Los Ángeles tiene la peor congestión del mundo
Colombia y Brasil lideran el ranking de los países con más atochamientos en América Latina.
Sao Paulo y Bogotá se encuentran entre las 10 ciudades con los peores atochamientos del mundo. Ocupan la cuarta y sexta posición, respectivamente. Estas cifras proceden de la consultora internacional Inrix, que cada año analiza los niveles de congestión de más de 1.000 ciudades de todo el mundo. Y de las 38 naciones analizadas, Brasil y Colombia lideran el ranking, después de Indonesia y Tailandia.
Durante 2017, los conductores de Sao Paulo perdieron 86 horas en atochamientos y, en Bogotá, una media de 75. Pero estas no son las únicas ciudades latinoamericanas que aparecen en la lista. Ciudad de México, Medellín o Cali también aparecen en los 30 primeros lugares. Según los expertos que realizaron el estudio, las ciudades evolucionan tan rápido que su infraestructura vial se está quedando obsoleta, lo que provoca que cada día miles de personas estén paradas en la carretera durante más de una hora, como mínimo. Asimismo, el informe asegura que la "explosión demográfica" o "el crecimiento económico" se traducen en "más vehículos en la carretera".
Tal como concluye el informe, las consecuencias de este fenómeno no son pocas: empeoramiento de la congestión, impacto directo en el medio ambiente debido a las emisiones de los autos y una gran presión, a los gobiernos sobre todo, para transformar el modelo de transporte y movilidad.
La primera posición la sigue conservando Los Ángeles, que por sexto año consecutivo, aparece como la ciudad con los peores atochamientos del mundo. En la ciudad más grande de Estados Unidos, donde viven 10 millones de personas, los conductores quedan atrapados en la carretera 102 horas en promedio al año, lo que supone una media de tres horas y media al día. Según los expertos, los tacos ya forman parte del estilo de vida de muchas personas.
La metodología que emplea Inrix se basa, principalmente, en calcular el porcentaje de tiempo que los conductores pasan en las "horas punta" de cada ciudad. Sin embargo, cada sistema vial responde a unas circunstancias concretas y las distancias son diferentes. Por eso, aunque en Estados Unidos haya más ciudades liderando el ranking, Indonesia y Colombia, por ejemplo, sufren más congestiones en sus carreteras. Ello, debido a la condición de la infraestructura vial, la cantidad de vehículos y las distancias recorridas, entre otros factores.
El año pasado Estados Unidos tuvo un gasto de US$ 2,5 millones causados por el tráfico. En Los Ángeles, la ciudad con la peor situación en las carreteras, cada conductor gastó una media de US$ 2.828 anuales. Estos costos son el resultado del valor del combustible, las tarifas de reparación de vehículos o los peajes. Y aunque el informe Inrix no especifica el costo en dinero de la congestión vehicular en América Latina en su conjunto, no cabe duda de que estar en la lista de las ciudades con los peores atochamientos del mundo no sale barato.
Un estilo de vida
La combinación del caos, delincuencia -especialmente en Sao Paulo- y el colapso en general que viven los conductores de las grandes ciudades sometidos a largos tacos cada día tiene incidencia en la agenda política. Ya son muchos los gobiernos que de un modo u otro intentan reducir el número de vehículos en sus carreteras y fomentar otro tipo de movilidad.
Aunque en muchas ciudades latinoamericanas el sistema de transporte público aún es un tema pendiente, se ha intentado promover un cambio de hábitos en los conductores. Por ejemplo, la semana pasada tuvo lugar una nueva edición del "día sin automóvil y sin moto" en Bogotá y, según la secretaria distrital de Movilidad, aumentó un 25% los pasajeros que viajaron en autobús y, también, el número de usuarios que se transportó en bicicleta por toda la ciudad. Sin embargo, el estudio también señala que se debe tener en consideración que muchas de las urbes masificadas que aparecen en la lista no tienen los recursos necesarios para construir un sistema de transporte público o nuevas infraestructuras viales, por lo que la congestión pasa a ser un problema crónico en el día a día de miles de personas.
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