Presidenta de Perú en problemas: a salidas de su canciller y embajador en EE.UU. se suman pérdida de apoyo en el Congreso y presuntos delitos de su hermano
Dina Boluarte deberá hacer frente a tres nuevos flancos. Mientras gestiona la crisis que desató la renuncia de su embajador en EE.UU. por una fallida reunión con el Presidente Joe Biden que, de paso, botó a su canciller del cargo, una investigación por reuniones de su hermano y la posterior entrega de millonarios fondos a sus interlocutores se suman al complejo panorama en el Congreso.
Cuando parecía que la calma regresaba a Perú, luego de la tumultuosa salida del poder del expresidente Pedro Castillo y las mortales protestas de diciembre y enero en el país vecino, nuevamente el escenario político se agitó para la Presidenta Dina Boluarte.
Una serie de polémicas, que incluyen una fallida reunión con su homólogo estadounidense, el Presidente Joe Biden, puso nuevamente contra las cuerdas a la administración de la sucesora de Castillo. Durante los últimos días, perdió a su canciller, Ana Cecilia Gervasi, a su embajador en EE.UU., Gustavo Meza-Cuadra, se inició el “acopio” de información sobre una posible irregularidad en la asignación de fondos al distrito de Nanchoc luego de que su alcalde se reuniera con el hermano de Dina Boluarte, Nicanor Boluarte, y podría derrumbarse su apoyo en el Congreso.
Vale recordar que la mandataria asumió el cargo el 7 de diciembre de 2022, luego de que Pedro Castillo fracasara en su intento de dar un golpe de Estado, consignó la prensa en aquella época, debiendo dar el salto desde la vicepresidencia a la presidencia. No fue sencillo. Masivas manifestaciones contra un gobierno que consideraba ilegítimo dejaron un saldo de casi 60 muertos, y a los partidos que respaldaban a Castillo como férreos opositores de Boluarte.
Es por eso que, tras la fallida reunión de la mandataria –supuestamente agendada de antemano– con el Presidente Biden, se desató una crisis no solo en la Cancillería, sino que también en el ámbito político, ya que varios congresistas, incluidos algunos fujimoristas, habían dado su visto bueno al viaje de Boluarte a Washington con el antecedente de que se reuniría con su par, lo que nunca ocurrió de manera formal, al menos.
Una foto en la escalera
No era el único objetivo de la gira a Estados Unidos, pero sin duda era uno de los importantes junto con su asistencia a la Cumbre de Líderes de la Alianza de la Prosperidad Económica en las Américas (APEP). De hecho, la solicitud de salida de la mandataria del país, que debe ser visada por el Congreso y que fue presentada el 26 de octubre, incluía una reunión bilateral supuestamente garantizada. La autorización fue aprobada el 30 de octubre.
Llegó el viernes 3 de noviembre, día en que supuestamente ocurriría la reunión. Ahí fue cuando saltó la primera señal de alarma, la que llegó de la mano de una diferencia en las agendas. Mientras en la de Dina Boluarte figuraba la supuesta reunión, en la de Joe Biden no aparecía nada referente a la mandataria peruana, a diferencia de los encuentros que sí ocurrieron en el Salón Oval con el mandatario de Chile, Gabriel Boric, y el de República Dominicana, Luis Abinader.
La situación se terminó de confirmar a través de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores en el que aseguraba que la reunión bilateral había sido confirmada por la Casa Blanca recién el 30 de octubre, “y reconfirmada hasta la noche del 2 de noviembre”, pero que “esta no se llevó a cabo con el protocolo que caracteriza las reuniones bilaterales en razón de que, luego de la reunión de todos los presidentes y sus delegaciones con la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, conforme la agenda, los tiempos quedaron cortos”.
En vez de los tradicionales registros del mandatario estadounidense de turno sentado frente a su par, la Cancillería peruana subió tres fotografías de Biden subiendo una escalera de la mano con la presidenta peruana, y otras dos recorriendo pasillos.
De todos modos, y según la Cancillería, “la Presidenta Boluarte y el Presidente Biden pudieron conversar sobre asuntos que interesan a ambos países como la migración y la lucha contra el narcotráfico, entre otros”. Pero en Perú, analistas y políticos miraban con malos ojos la gestión del itinerario presidencial.
Pero el escándalo ya había explotado, desencadenando en la renuncia de la canciller Ana Cecilia Gervasi durante el lunes. Según el diario El Comercio, distintas fuentes de gobierno aseguraron que fue la propia Boluarte la que le solicitó que renunciara. También agregaron que la ahora excanciller dimitió con el fin de no debilitar aún más al gobierno.
Su carta de renuncia, sin embargo, no contenía ninguna autocrítica. Más bien, señalaba sus logros durante su gestión con relación a la imagen internacional de Perú tras la salida de Pedro Castillo. “Fueron momentos complejos que hemos superado de manera que hoy el Perú es un país respetado y plenamente integrado en el contexto internacional”, aseguró.
En el programa Sin Guion, la abogada y periodista peruana Rosa María Palacios criticó duramente lo ocurrido en Washington, calificando de “engaño” la confirmación de la Cancillería sobre la supuesta reunión bilateral entre los dos mandatarios. “La señora (Boluarte) representa a todos los peruanos. Tiene obligaciones de Estado, no son las obligaciones de Dina Boluarte”, aseguró.
“¿Por qué van de la mano? Sospecho porque Biden no sabe hablar castellano y ella no sabe inglés; entonces, la está guiando como un gesto caballeroso, pero esas tres fotos publicadas por la Cancillería no son una reunión bilateral ni aquí ni en Washington. ¿Por qué tratan a los peruanos como si fueran idiotas? No lo somos”, cerró.
