Por qué los soldados norcoreanos están dispuestos a morir en Rusia

Las tropas participan en un desfile militar para conmemorar el 75 aniversario de la fundación del Ejército de Corea del Norte, en Pyongyang, el 8 de febrero de 2023. Foto: Reuters

Casi todos levantarían la mano para irse, explican desertores militares, debido a la lealtad al régimen, la promesa de un estatus superior y una visión del mundo exterior.




Ryu Seong-hyeon no necesita imaginar lo que pueden estar pensando ahora los miles de soldados norcoreanos desplegados en las líneas del frente rusas. No hace mucho, él era uno de ellos.

En 2019, Ryu cruzó la Zona Desmilitarizada de Corea hacia la libertad, una deserción poco común. Tenía un perfil que refleja el de muchas de las tropas recién enviadas hoy: jóvenes, desnutridos y ciegos al mundo exterior. Antes de optar por huir, Ryu recuerda mover ladrillos en las obras y temblar afuera mientras hacía guardia. Comía arroz blando mezclado con maíz. La carne era un regalo de las fiestas.

En aquel entonces, si le hubieran ordenado luchar con los rusos, Ryu, que ahora tiene 28 años, habría dado una respuesta rotunda: “Gracias”. Su razonamiento: “¿No sería mejor al menos la comida?”.

Los combatientes norcoreanos en Rusia han sido tachados de mercenarios, carne de cañón y de segunda categoría. Pero lo que se pasa por alto, sostienen exsoldados norcoreanos y otros expertos militares, es lo dispuestos que están a morir muchos de estos soldados y lo ansiosos que podrían estar por escapar de las duras condiciones en su país.

Es poco probable que los aproximadamente 10.000 soldados norcoreanos desplegados en la región de Kursk, donde Rusia está tratando de repeler una incursión ucraniana, cambien el curso de la dolorosa guerra que dura dos años y medio. Pero proporcionan al presidente ruso, Vladimir Putin, una mano de obra muy necesaria y plantean nuevas amenazas en las líneas del frente, que están en punto muerto. Uno de los mayores misterios es el nivel de determinación que estas tropas norcoreanas aportarán a una batalla lejos de casa y por una causa desconocida.

El Ejército ucraniano, al igual que las fuerzas rusas contra las que lucha en regiones como Donetsk, también necesita formas de reforzar sus filas. Foto: Serhii Korovayny para WSJ

El martes, funcionarios ucranianos dijeron que algunos soldados norcoreanos ya habían participado en combates a pequeña escala cerca de las líneas del frente. Un día después, Corea del Sur evaluó que los recién llegados aún no habían participado en combates a gran escala. Estados Unidos ha dicho que espera que los norcoreanos comiencen a luchar en los próximos días.

Casi todas las tropas enviadas a Rusia -que incluyen combatientes de fuerzas especiales- tendrían un conjunto similar de motivaciones, dicen los exsoldados norcoreanos. Han sido adoctrinados desde una edad temprana para sacrificar todo por el líder supremo. A los niños se les insta en sus libros de texto escolares a demostrar su lealtad al régimen ofreciéndose como voluntarios para ser el objetivo de hipotéticos ataques de artillería.

El despliegue de las tropas sería visto como la oportunidad de su vida para devolver dinero y gloria al régimen de Kim Jong Un. Aquellos que mueren son valorados; aquellos que sobreviven regresan como héroes.

“Los soldados norcoreanos están convencidos de que deben hacer cualquier cosa por Kim”, dijo Ryu.

“Sin dudarlo un segundo”

Incluso las principales tropas de Corea del Norte carecen de equipo y recursos modernos, lo que las pone en desventaja en relación con las fuerzas especiales entrenadas en Estados Unidos, Europa o Corea del Sur, dijo David Maxwell, coronel retirado de las Fuerzas Especiales del Ejército de Estados Unidos con amplia experiencia en Asia. Muchos de los soldados de Corea del Norte, incluso de las fuerzas especiales, pasan la mayor parte de su tiempo en trabajos agrícolas o de construcción, agregó.

“El entrenamiento de las fuerzas de operaciones especiales de Corea del Norte produce soldados altamente disciplinados con una lealtad intensa, a menudo dispuestos a asumir riesgos extremos con un equipo limitado”, dijo Maxwell.

Los rusos y los ucranianos tienen Fuerzas Armadas de cientos de miles, y ambos bandos enfrentan desgaste y luchas para reponer sus filas. Rusia puede reclutar más de 30.000 tropas nuevas al mes, aunque a menudo pierde la misma cantidad de muertos o heridos en Ucrania, según estimaciones occidentales. Ucrania está sufriendo tasas de bajas menos pronunciadas, aunque las cifras precisas no están claras.

Ucrania WSJ
La región ucraniana de Sumy comparte frontera con Kursk, donde las fuerzas rusas intentan repeler una invasión ucraniana. Foto: Svet Jacqueline para WSJ

Lo que preocupa al Norte es su capacidad para enviar más soldados. Corea del Norte tiene uno de los ejércitos permanentes más grandes del mundo, con aproximadamente 1,2 millones de soldados, y varios millones más en reserva, según estimaciones de Corea del Sur. El régimen de Kim tiene la unidad de fuerzas especiales más grande del mundo, con alrededor de 200.000 hombres, según los expertos militares.

