Londres acelera carrera geopolítica por la vacuna tras dar luz verde a Pfizer

Boris Johnson
Boris Johnson visita un laboratorio donde se produce una vacuna contra el coronavirus en Gales.

Pese a que Reino Unido forma parte de la Unión Europea hasta el 31 de diciembre, el gobierno de Boris Johnson decidió aprobar la vacuna antes que sus vecinos por “urgente necesidad pública”.


“Creemos que es realmente el comienzo del fin de la pandemia”, dijo ayer el director ejecutivo de BioNTech, Ugur Sahin, en una entrevista con CNN a raíz de la aprobación de su vacuna en Reino Unido. En tanto, su socio en el desarrollo del fármaco, el director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, calificó la autorización de emergencia como “un momento histórico en la lucha contra el Covid-19”.

Así, en el marco de esta verdadera carrera geopolítica por la vacuna, Reino Unido se convirtió ayer en el primer país del mundo en autorizar el uso de la inoculación de Pfizer y BioNTech. La Agencia Regulatoria de Medicina y Productos Sanitarios (MHRA) aseguró que la vacuna -que tendría un 95% de eficacia contra al coronavirus- podrá empezar a aplicarse a partir de la próxima semana.

El gobierno del primer ministro Boris Johnson ya encargó 40 millones de dosis, que alcanzarían para vacunar a 20 millones de personas, ya que la inmunización requiere de dos dosis por paciente, inyectadas con 21 días de diferencia entre cada una. La próxima semana llegaría al país la primera entrega de 800 mil.

El primer ministro británico, Boris Johnson, habla durante una conferencia de prensa sobre la situación actual con la pandemia de coronavirus, en Downing Street en Londres, el miércoles 2 de diciembre de 2020. (John Sibley/Pool via AP)

Aunque puede parecer una decisión apresurada, el gobierno británico aseguró que no lo fue. “La decisión de la MHRA es el resultado de ensayos clínicos rigurosos realizados durante meses, y del análisis exhaustivo de los datos por parte de los expertos de la agencia, que han llegado a la conclusión de que la vacuna reúne los niveles más estrictos de seguridad, calidad y eficacia”, dijo un portavoz del Ministerio de Salud.

En la lista provisional de distribución de la vacuna, las residencias de ancianos y el personal que las atiende ocupan el primer lugar, seguidos por los ciudadanos mayores de 80 años y los funcionarios de hospitales.

“Cincuenta hospitales por todo el país ya están listos y esperando para recibir las primeras dosis. Habrá, además, centros de vacunación grandes donde podrá atenderse a los ciudadanos, además de una distribución más local a través de consultas médicas y farmacias”, señaló a la BBC el ministro de Salud, Matt Hancock. El gobierno descartó por el momento la obligatoriedad de la vacuna.

Handout photo of Pfizer vaccine in production
Una funcionaria trabaja en los laboratorios de Pfizer donde llevan a cabo investigación y desarrollo de una vacuna contra la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en Pearl River, Nueva York, EE. UU.

“Ha sido como escalar una gran montaña. Preparación, preparación y preparación desde junio. Instalación del campamento base en octubre, con los primeros análisis provisionales, y esfuerzo final hasta hoy mismo”, dijo la doctora June Raine, directora ejecutiva de la MHRA, mientras explicaba que las diferentes fases del proceso regulatorio se aceleraron gracias a un solapamiento entre ellas, insistiendo en que no se tomó ningún tipo de atajo.

Quiebres en la UE

Debido a que aún no termina el período de transición del Brexit, hasta el próximo 31 de diciembre Reino Unido sigue sujeto a las decisiones de la Agencia Europea del Medicamento. Sin embargo, la legislación británica permite tomar decisiones unilateralmente en caso de “urgente necesidad pública”.

El gobierno de Johnson asegura que el Brexit habría ayudado a acelerar el proceso. “Hasta principios de año, formábamos parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Gracias al Brexit hemos podido tomar esta decisión basados en los criterios del regulador británico, y no al ritmo de los europeos, que suelen ser algo más lentos”, dijo Hancock.

Esto les ha valido una lluvia de críticas de quienes señalan que Reino Unido sigue siendo parte de la EMA hasta que concluya el período de transición acordado entre Londres y Bruselas.

La Unión Europea (UE) no tardó en reaccionar. “La EMA considera que la autorización condicional de comercialización es el mecanismo regulador más adecuado durante la emergencia de la pandemia”, respondió la agencia europea.

La comisaria europea de Salud, Stella Kyriakides, señaló que el procedimiento requiere un “nivel de evidencias y de controles” del que carece Londres. “Es crucial que nos aseguremos de que las vacunas que aprobemos y comercialicemos en el mercado europeo sean seguras y eficaces”, dijo la funcionaria tras una videoconferencia con los 27 ministros de Salud de la UE. Además, aclaró que el organismo regulador europeo no buscará acortar los plazos, tomando el “tiempo que necesite” para llevar a cabo su evaluación. La EMA afirmó que dará su opinión el 29 de diciembre “a más tardar” sobre la vacuna de Pfizer-BioNTech y el 12 de enero sobre la de su competidor estadounidense Moderna.

Con esta decisión de Reino Unido, el organismo europeo se enfrenta a uno de los escenarios que intentó evitar en un principio, donde la carrera por las vacunas fragmentaba a sus Estados miembros. A través de un sistema de compra y aprobación centralizado, Bruselas ha intentado asegurarse de que todos los ciudadanos de la UE fueran vacunados en igualdad de condiciones, aunque esto no será posible. “Nosotros también podríamos optar por una autorización de emergencia a nivel nacional”, dijo el ministro de Salud alemán, Jens Spahn. “Pero hemos decidido proceder de manera concertada a nivel europeo”, advirtió la autoridad.

Horas después de Londres, el Presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó ayer que la próxima semana se inicie una vacunación “a gran escala” contra el coronavirus, con los médicos y profesores siendo los primeros en recibir las inyecciones de Sputnik V. El ministro de Salud Mijaíl Murasjko dijo que más de 100.000 personas en Rusia han recibido la vacuna.

En EE.UU., en tanto, un panel de asesores externos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) se reunirá el 10 de diciembre para discutir si recomienda la autorización de uso de emergencia de la vacuna de Pfizer. Se espera que la candidata de Moderna sea revisada una semana después.

El asesor principal del programa Operation Warp Speed, Moncef Slaoui, dijo que 20 millones de personas podrían ser vacunadas para fines de 2020, y que para mediados del próximo año la mayoría de los estadounidenses tendrán acceso a vacunas altamente eficaces. EE.UU. debería tener de 60 a 70 millones de dosis al mes en enero, entre las vacunas de Pfizer y Moderna, aseguró Slaoui.

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