Puerto Rico: la explosión ciudadana que tiene contra las cuerdas al gobernador

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Manifestantes marcharon el lunes por la avenida Las Américas exigiendo la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló, en San Juan, Puerto Rico.

Las masivas protestas contra Ricardo Rosselló reflejan el descontento que arrastran los puertorriqueños por casos de corrupción y una gestión deficiente del gobierno.


Puerto Rico enfrenta uno de los momentos más tensos e impredecibles de las últimas décadas. El mayor ejemplo de esta olla a presión tuvo lugar el lunes, cuando decenas de miles de personas, de todas las edades y corrientes políticas, salieron a las calles en San Juan en rechazo al gobernador Ricardo Rosselló, luego de que el 11 de julio se filtrara un chat privado (889 páginas de diálogos por Telegram) entre miembros de su administración, que incluía burlas y comentarios sexistas. Pero las protestas esconden algo mucho más profundo.

Rosselló ha intentado disculparse, anunció que no irá a la reelección, pero prometió que cumplirá con su mandato, que finaliza en enero de 2021. Además, dos miembros del chat renunciaron a sus cargos. Sin embargo, esto no ha frenado la indignación de los puertorriqueños.

"Los comentarios del gobernador y sus compañeros reflejan una falta de respeto por la política puertorriqueña y el pueblo. Los chats reforzaron lo que la gente ya había percibido: un liderazgo ineficaz al mando", dijo a La Tercera Arlene Torres, experta en estudios latinos y puertorriqueños de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Torres estima que hay algo más detrás de la polémica de los chats.

Casos de corrupción

Ese caso fue la gota que rebalsó el vaso para los puertorriqueños, que ya han tenido que lidiar con varios casos de corrupción. El último de ellos se destapó días antes de la polémica filtración, cuando seis exfuncionarios y contratistas del gobierno de Rosselló fueron acusados de fraude y lavado de dinero y detenidos por el FBI. El gobernador aseguró en esa oportunidad que su gobierno no toleraría la corrupción.

Sin embargo, tras la difusión del polémico chat, el Centro de Periodismo Investigativo publicó también una investigación sobre una supuesta "red multimillonaria de corrupción" entre sus miembros.

El escándalo se suma a las críticas que ha recibido Rosselló por su manejo de los daños causados por el huracán María en 2017, que dejó 3.000 fallecidos según cifras oficiales. Durante meses, las autoridades señalaron que el número de víctimas había sido 64, hasta que casi un año después de la catástrofe, elevaron la cifra a la actual. De todos modos, un estudio de Harvard sostiene que la cifra real de víctimas sería 4.645.

Todo esto ocurre en el marco de la gran crisis económica que arrastra Puerto Rico hace más de una década, y que llevó a que en 2017 se declarara en quiebra, con el fin de reestructurar una deuda de más de US$ 70 mil millones. La recesión en la isla comenzó inmediatamente después de que EE.UU. levantara las exenciones fiscales, porque fue en ese minuto que las inversiones de las empresas estadounidenses comenzaron a disminuir. De hecho, el gobierno de Rosselló ha intentado atribuir en varias ocasiones los problemas de la isla a su "estatus colonial", ya que Puerto Rico es un Estado Libre Asociado de Estados Unidos.

El descontento ciudadano ha llegado a tal nivel que, en una entrevista con Fox News el lunes, a Rosselló le costó nombrar a personas que aún lo respaldan. A las manifestaciones se han sumado artistas como Ricky Martin, Bad Bunny y Residente, al igual que la ex miss Universo Denise Quiñones.

En medio de esta tormenta Rosselló aprobó la idea de que el Legislativo empezara un juicio político, lo que podría derivar en su destitución. "Este proceso, junto con una auditoría interna, probablemente resultará en un nuevo liderazgo, un desafío para la supervisión fiscal y un llamado a romper la relación con EE.UU. por un nuevo liderazgo de jóvenes activistas y aliados", señala Torres.

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