Las interrogantes sobre el futuro de la oposición venezolana luego del desafío al régimen en las urnas
Tanto el rol del candidato Edmundo González como el éxito o fracaso de una impugnación de los resultados están por verse, en un país donde tanto el régimen como la oposición reclaman la victoria electoral para sí.
“Los resultados son inocultables. El país eligió un cambio en paz”. Con esas palabras, el candidato opositor venezolano, Edmundo González, enfrentó lo publicado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) este domingo. En su primer boletín, el ente electoral había anunciado una victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales: 51,2% para el mandatario, contra 44,2% para González.
El resultado no satisfizo a los opositores, liderados por María Corina Machado y González. Ya venían sondeando el escenario a través de encuestas a boca de urna, y los números que llevaban hasta ese momento eran radicalmente distintos a los oficiales. En un discurso tras los comicios, Machado aseguró: “Queremos decirles a todos los venezolanos y al mundo entero que Venezuela tiene un nuevo presidente electo y es Edmundo González. Hemos ganado en todos los sectores del país, en todos los estratos del país, en todos los estados del país, en todos ganamos”.
En este escenario, con el régimen reclamando la victoria electoral para sí y la oposición haciendo lo propio, el drama de las presidenciales de 2024 en Venezuela recién empieza: hay llamados a manifestaciones por parte de los opositores, una posibilidad de impugnación que podría tomar años y una creciente presión internacional contra Maduro.
Aun si el primer boletín del CNE daba por ganador a Maduro, la líder de la oposición, María Corina Machado, afirmó que el triunfo pertenecía a su bando y candidato, Edmundo González. Esto, ya que tres sondeos a boca de urna daban como ganador al opositor, ademas de conteos rápidos y la gran participación de los venezolanos en los comicios.
“Tenemos más del 40% de las actas (el 100% de las actas que transmitió el Consejo Nacional Electoral, las tenemos, no sé dónde sacaron las otras, todas las que transmitieron, las tenemos) y toda esta información coincide en que Edmundo González Urrutia obtuvo el 70% de los votos y Nicolás Maduro el 30% de los votos”, declaró Machado al respecto.
La líder opositora, que no pudo presentarse a las elecciones porque fue inhabilitada por el régimen, llamó a sus partidarios a organizarse y “hacer respetar la soberanía”. En entrevista con La Tercera, la cientista política y presidenta del Instituto Forma, Paola Bautista de Alemán, comentó lo ocurrido desde Caracas: “A pesar de todos los actos de violencia del día de ayer (domingo), donde hubo heridos de bala, persecución, un contexto hostil terrible, tenemos al menos el 50% de las actas, donde se valida el tamaño de la estafa y el fraude electoral que vivimos el día de ayer. Sumado a eso, hay un tema de transferencia de data que también revela que lo que leyó ayer (Elvis) Amoroso (presidente del CNE) no se corresponde con los resultados. Eso es una realidad que es inocultable dentro y fuera del país”.
Al respecto de lo que se está haciendo, Bautista de Alemán comenta: “De modo en estas horas se está armando el informe completo para presentárselo al país y a la comunidad internacional. Porque bueno, lo que vimos ayer con Nicolás Maduro fue un intento de arrebato, pero honestamente ni ganó ni el escenario político que tenemos hoy le es favorable para solucionar los problemas internos y externos que tiene”.
Luego de que la oposición venezolana se uniera tras la figura de María Corina Machado, que ganó con un 92% las primarias de su sector en octubre pasado, su posterior inhabilitación forzó a que fuera otro candidato, el diplomático Edmundo González, la carta para intentar terminar con el régimen de Maduro.
Roberto Casanova, economista y máster en Historia de las Américas, comenta la posición del candidato opositor: “Edmundo González Urrutia sigue siendo el candidato de los sectores demócratas del país. Y todo indica, de manera contundente, que fue él quien realmente resultó ganador. María Corina Machado logró transferirle su enorme popularidad, y a él le corresponde mantenerse en su papel de candidato electo, depositario de la voluntad de cambio de la mayoría del país. Es de esperar que continúe la ‘división del trabajo”’entre él y Machado, el primero centrado en negociaciones y acuerdos, y la segunda en la movilización de la sociedad”.
El periodista venezolano y defensor de los Derechos Humanos, Luis Carlos Díaz Vásquez, comenta al respecto sobre el rol que cumplirá González en las próximas semanas: “Esto es imposible de saber hoy. Edmundo era el candidato designado por la Plataforma Unitaria Democrática y es la principal víctima de unas elecciones que aún no han sido auditadas, que aún no han mostrado resultados mesa por mesa, y cuyos supuestos números totales no resultan creíbles para una buena parte de la comunidad internacional. Edmundo está en un entorno no democrático, así que su destino es incierto”.
