Miles de personas se congregan en Rusia para homenajear a las víctimas del incendio
Vladímir Putin dcretó para mañana duelo nacional. En tanto, varias de las personas que se reunieron hoy exigieron la renuncia de las autoridades acusando que no han entregado todos los detalles de lo que realmente ocurrió.
Miles de personas en diversas ciudades de Rusia rindieron hoy homenaje a las cerca de 64 víctimas del incendio en un centro comercial de la ciudad siberiana de Kemérovo, con concentraciones y vigilias con flores y velas.
En Moscú, junto a los Jardines de Alejandro, a los pies de las murallas del Kremlin, cientos de personas se acercaron a depositar flores y velas en una de estas acciones de luto por la tragedia. Lugar donde también se convocó a una concentración silenciosa durante la noche.
Junto a un enorme cartel con el nombre de Kemérovo, la ciudad donde ocurrió la desgracia, decenas de ramos de flores eran colocados en fila por voluntarios, así como los peluches y velas que traían algunas personas.
También en la ciudad de San Petersburgo sus habitantes llevaron flores a una de las plazas para recordar a los muertos, al igual que en todos los pueblos y localidades de la región de Leningrado.
Según informó la administración local de la ciudad de Ujtá, en la república de Komi (noroeste del país), numerosas personas se acercaron a poner flores en un memorial instalado en el lugar donde se encontraba el centro comercial "Passazh", que sufrió un incendio el 11 de mayo de 2005 que causó 25 víctimas mortales.
Las concentraciones de pesar por la tragedia del domingo se extendieron también a otros lugares, como la ciudad ártica de Múrmansk, el enclave de Kaliningrado, en el oeste de Rusia, la ciudad de Pskov o Veliki Nóvgorod.
La manifestación más numerosa fue la de Kemérovo, el lugar de la tragedia, donde llegó a haber más de 2.000 personas en algunos momentos de las once horas que duró.
Allí la concentración no fue silenciosa, y por el contrario la gente gritaba en contra de las autoridades y por las irregularidades que permitieron que estallara el fuego y murieran 64 personas, de ellas 41 niños.
"¡Queremos saber la verdad!", "¡Murió más gente!", "¡Dimisión!", coreaban los manifestantes, que consideran que las autoridades ocultan la magnitud de la tragedia.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, de visita hoy en la ciudad, denunció "negligencia criminal" y prometió castigar a quienes tengan alguna responsabilidad por el incendio.
Putin, que decretó mañana miércoles día de duelo nacional, depositó flores junto al centro comercial "Zímniaya Vishnia" ("Cereza de Invierno") devastado por el incendio, mientras miles de personas se congregaban en la plaza de los Soviets, la principal de Kémerovo, para pedir la dimisión de las autoridades locales y regionales.
La indignación popular ha ido en aumento a medida que se iban conociendo detalles de la tragedia, cuya causa más probable, según la investigación, habría sido un cortocircuito.
Los investigadores establecieron que el sistema de alarma antiincendio del centro comercial llevaba varios días desconectado y que las puertas de los dos cines situados en su cuarta planta se hallaban bloqueadas en el momento del siniestro.
El presidente del Comité de Instrucción de Rusia, Alexandr Bastrikin, informó a Putin de que nada más declararse el incendio "la mayor parte del personal del centro comercial huyó, abandonando a su suerte a niños y adultos".
Entre tanto, los medios recogen dolorosas y emotivas historias humanas, como la de Ígor Vostrikov, que perdió en el pavoroso incendio a su esposa, sus tres hijos y su hermana, y para quien "la vida no tiene sentido", pues no tiene "nada que perder".
El hombre, que participó hoy en la multitudinaria manifestación en esa ciudad siberiana, narró a los periodistas cómo recibió la última llamada de su esposa.
"Mi mujer me hizo una llamada tarde, y ya no había pánico, solo se despidió de mí. Me dijo: 'Ígor, nos asfixiamos, estamos encerrados, te quiero", contó este hombre a algunos periodistas, como puede verse en vídeos difundidos por varios medios.
"Yo no entendía qué pasaba. Se dan cuenta, ya no oí a mis hijos, de 2,5 y 7 años", continuaba desesperado.
Dijo que sus padres le contaron que su hermana les había llamado y que pudieron escuchar cómo los niños se ahogaban y gritaban, pero que él ya no pudo escucharlos porque cuando su mujer le telefoneó debían haber muerto.
Vostrikov mostró su indignación por las palabras del gobernador de Kemérovo, Aman Tuléyev, que al recibir al presidente ruso en la ciudad le pidió perdón por tener que recibirle con una manifestación en la calle.
"Son los mismos opositores de siempre, no son familiares de las víctimas, son solo 200 revoltosos", afirma Tuléyev en la reunión con Putin, según puede verse en vídeos.
"¿Qué he venido aquí a montar lío? No tengo nada que perder, he perdido a mis hijos, de 2,5 y 7 años, a mi mujer y a mi hermana", grita indignado el hombre, a quien el vicegobernador de la región acusó sin ambages de utilizar su tragedia personal para "hacerse publicidad".
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