Noticias falsas: se inicia el debate sobre su regulación
El fenómeno que se hizo visible luego de la supuesta interferencia rusa en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, vuelve a ser discutido ahora que los norteamericanos regresan a las urnas, una situación de la que Chile tampoco está ajeno.
"El Papa Francisco remece al mundo, al apoyar a Donald Trump como Presidente" y "Agente del FBI sospechoso de filtrar los correos de Hillary Clinton fue encontrado muerto en un aparente asesinato-suicidio". Esos titulares inundaron las redes sociales durante la campaña de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016 y ambos tenían como origen el pueblo de Veles, en Macedonia, según descubrió tiempo después el editor del sitio web Buzzfeed, Craig Silverman. Se trataba de uno de los primeros indicios de un fenómeno que ha gatillado un debate global y que ha afectado a ciudadanos comunes y corrientes, políticos y medios de comunicación, al demostrar su capacidad de injerencia en los procesos electorales por medio de las redes sociales. Se trata de las fake news o noticias falsas.
La presunta intromisión de Rusia en las elecciones de EE.UU. en 2016, en las que Donald Trump se impuso por un cómodo margen, fue la manifestación más visible del problema. Sin embargo, Estados Unidos no ha sido el único caso. Entre 2016 y 2017, al menos 18 países han visto afectadas sus elecciones por la proliferación de las fake news en la red, según un estudio de Freedom House. Y en las presidenciales de 2018 en Brasil, Folha de Sao Paulo reveló que el 97% de las noticias compartidas por WhatsApp por los seguidores de Jair Bolsonaro eran falsas o distorsionadas.
Es por eso que el debate sobre la regularización de las noticias falsas y el rol de las redes sociales es crucial, en un año en el que Estados Unidos volverá a las urnas, el próximo 3 de noviembre.
Mientras que en el caso de Chile, Facebook anunció una alianza con el Servel y monitoreo especial de sus plataformas para evitar la desinformación con miras al plebiscito constitucional del 26 de abril y las municipales el 23 de octubre.
Los expertos concuerdan que tanto la desinformación, como las mentiras, el sesgo y el engaño siempre han existido. Según la BBC, lo que diferencia al fenómeno de las noticias falsas es esta suerte de "matrimonio entre las redes sociales, los algoritmos, los sistemas de avisaje, personas preparadas para inventar contenido y ganar dinero fácil, junto con un proceso electoral".
"La desinformación como capacidad disruptiva de la información ha existido siempre. Ha evolucionado, sobre todo, por la llegada de las redes sociales. Muchas veces, la desinformación no intenta venderte un modelo alternativo, sino que pretende venderte caos. Otras veces, se filtra información que es veraz, pero que puede tener motivaciones políticas detrás. Las estrategias son diversas y sirven a causas distintas", explicó a La Tercera, Carme Colomina, experta en el poder disruptivo de la información e investigadora asociada al Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB).
"Ha cambiado el concepto de verdad y mentira. Eso lo hemos visto muy bien con la llegada de Trump a la Casa Blanca. Vemos cómo esta era de la posverdad no tiene un efecto en las urnas, como podíamos esperar. La mentira no se castiga", añadió.
Para el consultor político español, Antoni Gutiérrez-Rubí, "ahora estamos en una nueva fase". "Existe un mayor control sobre las acciones de los partidos, las instituciones, los medios, los ciudadanos y las propias plataformas estamos aprendiendo a fiscalizar mejor los contenidos". Pero admite que "aún estamos lejos del control total".
En este contexto, muchos países ya comenzaron a tomar las riendas contra la desinformación y en su mayoría las legislaciones exigen a las plataformas a que tomen medidas, pero también imponen obligaciones a las personas. Muchas naciones, eso sí, comenzaron a reformar leyes existentes que regulaban los medios, la publicidad y la campaña electoral. En Estados Unidos se presentó un proyecto conocido como el Acta Avisaje Honesto (Honest Ads Act) que requeriría que las empresas de internet den a conocer los detalles sobre la propaganda política colocada en las plataformas de las empresas.
En el caso de Alemania se están aplicando multas a empresas y personas que difundan contenido considerado ilegal en las redes sociales, mientras que después del tiroteo que se transmitió en vivo en Nueva Zelandia, Australia aprobó una ley que condena a las redes sociales que difunden este tipo de contenido. A su vez, en Francia se aprobaron en 2018 dos proyectos de ley que controlan las noticias falsas en período electoral, que permiten a los partidos o a los candidatos recurrir a un juez para frenar la difusión de fakes news, mediante el bloqueo de sitios web.
Medidas de redes sociales
Facebook, que ha estado sometida a presiones para eliminar las noticias falsas de su plataforma antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, inició por su parte un programa piloto en diciembre para detectar más rápidamente informaciones erróneas. En ese sentido, llegaron a un acuerdo con la agencia Reuters para verificar el contenido publicado en la red social y su aplicación para compartir fotos Instagram.
Twitter no se ha quedado atrás, señaló la cadena NBC, que tuvo acceso a un memo en el que se señalaba que la red social planea colocar avisos de alerta ante informaciones falsas entregadas por políticos o figuras públicas, como parte de su nueva política para hacer frente a la desinformación.
En todo caso, hay países que han ido más allá y muchos ya tienen legislaciones para regular las redes sociales. Algo que el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo estar de acuerdo el fin de semana pasado en la reunión de seguridad de Munich. "No creo que las empresas privadas deberían tomar decisiones solas cuando se trata de valores democráticos fundamentales. Es por eso que el año pasado hice un llamado para una regulación en cuatro áreas: elecciones, contenido dañino, privacidad y portabilidad de información", indicó.
La cadena BBC señala que por años las empresas como YouTube o Facebook tenían sus propias reglas sobre el contenido que consideraban inaceptable y la forma en que los usuarios se deberían comportar. Eso es lo que está cambiando.
La experiencia en otros países
Alemania
La ley NetzDG comenzó a regir a comienzos de 2018 y se aplica a las empresas que tienen más de dos millones de registrados en el país. Se les obligó a establecer procedimientos para revisar los reclamos sobre el contenido que tienen y remover lo que es ilegal en 24 horas. Las personas pueden ser multadas hasta US$ 5,6 millones y las empresas hasta US$ 54,23 millones.
Australia
Se aprobó el Acta de Compartir Material Violento Aborrecible en 2019, que introdujo penas criminales para las empresas de redes sociales. Incluso hay sentencias de cárcel para los ejecutivos de compañías tecnológicas de hasta tres años y penas financieras con un valor de hasta 10% del volumen de venta que tiene la empresa.
Rusia
En noviembre, una ley comenzó a regir en el país que le daba a los reguladores el poder para desconectar internet en el caso de "una emergencia", aunque -dice la BBC- no ha quedado claro si han sido efectivos al hacer esto. Las leyes de información de 2015 dicen que las empresas de redes sociales deben almacenar cualquier información sobre rusos en los servidores dentro del país.
Brasil
Un reporte de la biblioteca legal del Congreso de Estados Unidos de 2019, señala que la Cámara Alta y Baja brasileña están analizando propuestas para criminalizar la divulgación de información falsa en internet. La propuesta también hace responsables de esto a las plataformas, en el caso de que el contenido no sea removido dentro de 24 horas.
Unión Europea
Si bien los 27 países miembros pueden tener su legislación individual, el bloque también toma medidas. En este caso se están concentrando en los videos terroristas. Las plataformas de redes sociales enfrentan multas si no borran contenido extremista dentro de una hora. También hay reglas sobre cómo las empresas almacenan y usan la información de las personas.
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