Naciones Unidas denuncia que más de 10 mil niños murieron o fueron mutilados en escenarios de conflicto en 2019

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Foto: La Tercera/Archivo

El 25 por ciento de las muertes de menores se debieron a explosivos remanentes de guerra y minas lo que, a juicio de la ONU, destaca la responsabilidad de todas las partes enfrentadas, incluyendo a los gobiernos, de limpiar el terreno de armas. El trabajo señala también que se han verificado 25 mil violaciones graves contra niños, unas 70 diarias, un número similar al registrado en 2018.


Más de 10 mil niños murieron o fueron mutilados en escenarios de conflicto en 2019, una cifra menor que la registrada en 2018 -12.014 casos-, pero que continúa siendo “un número demasiado alto”, según el Informe Anual sobre Niños en Conflictos Armados de 2019, elaborado por Naciones Unidas.

La representante especial de Naciones Unidas para Niños y Conflictos Armados, Virginia Gamba, ha detallado que Afganistán es el país con más muertes de niños, seguido por Siria y Yemen.

En concreto, el 25 por ciento de las muertes de menores se debieron a explosivos remanentes de guerra, explosivos improvisados y minas lo que, a juicio de la ONU, destaca la responsabilidad de todas las partes enfrentadas, incluyendo a los Gobiernos, de limpiar el terreno de armas.

Además, el trabajo señala que se han verificado 25 mil violaciones graves contra niños, unas 70 diarias, un número similar al registrado en 2018.

"La infancia de estos niños ha sido reemplazada con dolor, brutalidad y miedo mientras el mundo lo atestigua. Las partes en conflicto no cumplen su obligación de proteger a los menores durante las hostilidades y les niegan la ayuda vital que necesitan desesperadamente”, criticó Gamba.

Ayuda humanitaria, educación y salud

Por otra parte, en 2019 ha aumentado en un 400 por ciento la obstaculización a la entrega de ayuda humanitaria. Así, se han confirmado 4.400 incidentes de negación de la entrada de ayuda a las zonas de conflicto.

Además, Naciones Unidas ha revelado que hubo un alto nivel de impedimentos y violencia contra los trabajadores humanitarios, se saquearon sus provisiones, se les restringió el movimiento y se les impuso todo tipo de dificultades en su tarea de brindar asistencia básica a los niños. En este apartado, los escenarios más preocupantes son Yemen, Malí, República Centroafricana, Israel, Palestina y Siria.

"Llamo a todas las partes en conflicto a dar prioridad inmediatamente al acceso de la ayuda humanitaria para los niños y las poblaciones vulnerables en los sitios de conflicto, así como a permitir el trabajo de los expertos en protección de menores y asistencia vital", ha pedido Gamba, que también ha pedido que se facilite la repatriación voluntaria a sus países de los niños varados en campamentos en Irak y Siria.

El informe también constata la "falta de respeto" al carácter civil de escuelas y hospitales, que en 2019 sufrieron 927 agresiones confirmadas, principalmente en Afganistán, Israel, Palestina y Siria.

A esta circunstancia se suma el cierre y el uso con fines militares de esas infraestructuras, lo que da como resultado que millones de niños fueran privados de la educación y los servicios de salud.

Violencia sexual

La ONU verificó 735 denuncias de violencia sexual en 2019, pero ha resaltado que ese dato seguramente no refleja la realidad, ya que muchísimas violaciones no se reportan sobre todo por la impunidad de la que gozan los agresores, la falta de acceso a la justicia y a servicios para las víctimas y el temor al estigma. En este caso, los países con más episodios documentados fueron República Democrática del Congo, Somalia y República Centroafricana.

El informe da cuenta también de 2.500 niños detenidos por acusaciones de asociación con las partes en conflicto, incluidas agrupaciones terroristas. En este sentido, Gamba ha enfatizado que los menores de edad deben ser tratados como víctimas y la detención es un último recurso que debe ejercerse por periodos breves.

Reclutamiento

Por otro lado, más de siete mil niños fueron reclutados o utilizados para el combate en 2019. En la mayor parte de los casos, los reclutadores fueron actores no estatales en República Democrática del Congo, Somalia y Siria.

Según el estudio, también 1.683 niños fueron secuestrados recientemente, sobre todo para servir como soldados o esclavos sexuales. Somalia, República Democrática del Congo y Nigeria registraron el mayor número de casos verificados.

"Para poner fin al ciclo de violencia contra los niños en los conflictos armados hacen falta programas amplios de reintegración que contemplen educación, apoyo psicosocial, servicios de salud y empleos", ha explicado Gamba, instando a la comunidad internacional a mantener el respaldo a estos esfuerzos mediante la Coalición Global para la Reintegración de Niños Soldados.

“La paz sigue siendo el medio más poderoso para reducir las violaciones contra los niños. Hago eco una vez más a la exhortación del secretario general (António Guterres) a un alto el fuego mundial no sólo mientras combatimos la pandemia de Covid-19, sino más allá de ello, ya que los niños y las familias que viven en escenarios de conflicto necesitan urgentemente la paz y la protección que la acompaña”, puntualizó la funcionaria de la ONU.

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