Perú blinda palacio presidencial y sede del Congreso a dos días de protesta nacional contra Boluarte

La presidenta de Perú, Dina Boluarte
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, quien enfrentará nuevas protestas contra su gobierno.

La mandataria peruana, con una impopularidad que supera el 80 % en las escuestas, se prepara para enfrentar una nueva movilización social el próximo miércoles, cuyos objetivos son insistir en su renuncia, la disolución del Parlamento y la demanda de justicia por las personas fallecidas en las manifestaciones a inicios de año. En Lima, la policía dispondrá de ocho mil agentes para controlar la seguridad pública.


El palacio presidencial de Perú y el edificio del Congreso en Lima lucían este lunes protegidos con rejas y policías antimotines dos días antes de una marcha que exige otra vez la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y de los legisladores, en lo que se prevé que sea la reanudación de las protestas de oposición que agitaron el país a inicios de año y que dejaron 67 muertos y 1.900 heridos.

La plaza mayor de Lima, ubicada frente al palacio presidencial, también quedó aislada y enrejada en medio del fastidio de comerciantes, turistas extranjeros y transeúntes que tenían que rodearla para llegar a bancos, tiendas de chocolates, cafés y otros sitios históricos.

Para el miércoles está prevista una protesta con hasta 4.000 manifestantes, según cálculos de la policía, para mostrar el malestar de los ciudadanos con el gobierno y pedir justicia por los civiles asesinados en las movilizaciones de diciembre a febrero, cuando la presidenta Boluarte reemplazó a Pedro Castillo tras su destitución por el Congreso.

Con una impopularidad que supera el 80 % en el caso de la mandataria y del 90 % para los legisladores, de acuerdo a un estudio de opinión ciudadana a nivel nacional de la firma CPI publicado el lunes, Boluarte hizo un llamado a la unidad de los peruanos ante la convocatoria de una decena de organizaciones sociales, incluidos sindicatos y federaciones de estudiantes.

“Necesitamos querernos y encontrarnos... y no necesitamos de aquellos mensajes que nos desunen”, pronunció este lunes en una ceremonia a puerta cerrada dentro de un centro de convenciones. Citó pasajes de la biblia y dijo “amaos los unos a los otros”.

Pero su ministro del Interior, Vicente Romero, fue directo e indicó en la televisora pública que tenían “identificados a todos los dirigentes” de la protesta y los harán responsables si “vuelven a incendiar la pradera, a quemar entidades públicas y privadas”.

Además la policía anunció que el miércoles, día de la protesta, enviará 8.000 agentes a las calles de la capital para controlar el orden público.

En las entradas norte y sur de la capital, los agentes revisaban desde la semana pasada los documentos de identidad de los pasajeros de buses que llegaban a Lima desde los Andes, luego de que grupos de manifestantes de diversas regiones indicaran que estaban viajando a la capital para protestar. El gobierno también extendió por 30 días la suspensión de derechos constitucionales en vías claves de Perú, incluido el derecho a la libre reunión, para evitar posibles bloqueos carreteros.

Las protestas contra Boluarte empezaron el 7 de diciembre del año pasado cuando ella asumió el poder tras la destitución de Pedro Castillo, quien intentó disolver el Parlamento para evitar una votación en su contra y terminó acusado y en prisión preventiva por el presunto delito de rebelión.

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