Medio brasileño revela que la mitad del patrimonio del clan Bolsonaro fue comprado con dinero en efectivo

“¿Cuál es el problema de comprar con dinero en efectivo alguna propiedad?”. Esa fue la respuesta que, visiblemente molesto, dio el Presidente brasileño y candidato a la reelección, Jair Bolsonaro, tras ser consultado por una investigación del grupo de noticias UOL que reveló que la mitad del patrimonio que el mandatario y su familia más cercana construyeron en las últimas tres décadas se realizó con pagos en efectivo.

Desde la década de 1990 hasta la actualidad, el presidente, hermanos e hijos han negociado 107 propiedades, de las cuales al menos 51 fueron adquiridas total o parcialmente con dinero en efectivo, según declaración de los propios integrantes del clan. El levantamiento considera el patrimonio construido en Río de Janeiro, Sao Paulo y Brasilia por el presidente, sus tres hijos mayores, la madre, cinco hermanos y dos exesposas.

Las compras registradas en las notarías utilizando el método de pago “en moneda corriente nacional”, expresión estandarizada para transferencias en efectivo, totalizaron 13,5 millones de reales. En valores ajustados por el Índice de Precios de Consumo Armonizado (Ipca), ese valor equivale actualmente a 25,6 millones de reales (unos cinco millones de dólares).

Thiago Herdy y Juliana Dal Piva, los responsables de la investigación de siete meses, consignaron que no fue posible conocer la forma de pago de 26 propiedades, que totalizaron pagos por 986 mil reales (1,99 millones de reales en valores ajustados, es decir, unos 388.00 dólares), porque esa información no está incluida en los documentos de compraventa. Las transacciones por cheque o transferencia bancaria involucraron 30 propiedades, totalizando 13,4 millones de reales (o 17,9 millones de reales ajustados por el Ipca, equivalentes a casi 3,5 millones de dólares).

UOL destaca que al menos 25 de los inmuebles fueron comprados en situaciones que dieron lugar a investigaciones del Ministerio Público de Río de Janeiro y del Distrito Federal. En ese grupo están las adquisiciones y ventas realizadas por el núcleo del presidente, sus hijos y sus exesposas, no necesariamente con el uso de dinero en efectivo, pero que se han convertido en objeto de investigaciones, como, por ejemplo, en el caso de " rachadinhas” (apropiación ilegal de salarios de funcionarios de gabinetes).

La propiedad más cara comprada en efectivo por un miembro de la familia Bolsonaro fue una “mansión” en un terreno de casi 20 mil metros cuadrados en la región central de Cajati, en el interior de Sao Paulo. Fue supuestamente adquirida por 2,67 millones de reales (lo que equivale hoy a 3,47 millones de reales, en valores ajustados por el Ipca, es decir, unos 677 mil dólares) por el cuñado de Bolsonaro, quien supuestamente usa el apodo de “Jagunço” (guardaespaldas), por su gusto por las armas.

Además de rehabilitar la casa antigua, José Orestes Fonseca, esposo de Maria Denise Bolsonaro, construyó una segunda vivienda en el mismo terreno, equipada con canchas deportivas, área de ocio y hasta un club de tiro privado a partir de 2020 en sociedad con dos hijos, sobrinos del presidente. Aunque el club se constituyó formalmente hace más de dos años, el establecimiento aún no se encuentra entre los registrados por el Ejército, destaca UOL.

Asimismo, Dal Piva dijo al diario The Guardian que un caso que involucra al hijo del senador de Bolsonaro, Flávio Bolsonaro, significó el pago en efectivo de 638.000 reales (casi 125 mil dólares) por dos departamentos en el barrio costero de Copacabana, en Río de Janeiro.

“Eso es más de 100.000 dólares, es una cantidad extraordinaria… y hay varias transacciones de este tipo que involucran 100.000, 200.000 o 500.000 (reales). Nunca explicaron el origen de este dinero y por qué decidieron usar efectivo en lugar de hacer una transferencia electrónica o pagar con cheque”, comentó Dal Piva, autora de un libro sobre los tratos financieros del presidente llamado O negócio do Jair: A história proibida do clã Bolsonaro, que se publicará el próximo 23 de septiembre.

Leonardo Sakamoto, columnista de UOL, escribió: “No es necesario ser un genio financiero para entender que el uso de grandes sumas de dinero en efectivo para comprar propiedades es un medio para lavar recursos de origen ilegal”.

El medio brasileño recordó que el Senado discute un proyecto de ley que sugiere la prohibición del uso de dinero en efectivo en transacciones inmobiliarias, como una forma de prevenir el lavado de dinero o el encubrimiento de activos. El texto fue aprobado en 2021 en la Comisión de Asuntos Económicos, pero lleva casi un año esperando la designación de un relator para que pueda ser tramitada por la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía.

Thaís Oyama, columnista de UOL, apuntó que “en la campaña de 2018, Jair Bolsonaro se presentó como un excapitán algo tonto, pero íntegro y recto, empeñado en destripar la corrupción que el Partido de los Trabajadores (PT) había arraigado en sus gobiernos (…) El plan era retomarlo ahora, como se vio en la primera incursión de Bolsonaro en el debate presidencial del domingo, cuando le preguntó al expresidente Lula sobre episodios de corrupción en Petrobras”. En el primer frente a frente de los candidatos, Bolsonaro acusó a Lula de liderar “el gobierno más corrupto de la historia de Brasil”.

“Sin embargo, la constatación de que Bolsonaro y su familia recurrieron a maletas similares a las que, más o menos llenas, han estado en la actualidad política de Brasil en las últimas décadas, debería reducir el ímpetu del presidente para atacar a su oponente desde el flanco del robo, el espacio que le quedaba. Como ya demostraron numerosas encuestas de opinión, la mayor parte del electorado no ve gradación en la honestidad de un candidato ni en su contrario. Es ladrón el que roba dinero público, sea poco o mucho”, agregó Oyama.

Los petistas y otros políticos de la oposición criticaron las compras de inmuebles realizadas en efectivo por Bolsonaro y sus familiares. “Los Bolsonaro malversaron decenas de millones de reales durante 30 años de vagabundeo. De la consigna del fascismo brasileño solo queda ‘familia’, la suya. Antes de arrestarlos, los juzgaremos en la forma de la Constitución”, escribió Fernando Haddad, candidato del PT a la gobernación de Sao Paulo, en Twitter.

El senador Renan Calheiros (MDB) comentó en la misma red social que la familia Bolsonaro “tropieza” con los bancos. “En el banco inmobiliario clandestino se evade el control (COAF) de los bancos comerciales. Tienen miedo de sentarse en el banquillo de los acusados”, denunció.

Consultado sobre si temía un impacto electoral por la repercusión del informe, Bolsonaro respondió que “no lo tendrá”, y criticó a UOL. “Quien lo está haciendo es un órgano de prensa que ya no tiene ninguna credibilidad en Brasil”, dijo. Incluso, de modo desafiante, cuestionó la posibilidad de una indagatoria. “Entonces todo bien. Investiga, mi Dios del cielo. ¿Cuántas propiedades son? Más de 100 propiedades... ¿Quién compró? ¿Yo? ¿Mi familia? Mis hijos ya han sido investigados”, concluyó.