Lula y el choque con EE.UU. por Ucrania: ¿Brasil apuesta por el no alineamiento?

El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su par de China, Xi Jinping, asisten a una ceremonia de bienvenida en el Gran Salón del Pueblo en Beijing, el 14 de abril de 2023. Foto: Reuters

Saliendo al paso de los dichos de la Casa Blanca, que acusó al presidente brasileño de "repetir como un loro la propaganda rusa y china”, el excanciller Celso Amorim dijo que “no estamos obligados a seguir todas las opiniones de Estados Unidos”.


Un día después de que el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, reprendiera duramente al Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, por acusar a Estados Unidos de alentar la guerra de Ucrania, diciendo que está “repitiendo como un loro la propaganda rusa y china sin fijarse en los hechos”, la respuesta de Brasilia no se hizo esperar. Y llegó en boca del excanciller Celso Amorim, el mismo que hace unos días realizó un viaje discreto a Moscú, donde se reunió con el Presidente Vladímir Putin. “No estamos obligados a seguir todas las opiniones de Estados Unidos”, lanzó el diplomático más cercano a Lula, quien lo eligió para ser un asesor especial con la tarea de representar al propio presidente en delicadas misiones internacionales, como apuntó este martes el diario Folha de Sao Paulo.

“No voy a entrar en polémica con el asesor de prensa de la Casa Blanca. Que piense lo que quiera”, afirmó Amorim en entrevista con Mônica Bergamo, columnista del periódico paulista. “Pero, en realidad, la posición del Presidente Lula es muy clara: es una defensa de los intereses brasileños y de la percepción brasileña del mundo. Es la defensa de un mundo multipolar, que también tiene que ver con el tema de la dolarización o desdolarización de parte de las relaciones económicas (entre los países)”, justificó el diplomático brasileño de 80 años, quien se desempeñó como canciller en los dos mandatos anteriores de Lula y fue ministro de Defensa de Dilma Rousseff.

“Y también tiene que ver con la búsqueda del equilibrio en el mundo (con el intento de) contribuir a hacerlo más equilibrado. Específicamente con respecto a la guerra, nuestra búsqueda es la paz. Brasil ha condenado innumerables veces y en innumerables ocasiones (la guerra entre Rusia y Ucrania). El Presidente Lula verbalizó críticas a la acción rusa de invadir Ucrania. Brasil defiende el principio de integridad territorial de los Estados. No hay duda al respecto”, insistió Amorim.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, después de una reunión con su par de Brasil, Mauro Vieira, en Brasilia, el 17 de abril de 2023. Foto: Reuters

Al respecto, Lula condenó este martes la “violación de la integridad territorial de Ucrania”, pero sin hacer una crítica nominal de Rusia. “Al mismo tiempo que mi gobierno condena la violación de la integridad territorial de Ucrania, defendemos una salida política negociada. Hablé de nuestra preocupación por los efectos de la guerra, que van más allá del continente europeo”, dijo el mandatario brasileño tras reunirse con el Presidente de Rumania, Klaus Iohannis, cuyo país es fronterizo con Ucrania.

La declaración de Lula se produjo un día después de la visita oficial del canciller ruso, Sergey Lavrov, a Brasilia. Esta visita y las recientes declaraciones del inquilino del Palacio de Planalto de que Ucrania y Rusia son igualmente responsables de la guerra desencadenaron una reacción internacional contra el líder del Partido de los Trabajadores (PT) por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, recordó Folha.

Reacciones que siguieron este martes, cuando miembros del gobierno del Presidente estadounidense, Joe Biden volvieron a condenar la postura del petista. “El Sur Global está siendo impactado no solo, por la pandemia, sino por este conflicto”, dijo el director senior del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Juan González, uno de los principales asesores de Biden para América Latina.

“Países como Brasil están muy lejos. Si le preguntas a un brasileño en la calle cuál es su opinión sobre Ucrania, diría que está pensando más en poner comida en la mesa, posibilidades de educación y oportunidades económicas en lo que algunos de ellos ven como un conflicto en Europa que dura desde hace 300 años”, comentó González en un evento organizado por la agencia de noticias EFE y celebrado en Washington.

