El nuevo escándalo financiero que sacude al Vaticano

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El Papa Francisco saluda a sacerdotes ortodoxos el miércoles en la Plaza de San Pedro. FOTO: AFP

El Papa Francisco ordenó que se investigaran de inmediato las denuncias recibidas en junio desde el banco pontificio.


Documentos y aparatos electrónicos fueron confiscados de la Secretaría de Estado y la agencia de control financiero del Vaticano durante una serie de allanamientos de la policía el martes, tras denuncias sobre "pasadas operaciones financieras". La oficina de prensa del Vaticano no entregó detalles sobre el caso, ni tampoco se refirió a la naturaleza de las acusaciones.

A través de un breve comunicado, el Vaticano explicó que las denuncias fueron recibidas en junio desde el banco del Vaticano y la oficina del auditor general. Se agregó que el principal fiscal del tribunal del Vaticano autorizó estas confiscaciones, que son parte de una investigación iniciada por orden del Papa Francisco. Estas involucran a "peces gordos" del Vaticano, entre los cuales figurarían monseñores, cardenales y laicos de alto rango, según consigna el diario argentino La Nación.

Emiliano Fittipaldi, periodista de la revista italiana L'Espresso y autor de Avaricia y Lujuria, dos libros que denunciaron los escándalos financieros y de abusos sexuales en la Iglesia Católica, reveló que la Autoridad de Investigación Financiera también estaba involucrada en el escándalo, que tiene que ver con transacciones irregulares relacionadas con compras de millonarios inmuebles en el extranjero, particularmente en Londres, con la participación de empresas británicas. Además, agregó que cinco altos funcionarios del Vaticano fueron suspendidos de sus servicios "en forma preventiva".

Se cree que estos allanamientos podrían ser los primeros en la Secretaría de Estado, que supervisa las relaciones diplomáticas con más de 180 países.

El Vaticano ha intentado reformar sus finanzas por casi 10 años, sumándose a las normas internacionales contra el lavado de dinero y reformando su banco, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), tras décadas de acusaciones de que esa institución funcionaba como un paraíso fiscal.

Por eso, la creación de la Autoridad de Información Financiera (AIF) fue clave. La institución no solo funciona como un monitor financiero interno, sino que además trabaja con los encargados de inteligencia financiera de otros países para compartir información sobre transacciones sospechosas. Sus oficinas también fueron allanadas el martes.

Pero este no sería el primer escándalo financiero que agita al Vaticano. El año pasado comenzó un juicio que sigue en curso después de que el expresidente del IOR, Angelo Caloia, fue acusado de malversar US$ 68 millones en ventas de bienes raíces junto a su abogado.

Los fiscales del Vaticano han sido criticados por evaluadores del Consejo de Europa por demoras innecesarias en sus investigaciones y procesamientos de las transacciones sospechosas que deben estudiar. A principios del próximo año, el mismo consejo evaluará los avances conseguidos por el Vaticano.

Desde el comienzo de su Pontificado en 2013, el Papa Francisco ha tenido como objetivo hacer una limpieza de las finanzas del Vaticano.

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