En Fuerza Popular (FP), partido derechista liderado por la excandidata presidencial Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori, la noticia cayó mal. Desde la caída de Pedro Castillo, muchos parlamentarios fieles al profesor y expresidente ahora encarcelado se han negado apoyar a su otrora vicepresidenta. En cambio, los partidos de derecha han mantenido a flote la gobernabilidad, siendo el principal respaldo de Boluarte, aseguró el periódico El Comercio.
Esta situación dejó en entredicho la relación entre la mandataria y el bloque. El primer vicepresidente del Parlamento, el fujimorista Arturo Alegría, lanzó sus dardos de manera frontal a la mandataria, calificándola de mentirosa en la red social X, antiguamente conocida como Twitter. “Terrible mentira presidencial que nos deja en ridículo ante la comunidad internacional. Es imperativo que la canciller rinda cuentas frente a todos los peruanos”, escribió.
David Gómez Fernandini, periodista de Grado 5, recordó que ya había ocurrido una situación similar, donde el gobierno de Boluarte intentó pasar como un encuentro de unos minutos como una “reunión bilateral”.
“No es la primera vez que la presidencia de la República miente descaradamente sobre una reunión bilateral con Biden. Durante la Asamblea de la ONU en Nueva York, Dina Boluarte posó con Biden y su esposa en una recepción y la presidencia vendió la foto como la prueba de una reunión bilateral, como si los peruanos fuéramos tontos”, señaló.
Otra consecuencia fue la salida del embajador peruano en Estados Unidos, quien lamentó “la situación que se ha generado” y asumió la responsabilidad del fallido encuentro entre mandatarios. “Considerando que la embajada a mi cargo ha tenido la responsabilidad de la preparación de la visita de la presidenta a los Estados Unidos, le hago llegar por este medio mi renuncia al cargo de embajador de Perú en los Estados Unidos”, escribió en una carta dirigida a la ahora renunciada excanciller.
El balance de apoyos a Boluarte, sin embargo, quedó trastocado. César Acuña Peralta, líder del partido conservador Alianza para el Progreso (APP), le bajó el perfil, afirmando que “10 minutos (de reunión) es bastante cuando uno quiere tomar decisiones”. Este partido fue clave para el rechazo de la moción de censura en septiembre contra el ministro de Energía y Minas, Óscar Vera, instancia en que los ocho votos de APP frenaron la jugada.
Pero no todas las tiendas de derecha mantienen su apoyo. FP, firmó y votó a favor de la moción contra Vera, pese a que ha apoyado a Boluarte en algunos aspectos políticos. Esta vez, mantenía aprehensiones sobre la salida de Boluarte, pero terminaron votando a favor debido a la importancia de una eventual reunión bilateral con Biden, consignó El Comercio, hecho que no ocurrió.
“Keiko (Fujimori) está en esta presunta alianza, pero salió a pechar a ministros, mostró cierta postura opositora. Esto de ponerse en la otra orilla se va a acentuar mientras nos acerquemos a un escenario electoral”, dijo al mismo periódico Omar Awapara, politólogo y director académico de Ciencias Políticas en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
Un flanco familiar
El estrictamente político no es el único flanco que se abrió contra la mandataria. También hubo uno de carácter judicial y familiar. Nicanor Boluarte, hermano de la mandataria, acaparó las portadas vecinas luego de que un reportaje del programa de investigación peruano Cuarto Poder revelara el domingo que el distrito de Nanchoc recibió 20 millones de soles (5,3 millones de dólares, aproximadamente) en octubre luego de que su alcalde, Nixon Hoyos, se reuniera con el hermano de la mandataria. Supuestamente, el dinero está destinado a cinco proyectos.
Según la Procuraduría Anticorrupción, ya están “acopiando” la información referente al caso, reportó El Comercio, y solicitaron el envío de documentación “sobre la norma legal que formaliza la transferencia presupuestaría a la Municipalidad Distrital de Nanchoc, así como los informes técnicos que sustenten la aprobación presupuestaria” al Ministerio de Economía y Finanzas.
La propia Presidenta Dina Boluarte se refirió al tema, consignó La República, quien planteó que su hermano está “en total libertad de recibir a quien se le pegue la gana”. “En un programa de televisión, tocaron el nombre de uno de mis familiares. Lo vienen siguiendo desde marzo hasta hace unos días. Supongo que continúa el seguimiento (…) el familiar al que mencionaron no trabaja para el Estado y está en total libertad de recibir a quien se le pegue la gana”, planteó.
También apuntó contra el programa Cuarto Poder, calificando la información que entregaron como “tendenciosa”. “Acá estoy frente a ustedes, tranquila, mirándoles a los ojos y diciéndoles que mi familia, desde mis padres a mis sobrinos, nietos y bisnietos, somos muy respetuosos y dignos y que lo que tenemos es producto de nuestro trabajo, de nuestro sudor de la frente. Con el tiempo se sabrá y, respecto a aquella noticia tendenciosa, esperemos que la prensa sepa pedir disculpas cuando manchan honras de personas decentes”, agregó.
Para el exviceministro de Justicia, Gilmar Andía, la situación se trataría de un caso de tráfico de influencias, dijo a El Comercio. A pesar de que, de momento, la única evidencia que se tiene son las visitas previas a la entrega del dinero, en “política no hay coincidencias”. Pero agregó que todavía no hay indicios suficientes para investigar los delitos.
En tanto, para el exprocurador anticorrupción Antonio Maldonado, “estamos ante un patrón similar al de Pedro Castillo, un personaje cercano a la presidenta. La fiscalía debe investigar con la misma proactividad y lógica como la que tuvo con el antecesor de Boluarte”, y aseguró al mismo medio que “hay elementos para la conformación de uno o más posibles delitos”.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.