Se espera que los soldados enviados a Rusia reciban un salario mensual de alrededor de 2.000 dólares, gran parte de los cuales irán al régimen, según funcionarios surcoreanos. Aun así, se trata de una suma asombrosa para una nación que vive con ingresos mensuales de unos pocos dólares.

Durante décadas, Corea del Norte ha luchado para suministrar suficiente comida a su pueblo debido al aislamiento internacional y la mala gestión económica, agravada por los desastres naturales. Alrededor del 45% de la población de Corea del Norte, de 26 millones de habitantes, está desnutrida, según un informe del Programa Mundial de Alimentos. Incluso el Ejército, que suele recibir privilegios especiales, sufre escasez crónica de alimentos.

Las fuerzas especiales ocupan un lugar destacado en la jerarquía militar norcoreana. Están mejor alimentadas que otras unidades, con un entrenamiento más intenso en infiltración, destrucción de infraestructura y asesinato. La televisión estatal ha emitido imágenes que resaltan los aspectos vodevilescos de su entrenamiento: las tropas rompen ampolletas con las manos desnudas y los combatientes sin camisa reciben golpes con palos de madera. Otros doblan barras de metal.

En septiembre, Kim supervisó ejercicios de exploración y ataque de las fuerzas especiales en los que participaron las “invencibles Fuerzas Armadas revolucionarias” del país, como las llamaron los medios estatales. Cada combatiente norcoreano, afirmaba el informe, era el equivalente a 100 soldados enemigos. La aprobación de Kim llenó a las tropas, cuyos vítores rugieron como truenos, de “emoción ilimitada, alegría, gran orgullo y autoestima”.

El líder norcoreano Kim Jong Un supervisa un lanzamiento de prueba de un nuevo lanzacohetes múltiple de 600 mm en un lugar no revelado en Corea del Norte, el 13 de septiembre de 2024. Foto: Reuters

Lee Hyun-seung sirvió en la unidad de fuerzas especiales de élite “Storm Corps” de Corea del Norte antes de huir hace aproximadamente una década. Además de los ejercicios militares, Lee, que ahora tiene 39 años, recuerda haber asistido a sesiones diarias de entrenamiento ideológico, donde memorizaba las órdenes de Kim y repetía su disposición a morir por el líder supremo, una práctica que sin duda continúa entre quienes son enviados a Rusia.

“Pueden ser sacrificados sin tener mucho impacto en la guerra”, dijo Lee. “Pero no se atreverían a poner en duda las órdenes del líder de ir a Rusia”.

Un riesgo que vale la pena

Corea del Norte suele desplegar llamativos equipos militares en estridentes desfiles, desde nuevos tanques hasta cohetes de artillería y drones. Pero es probable que ese equipo avanzado no esté integrado a nivel de tropas. El país carece de los fondos para abastecer adecuadamente a su Ejército con equipos de tan alto precio.

A los recién llegados norcoreanos se les enseñaron alrededor de 100 términos militares básicos en ruso -incluidos “fuego” y “en posición”- aunque parecieron haber tenido dificultades con la comunicación, dijo la agencia de espionaje de Corea del Sur a los legisladores a fines del mes pasado.

Dado el interés por aumentar el arsenal nuclear de Pyongyang, la situación del entrenamiento y la alimentación de los soldados no ha cambiado drásticamente desde que Kim tomó el poder en diciembre de 2011, dijo Bang Jong-kwan, exgeneral del Ejército surcoreano. Eso limita su posible papel en Rusia a ser soldados rasos, debido a la barrera del idioma y la falta de familiaridad con el terreno, dijo.

“Tendrán muchas bajas porque es muy poco probable que Rusia les proporcione equipos avanzados o información”, dijo Bang.

Residentes se reúnen junto a sus autos destruidos y un edificio de departamentos dañado por un ataque con drones rusos, en Odesa, Ucrania, el 9 de noviembre de 2024. Foto: Reuters

No obstante, muchos soldados norcoreanos considerarían que los riesgos valen la pena. Quienes han oído hablar de los pilotos norcoreanos que volaron en combate contra aviones estadounidenses durante la guerra de Vietnam, saben que un despliegue en el extranjero eleva el estatus de un soldado, dijo Sim Ju-il, que fue oficial militar norcoreano durante 30 años antes de escapar a Corea del Sur en 1998.

Los pilotos que regresaron de Vietnam fueron recibidos como héroes y promovidos a oficiales superiores, recordó Sim, de 74 años. Incluso las esposas de los pilotos que murieron en el campo de batalla recibieron un estatus elevado en el Partido de los Trabajadores que les otorga acceso a empleos prestigiosos.

Es esa devoción ciega al régimen de Kim lo que Sim espera romper, yendo al frente ucraniano. Dijo que hay aproximadamente otros 300 exmilitares norcoreanos que también están dispuestos a ir. Si se los envía al frente, esperan crear “perturbaciones psicológicas” enviando folletos contra el régimen y creando transmisiones para persuadir a los soldados norcoreanos de que se rindan o deserten, dijo.

“Quiero que sepan que les han mentido”, dijo Sim. “No hay necesidad de morir por su lealtad”.

Traducido del inglés por LT Mundo.

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