Siria puso bajo control a los soldados del Grupo Wagner mientras se daba el motín en Rusia
La acción incluyó el bloqueo de las líneas telefónicas, la convocatoria de una docena de comandantes de Wagner a una base militar rusa y la orden a los combatientes mercenarios de firmar nuevos contratos con el Ministerio de Defensa ruso o abandonar Siria de inmediato.
Cuando los mercenarios de Wagner avanzaron hacia Moscú en un intento de motín a finales de junio, las autoridades sirias y los mandos militares rusos tomaron una serie de medidas rápidas contra los operativos locales de Wagner para evitar que se extendiera el levantamiento, según seis fuentes familiarizadas con el asunto.
La acción, de la que no se había informado hasta ahora, incluyó el bloqueo de las líneas telefónicas, la convocatoria de una docena de comandantes de Wagner a una base militar rusa y la orden a los combatientes mercenarios de firmar nuevos contratos con el Ministerio de Defensa ruso o abandonar Siria de inmediato, según las fuentes, entre las que se incluyen dirigentes de seguridad sirios, fuentes con base cerca de las fuerzas rusas desplegadas y autoridades regionales.
Las fuentes se negaron a dar su nombre para no revelar información militar sensible. El gobierno sirio, el Ministerio de Defensa ruso y Wagner en Rusia no respondieron a las peticiones de comentarios.
Las medidas mostraron cómo las autoridades sirias se movieron rápidamente para poner bajo control a la fuerza mercenaria, preocupadas de que su socio militar clave, Rusia, estuviera distraída por los acontecimientos en su país, según dos fuentes sirias informadas de los despliegues.
“El papel de Wagner en Siria -tal y como lo desempeñaba antes- ha terminado”, afirmó Nawar Shaban, investigador del Centro Omran de Estudios Estratégicos, un grupo de investigación independiente con sede en Estambul centrado en Siria. “Dados los acontecimientos, su relación con el Ministerio de Defensa sirio ha terminado”.
Damasco no ha comentado públicamente el motín de Wagner del 23 y 24 de junio, en el que el jefe de los mercenarios Yevgueni Prigozhin ordenó a sus hombres que luchaban por Rusia en Ucrania marchar hacia Moscú antes de que un acuerdo mediado por Bielorrusia les hiciera dar marcha atrás y exiliar a muchos de ellos.
Sin embargo, altos mandos militares y de los servicios de inteligencia sirios expresaron en privado su preocupación, mientras observaban el desarrollo de los acontecimientos, por la posibilidad de que el motín perturbara la presencia militar rusa en la que habían confiado durante tanto tiempo, según un alto mando de la Guardia Republicana siria y una fuente siria informada de los acontecimientos.
La presencia del grupo mercenario en Siria es relativamente pequeña, entre 250 y 450 efectivos, o aproximadamente una décima parte de la fuerza militar rusa estimada, dijeron las dos fuentes sirias. No hay cifras oficiales sobre la dotación de personal, que varía con el tiempo.
Rusia desplegó sus fuerzas militares y, sobre todo, su potencia aérea en Siria en 2015, ayudando al presidente Bashar al-Assad a rechazar a los rebeldes que pretendían derrocarlo.
Desde entonces, Wagner ha participado en misiones de combate y de seguridad de instalaciones petrolíferas en Siria, y ya en 2015 se informó de las primeras muertes sospechosas de Wagner allí.
Durante años, Moscú negó cualquier relación con Wagner, pero el grupo ha desempeñado un papel muy público en la guerra de Rusia en Ucrania. El Presidente ruso, Vladimir Putin, dijo después del motín que su gobierno financia al grupo.
Después de que Prigozhin anunciara su sublevación, un grupo de militares rusos fue enviado rápidamente a Siria para ayudar a hacerse cargo de las fuerzas de Wagner allí, según una fuente militar regional cercana a Damasco y dos fuentes sirias con conocimiento de los hechos, que no dieron más detalles.
La inteligencia militar siria cortó durante la noche del viernes 23 de junio las líneas terrestres y las conexiones a internet de las zonas donde estaban desplegadas las fuerzas rusas de Wagner para impedir que se comunicaran entre ellas, con Wagner en Rusia e incluso con sus familiares en su país, dijeron las tres fuentes.
En la mañana del sábado 24 de junio, la inteligencia militar siria y los oficiales de defensa rusos estaban coordinándose estrechamente para aislar y controlar a los operativos de Wagner, según el oficial superior de la Guardia Republicana, una fuente de seguridad siria y dos fuentes sirias informadas de los acontecimientos.
Alrededor de una decena de oficiales de Wagner desplegados en la provincia central siria de Homs y en otras zonas fueron convocados a la base operativa rusa de Jmeimim, en la provincia occidental de Latakia, según el oficial de la Guardia Republicana y una de las fuentes sirias informadas de los acontecimientos. El oficial dijo que esto ocurrió “en las primeras horas del motín”.
Reuters no pudo determinar qué ocurrió con ellos. El Centro Ruso de Reconciliación para Siria, con sede en la base de Jmeimim, remite todas las consultas de los medios de comunicación al Ministerio de Defensa, que no respondió a las peticiones de comentarios.
Tras el levantamiento de Wagner, los dirigentes sirios no tardaron en reafirmar públicamente la importancia de su alianza militar con Rusia.
La primera dama siria, Asmaa al-Assad, se encontraba en Rusia días después del intento de motín para asistir a la graduación de su hijo en la Universidad Estatal de Moscú y un periodista le preguntó si había temido visitarla dados los recientes acontecimientos.
“Nuestros amigos rusos no dudaron cuando nos apoyaron en nuestra guerra. Así que no dudamos, y no dudaremos, en estar con ellos en su guerra”, dijo.
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