“Tenemos una Carta de la ONU, tenemos ciertas responsabilidades que todos firmamos. Damos la bienvenida a países como Brasil que juegan un papel de liderazgo para la paz. [Pero] la idea de que Estados Unidos no apoya la paz ni tiene nada que ver con el inicio de la guerra, simplemente no tiene relación con los hechos. Pasamos todo el 2021 tratando de evitar que sucediera la guerra y hemos apoyado la paz”, insistió el consejero de Biden.

En respuesta a una pregunta de Folha, González reconoció que “obviamente, Brasil es un país soberano y libre de llevar sus relaciones diplomáticas con quien quiera. Es importante que Brasil siga usando su voz para defender los valores democráticos, el respeto a los derechos humanos y el Estado de Derecho que siempre ha apoyado”.

El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, le da la mano al líder de China, Xi Jinping, después de una ceremonia de firma celebrada en el Gran Palacio del Pueblo en Beijing, el 14 de abril de 2023. Foto: AP

En medio de las tensiones con la Casa Blanca, recibió sendas invitaciones de Ucrania y Rusia. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano, Oleg Nikolenko, confirmó en redes sociales la invitación al presidente brasileño a visitar Kiev “para comprender las causas reales de la agresión rusa y sus consecuencias para la seguridad mundial”. En paralelo, el propio Presidente ruso, Vladimir Putin, invitó a Lula a la próxima edición del Foro Económico Internacional de San Petersburgo, que se celebrará entre el 14 y el 17 de junio de 2023.

China, país que Lula visitó la semana pasada y donde firmó 15 acuerdos de cooperación en distintas áreas con el Presidente Xi Jinping, también se sumó al debate tras los reproches de Washington a Brasilia. En una columna de opinión publicada en el diario oficialista chino Global Times este martes se destaca que la Casa Blanca criticó duramente a Brasil el lunes, después de que Lula dijera durante su visita a China que Estados Unidos debería dejar de “fomentar la guerra” en Ucrania.

“Lula es un líder responsable y perspicaz. La razón por la que EE.UU. se molestó y culpó a Brasil es que EE.UU. piensa que los países latinoamericanos, incluido Brasil, son únicamente su propio patio trasero y no se les permite pensar y actuar por su cuenta. Además, también se debe a que Estados Unidos se ha visto frustrado por su fracaso en su intento de aislar a Rusia, provocando un conflicto entre Rusia y Europa”, señaló el periódico chino en la columna titulada “Estados Unidos se engaña al esperar que otros países lo repitan como loros”.

“No alineamiento activo”

“Los países tienen intereses, y para Brasil una guerra fría no es interesante”, señaló Amorim en la entrevista con Folha. ¿Pero hacia dónde apunta la política exterior de Lula? Daniel Zovatto, director regional para América Latina y el Caribe en el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), tiene una tesis. “Yo creo que él juega un tema que podríamos llamar no alineamiento activo como lo denominan algunos o autonomía estratégica que es la que utilizó Emmanuel Macron de regreso de su viaje de China”, explica a La Tercera.

Zovatto detalla las razones que justificarían la postura del mandatario brasileño: “Desde el punto de vista de Lula tenemos hoy un escenario internacional, primero, que está pasando por una profunda reconfiguración, quizá la más importante de los últimos 100 años. Segundo, la institucionalidad que regulaba este escenario internacional diseñado post Segunda Guerra Mundial, aunque sigue ahí, ha perdido su eficacia, particularmente el mecanismo de seguridad colectiva de Naciones Unidas, como lo vemos con el caso de Ucrania y en otros conflictos. Tercero, hay una confrontación muy fuerte de fondo entre EE.UU. y China que, entre otras cosas, es una confrontación tecnológica. Y cuarto, estamos en una situación de un conflicto entre Rusia y Ucrania que ha generado básicamente que Europa y EE.UU. entren en alianza con Ucrania y eso está generando presiones para que los países de América Latina tomen bandos”.

