Miguel Díaz-Canel, un hombre camino al poder en Cuba

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Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro durante un acto en mayo de 2016 en La Habana.

Ha sido descrito como accesible, informal y sencillo. Considerado como el "delfín" de Raúl Castro, sería nombrado como su sucesor este jueves. Los analistas esperan que como Presidente de la isla podría tener un rol de moderación del ala más ortodoxa del Partido Comunista.


En marzo de 2016, cuando Barack Obama dio una histórica conferencia junto a Raúl Castro en el Palacio de la Revolución de La Habana, en la primera fila estaba sentado Miguel Díaz-Canel, el vicepresidente cubano, al que parte de la prensa extranjera presente en ese salón intentó en vano acercarse para preguntarle por la futura sucesión del régimen. En ese momento -y antes también- se comentaba que este exprofesor universitario de 57 años era el escogido para tomar la posta en la Presidencia de la isla.

Este "misterio" será dilucidado este jueves, cuando Raúl Castro, de 86 años, deje la Presidencia de la isla, tal como prometió en 2015. Ese día, la Asamblea Nacional nombrará al sucesor del gobernante cubano y se espera que no sea otro que Díaz-Canel.

Tras este hito, en el que por primera vez desde el triunfo de la Revolución no habrá un Castro al mando de Cuba -aunque Raúl permanecería hasta el año 2021 como el primer secretario del Partido Comunista-, las riendas del país serán tomadas por una generación que nació después de 1959. De hecho, el propio Díaz-Canel nació en abril de 1960, en la localidad de Placetas, en el centro del país.

Díaz-Canel hizo el Servicio Militar en unidades de cohetes antiaéreos y fue profesor de Ingeniería Eléctrica en la Universidad de su provincia natal. Además, cumplió una misión en Nicaragua a fines de los 80 y fue promovido como cuadro profesional de la Unión de Jóvenes Comunistas en Villa Clara. En 1991 fue ascendido como miembro del Comité Central del Partido Comunista y pertenece al Buró Político desde 2003. También ha ocupado otros cargos, como ministro de Educación Superior, desde 2009 a marzo de 2012.

Fue en esa época cuando el estadounidense John McAuliff, director ejecutivo del Fondo para la Reconciliación y Desarrollo, conoció a Díaz-Canel. "Mi organización tenía un stand en un congreso que se realizaba en Cuba. El segundo día del evento llegó Díaz-Canel, pero yo tenía algunas aprensiones porque él había sido citado advirtiendo de los intentos subversivos de las universidades estadounidenses que querían tener programas en Cuba. Él fue muy cálido en su saludo, dijo que apreciaba mi presencia y me invitó a que fuera a una recepción en la que él sería el anfitrión. Incluso se mostró dispuesto a tomarse fotos frente a nuestro stand", contó McAuliff a La Tercera.

"Dos años después cuando ya era vicepresidente, no fue al stand pero sí a la recepción. Junto a su esposa caminaron entre las personas disfrutando la música de Los Van Van, trabajando como cualquier político estadounidense o chileno. Él era receptivo con quienes le pedían fotos. Su informalidad y accesibilidad sugieren que tiene un estilo personal diferente a la retirada generación de líderes cubanos", añadió.

En la misma línea una ex funcionaria de la Unión de Jóvenes Comunistas en los 90, sostuvo a la agencia Reuters que Díaz-Canel "es un hombre sencillo que sabe escuchar. Cuando era dirigente de la juventud (comunista) no distinguía entre jefes y subordinados, la gente lo quería y lo seguía".

Descrito como el "delfín" de Raúl Castro, el actual vicepresidente escaló hasta lo más alto de la nomenclatura cubana tras una carrera metódica y casi en silencio. Díaz-Canel ha cultivado la paciencia y no se ha salido un centímetro del guión dictado por el gobernante cubano, su mayor mentor.

"Miguel Díaz-Canel no tiene más o menos aptitudes que otros dirigentes de su generación, que desde los años 80 fueron promovidos por Fidel Castro y llegaron a escalar altas posiciones en el gobierno cubano. Algunos de aquellos dirigentes, como Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, fueron defenestrados por Raúl Castro entre 2008 y 2009. La diferencia de Díaz Canel es que mientras Lage y Pérez Roque desempeñaban funciones en el Consejo de Estado y de Ministros, él trabajaba en las bases provinciales del Partido Comunista. Fue Raúl Castro quien lo promovió al Consejo de Estado y de Ministros y lo nombró sucesor al designarlo Primer Vicepresidente en 2013", explicó a este diario el historiador cubano, Rafael Rojas.

Con relación a su futuro desempeño, Rojas señaló que "si Raúl está decidido a facilitar la sucesión, y no a obstaculizarla, su rol será de moderación del ala más ortodoxa del Partido Comunista, negada por principio a las reformas, especialmente, a las reformas constitucionales y políticas".

Según dijo a La Tercera el analista de la Universidad Internacional de Florida, Michael Bustamante, "a Miguel Díaz-Canel le caerán encima algunos de los retos económicos más complicados que el gobierno de Raúl Castro no pudo solucionar. Le guste o no le guste, tarde o temprano, los tiene que afrontar. Ejemplo número 1: la dualidad monetaria. Unificar las dos monedas actualmente operantes en el sistema económico cubano es crucial para la futura prosperidad de la economía. Las autoridades han dado señales de que este año será el momento para abordar el problema. Pero para un nuevo líder, asumir esa tarea en su primer año trae riesgos. Cómo unificar las modas sin provocar grandes afectaciones en la población es la pregunta del millón.

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