, lo vemos ahora en Argentina.

Por último, a la luz de su experiencia editando este libro, ¿considera que las primarias opositoras pueden considerarse como el inicio de una transición política en Venezuela?

Es una muy buena pregunta, porque Maduro trató por todos los medios públicos, no públicos, formales, subterráneos, por represión, tratar de parar las primarias, y se hizo un esfuerzo enorme por meter una sobredosis de miedo- ahora todos los encargados de las primarias están siendo enjuiciados en Venezuela, interrogados por la fiscalía, y esa represión sigue-, pero sí creo que es muy interesante ver que a pesar de que prácticamente, había un solo candidato que era María Corina, sin embargo, la gente salió masivamente a votar, votó en las condiciones más contrarias que te puedas imaginar, haciendo el esfuerzo más grande en los lugares más informales que pudieron encontrar, y yo creo que eso no solo representa un apoyo a María Corina, que es muy importante, sino lo más importante, refleja esa voluntad de cambio que tiene el pueblo venezolano, que a mí me parece realmente admirable. La gente pensaba que el país estaba en coma, Maduro apostó que la gente no iba a salir y, sin embargo, en el momento menos esperado, masivamente salió la gente, y creo que ahora Maduro tiene eso como una especie de pesadilla, saber que cualquier elección más o menos competitiva, él estaría condenado a perderla, de manera que sí se puede decir que es un inicio a una transición, y lo que tenemos que es tener la inteligencia y la unidad para saltar todos los obstáculos que van a venir de aquí a la elección presidencial.

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