El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, caminan por la Columnata Oeste hacia la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, el 10 de febrero de 2023. Foto: AP

“Brasil dice ‘nosotros no queremos tomar ningún bando, queremos tener esta suerte de no alineamiento activo’, pero en el caso de Brasil va varios pasos más allá y propone en el caso de la guerra de Ucrania dice ‘yo quiero tener un plan’, o sea, no solamente no quiere verse teniendo que optar por uno por otro, sino que va un paso más allá, haciendo una propuesta de este club de paz del que habla Lula con países que no han tomado posiciones ni a favor ni en contra de Rusia y tratando de hacer un aporte para pacificar y buscar una salida negociada al conflicto”, agrega el experto.

Rafael Duarte Villa, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Sao Paulo, difiere un tanto sobre la estrategia internacional de Lula. “Más que un no alineamiento, lo que existe es una retomada y una reafirmación de la tradicional posición brasileña de autonomía ante los grandes poderes. Algo que había sido roto de alguna manera con el alineamiento automático que Jair Bolsonaro desplegó frente a Estados Unidos, especialmente en la administración de Donald Trump. Entonces, Brasil se quiere nuevamente demostrar como un actor, como una potencia media regional con autonomía frente a las grandes potencias, especialmente frente a Estados Unidos y parte de Europa”, comenta el académico a La Tercera.

“En segundo lugar, en la posición de Brasil hay un aspecto pragmático muy importante”, sostiene Duarte Villa. “Primero, porque Brasil no puede alinearse automáticamente a Estados Unidos y a Europa Occidental, porque hay un hecho real aconteciendo. El principal socio comercial, la principal alianza comercial en este momento es con China. Brasil exporta, es su principal mercado de exportación, para vender commodities y otros productos, como carne bovina, como minerales. China es el principal socio comercial en este momento. No se puede desconocer eso”, afirma.

Y agrega: “Además, la posición más equidistante en relación a Rusia se da sobre todo por los vínculos que Brasil establece con Moscú en los BRICS (un acrónimo de cinco economías líderes: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Y hay un apoyo a Occidente, a Europa Occidental, a Estados Unidos y a Ucrania que significaría resquebrajar el bloque del BRICS y ganarse fuertes diferencias con Rusia y con China. Entonces, en ese sentido, no puede condenar a su compañero de institución multilateral como es Rusia que está en el BRICS. Especialmente en un momento en que Brasil, a través de la expresidenta Dilma Rousseff, acaba de tomar posesión de la presidencia del banco de los BRICS”.

Duarte Villa también suma otro elemento: las aspiraciones de Brasil de integrar el Consejo de Seguridad de la ONU. “Brasil es pragmático, porque Rusia y China son dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad y entonces en el futuro inmediato veremos cómo Brasil coloca nuevamente su candidatura para un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Entonces Brasil está jugando pragmáticamente a atraer el apoyo de Estados poderosos, especialmente China”, señala. “Recordemos que la última vez que Brasil intentó en 2005-2006 un puesto como miembro permanente, la candidatura de Brasil no fue adelante porque Estados Unidos y China vetaron esa posibilidad. Ahora quiere tejer esas alianzas y una declaración contra Rusia puede prolongar esas aspiraciones de Brasil en el Consejo de Seguridad hasta por muchas décadas”, agregó.

Según Zovatto, “acá hay un nivel de ambición muy fuerte en el que Brasil tiene que balancear muy bien cuál es la posición de equidistancia que tiene”. “Vemos a un Brasil más cerca de China y más cerca de Rusia y va a tener que administrar las diferencias y los enojos que esta posición le está generando frente a EE.UU. y frente a Europa, pero creo que el desafío fundamental de Brasil no es terminar cayendo en un sector o en el otro, sino ir buscando ese espacio que están tratando de encontrar, de una posición equidistante, pero con un nivel de ambición muy protagónico”, insiste.

“El riesgo principal de esta política es que los países occidentales, Europa occidental y especialmente Estados Unidos confundan esa posición pragmática y de no alineamiento a ellos, de forma ideológica, es decir, como si el Brasil de Lula estuviera ensayando políticas de afinidad ideológica con Rusia y con China”, añade Duarte Villa. “Pero yo imagino que eso es un riesgo calculado. O sea, que después de la guerra sea posible reconstruir puentes diplomáticos con Estados Unidos y con Europa occidental”, concluyó.

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