Karolina Gilas, politóloga mexicana: “la reforma de AMLO de ninguna manera pretende mejorar el sistema electoral”
En miras a las elecciones de 2024, esta semana el parlamento mexicano aprobó una polémica reforma electoral, que entre otras cosas despide a casi cuatro quintos del Instituto Nacional Electoral, y que ha sido fuertemente cuestionada por la oposición.
Desde hace un tiempo hasta ahora, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha estado atacando al INE, el Instituto Nacional Electoral. Esta semana, después de mucha discusión y con un senado a su favor, se aprobó el “plan B” de reforma electoral del presidente. Uno de sus principales fines es el de reducir el presupuesto de la institución cargo de organizar los comicios, pero en su amplitud, señalan los expertos, este cambió legislativo podría debilitar la legitimidad de las elecciones mexicanas.
Cientista política de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctora en Ciencias Sociales, Karolina Gilas conversó con La Tercera sobre las consecuencias que podría traer esta reforma. A su parecer, más allá de un interés en mejorar las elecciones, los fines de esta ley serían puramente políticos y con la intención, por parte de AMLO y su partido Morena, de mantener el poder.
¿De qué ha tratado el conflicto entre el sistema electoral y AMLO en los últimos años?
Es un conflicto que ha sido inventado y generado por el presidente, porque este sistema electoral, con estas instituciones, es el sistema que le permitió acceder al poder, y el que le dio oportunidad de ganar. Entonces, pues, que una fuerza política que haya ganado las elecciones cuestione de una manera tan profunda y fuerte el diseño electoral, es algo muy poco común.
Hay que leerlo en un contexto político, de intenciones políticas, que de ninguna manera creo que pretendan mejorar el sistema electoral, ni buscan que este tenga mayor legitimidad, o más equitativo o imparcial. Por el contrario, lo que principalmente busca esa reforma es fortalecer el control político, de tipo autoritario, del oficialismo sobre el sistema.
¿Qué acusaciones hace AMLO al INE?
Esa conflictividad entre el presidente y el Instituto Nacional Electoral, viene precisamente de numerosas declaraciones de AMLO, que ha intentado minar la legitimidad pública que tiene el INE, entre las instituciones más valoradas por la ciudadanía mexicana. Ha buscado, con sus declaraciones, instalar que es gente corrupta la que la integra, gente que cobra salarios desmesurados, que es gente que está en contra de su partido, sobretodo cuando aplicaba normas que no les parecen al presidente.
En eso, podemos ver lo que pasa con las conferencias matutinas del presidente, de lunes a viernes, y donde en reiteradas ocasiones tanto el INE como el tribunal electoral han señalado que, en el contexto de las normas mexicanas, algunas de sus intervenciones no deberían tener lugar durante procesos electorales.
¿Cuáles son los cambios principales que propone la nueva ley de reforma electoral?
La reforma es bastante extensa, y propone una remodelación muy profunda del sistema electoral mexicano. Un ámbito es el INE: la reforma pretende limitar sus facultades, limitar su capacidad institucional, su independencia y su autonomía organizativa. La idea es reducir la estructura “desconcertada” del instituto, que opera a nivel local y estatal, y que lleva el padrón electoral y registro de electores.
La reforma desaparecería un 84.6% del servicio profesional electoral que se tiene en México, y de aproximadamente 6 mil personas que perderían su trabajo a partir de estos cambios.
La reforma también cambia funciones internas del INE. Por ejemplo, limitarlas capacidades del INE para interpretar y hacer cumplir las reglas electorales. Le prohibe incidir de manera directa en los registros de las candidaturas que realizan los partidos, y eso tiene que ver con su capacidad de que las reglas se respeten.
También cambia reglas de competencia electoral. Por causas históricas, hay reglas específicas sobre quien puede emitir propaganda, de qué naturaleza, cuándo y en qué medios. Está la prohibición absoluta de que quienes ejercen funciones públicas emitan opiniones se involucren en las campañas electorales. La reforma nueva altera esa prohibición, señalando que los funcionarios puedan participar activamente en campañas.
La autonomía de los partidos políticos es un tema también: las leyes más recientes han intentado reducirla, obligando a los partidos a democratizarse internamente, y esta reforma, al contrario, pretende fortalecer esa autonomía o libertad interna de organización.
¿Qué acusa la oposición frente a esta reforma electoral? ¿cuál es el problema que ven?
La oposición acusa que la reforma es un retroceso, y que va en contra de todos los objetivos que podemos identificar en el desarrollo del sistema electoral mexicano, a lo largo de las últimas décadas, desde que inició la transición a la democracia en el país. Altera las condiciones de equidad, debilita al INE, llegando al grado de que esté no estará, posiblemente, en condiciones de instalar todas las casillas que deberían instalarse en el país para los próximos comicios. La reforma cerca la cancha a favor del partido oficialista, o de quienes estén en determinado momento en el poder, introduce por varios mecanismos, algunos muy técnicos, la incidencia política en la organización electoral: hay una serie de normas y problemas que tienen que ver con la legitimidad de los comicios y con la integridad electoral.
Y con eso yo sinceramente coincido con esas perspectivas: difícilmente le veo algo positivo a la reforma, también estoy convencida de que se trata de un retroceso. No quiere decir esto que no hay pendientes en el sistema electoral mexicano, que los hay, pero me parece que esta reforma no tiene que ver con aquellos pendientes, sino a otras cuestiones que buscan tener mayor control político sobre los políticos.
¿Cómo afectaría esta reforma las elecciones del 2024?
Las consecuencias podrían ser muy profundas. Se debilita el sistema electoral, se fortalece el control político: eso puede derivar en una menor legitimidad de estos comicios. En términos de equidad electoral, también va a estar favoreciendo a los jugadores del oficialismo, frente a los partidos políticos de la oposición.
En términos de la capacidad organizativa del INE, a nivel distrital tenía 5 personas por distrito, responsables de vigilar del padrón, auxiliar la identificación de lugares para la instalación de las casillas, capacitación de las mesas. Lo que esta reforma hace al respecto es desaparecer cuatro, dejando una persona por distrito. Y no hay manera que una sola persona pueda realizar la tarea de actualización y vigilancia del padrón, y menos, mucho menos, hacer todas las demás cosas que se requieren. Estamos ante el riesgo de que las próximas elecciones federales, de 2024, simplemente no se organicen conforme a los estándares que exige la constitución, y los estándares que responden a la integridad de las elecciones.
Es posible que en ese escenario no haya suficientes centros de recepción de voto, lo que impactaría en la capacidad de las personas de acudir a las urnas, de identificarlas, de tener que realizar trayectos mayores, lo que, dada la extensión territorial de México, y dadas las características geográficas, puede ser un impedimento para el ejercicio del foto.
Mayores filas, mayores caos, peores capacitaciones para las mesas, también podría haber. También, con un poco más de un año para poner en lugar las medidas de la reforma, será muy difícil, tanto para las instituciones a nivel nacional como de cada Estado, el organizarse para estos comicios. Sin duda serán elecciones bastante caóticas.
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