Por su parte, Bautista de Alemán asegura: “González Urrutia es el candidato electo, el presidente electo, y esto se trata de cobrar. El lema siempre fue ‘hasta el final’, de ganar y de cobrar. Siempre supimos que este era un escenario posible, sabíamos que tendríamos que gestionarlo, y la manera de gestionarlo es lo que hacemos ahora”.
“Junto a Corina, su rol es el de liderar este proceso de protesta para que se haga valer lo que es la voluntad del pueblo de Venezuela”, indica la cientista política.
En este contexto, una de las posibilidades es que se intenten impugnar estas elecciones, lo que no sería un primer ensayo. Ya en 2013, el opositor Henrique Capriles había impugnado las presidenciales, en un momento en que Maduro había ganado por apenas un 1,49% de diferencia. Esa vez, sin embargo, el CNE terminó negando “discrepancia alguna” en el conteo de votos.
De ahí, Capriles pasó a presentar un recurso de impugnación en el Tribunal Supremo de Justicia, y luego de que fuera desestimado, terminó yendo a instancias internacionales, que nueve años más tarde respondieron con una resolución a su favor, por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En ese sentido, Díaz Vásquez no cree que una impugnación en esta ocasión consiga un resultado distinto: “Venezuela carece de instituciones independientes y autónomas para realizar impugnaciones. Eso ya ha ocurrido en 2013 y 2018 y no ha avanzado. Por eso es fundamental el rol de la comunidad internacional”. En 2019, Díaz Vásquez fue preso por el régimen, y Amnistía Internacional lo calificó como “prisionero de conciencia”.
“La impugnación de los resultados anunciados de una manera tan irregular procede claramente y tal vez se haga para que, al menos, quede su registro histórico e institucional. Sin embargo, estamos ante una autocracia que ha concentrado todos los poderes públicos, incluido el Poder Judicial. Es ilusorio pensar entonces que una impugnación sea seriamente considerada por la Sala Electoral de ese poder”, coincide Casanova.
Desde Caracas, Bautista de Alemán asegura que la capital amaneció resguardada, con presencia militar en las calles. “Las consecuencias de este resultado son devastadoras para Venezuela y para el resto de Latinoamérica. Cuatro de cada 10 venezolanos han manifestado que si Nicolás Maduro se aferra al poder y no hay un cambio político, se irán de Venezuela. Estas personas que se irían se volverían una carga política y social para todos los países de Latinoamérica, especialmente para los vecinos Colombia y Brasil, pero también Chile”, comenta la cientista política.
En ese sentido, elogia las declaraciones del presidente Gabriel Boric, que tras las elecciones publicó en X: “El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultado”.
“El proceso electoral vino a ratificar lo que se sabía: el final histórico de la llamada revolución chavista. La inmensa mayoría del país quiere cambio. El zarpazo que ha dado la dictadura es una acción desesperada para aferrarse al poder, acción que le hizo perder lo poco de legitimidad nacional e internacional que le quedaba. Desde la perspectiva de la lucha democrática esta jornada electoral constituye un gran paso, pues todos saben ya que se trata de una dictadura que ha usurpado la soberanía popular”, indica por su parte Casanova.
Para Díaz Vásquez, el rol de la comunidad internacional será clave para que se resuelva el conflicto en Venezuela: “Todavía tiene mucho que decir la ONU, tanto su secretario general como el alto comisionado de derechos humanos y la Misión de Determinación de Hechos. Al mismo tiempo, hay países de la región que están llamados a no normalizar una injusticia, porque los estándares democráticos son importantes”.
Respecto a la comunidad internacional y su rol, Roberto Casanova comenta: “La tarea inmediata es exigir la transparencia del evento electoral, lo cual implica en este momento el reconteo público y auditado de los resultados. No es un secreto para ningún gobierno –incluidos gobiernos aliados hasta ahora del régimen madurista– la enorme popularidad de Machado (y de Edmundo González), la esperanza de la mayoría en un cambio político y el poco apoyo social a Maduro. Los resultados simplemente no son creíbles y la manera en que se han anunciado hacen pensar, con sobrada razón, en un fraude descomunal. Por otra parte, la comunidad internacional debe exigir el cese a la persecución de la dirigencia opositora, la cual con toda seguridad se recrudecerá en los próximos días”.
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