Theresa May enfrenta su mayor tormenta

Britain's Prime Minister Theresa May and her husband Philip leave after voting in the European (45645121)
Theresa May, junto a su esposo Philip, tras votar en las elecciones del Parlamento Europeo.

Tras el fracaso de su última maniobra sobre el Brexit, la primera ministra británica se reunirá este viernes con el liderazgo del Partido Conservador. Y ahí podría definirse su destino. Según la prensa británica, May tiene las horas contadas.


Hace tres años, en el marco del referendo en el que el 52% de los británicos votó a favor de la salida de su país de la Unión Europea, Theresa May hizo campaña a favor de la permanencia de Londres en el bloque europeo. Por eso, cuando le tocó asumir el poder en reemplazo de David Cameron -artífice de la consulta sobre el Brexit-, lo hizo desde una posición sumamente incómoda, aunque con un mandato claro: concretar un acuerdo con la UE y programar una salida ordenada y lo menos dramática posible.

Desde entonces, la primera ministra conservadora se ha empecinado en sacar adelante su pacto con Bruselas, aunque en tres ocasiones ha sido rechazado por el Parlamento. El martes, May comenzó a cambiar de postura, justo en la antesala de las elecciones para el Parlamento Europeo que tuvieron lugar hoy en Reino Unido, al proponer una nueva votación para su acuerdo. Además, se abrió a que la Cámara de los Comunes considere un eventual segundo referendo, lo que disgustó a quienes respaldan el Brexit.

El problema para Theresa May es que ni sus correligionarios del Partido Conservador ni la oposición laborista se mostraron entusiasmados con la nueva propuesta de la primera ministra. Es más, tanto en público como en privado pulverizaron el nuevo intento de May para salvar el Brexit, al punto que esto provocó el miércoles la renuncia de la líder de la Cámara de los Comunes, Andrea Leadsom. Las dimisiones por el laberinto del Brexit suman más de 30.

Ante este complejo escenario, el diario londinense The Times señaló que la premier podría presentar su renuncia este viernes, aunque el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, insistió en que May aún será la primera ministra cuando Donald Trump visite el país, el próximo 3 de junio.

Reunión clave

La indignación es tal con May que desde las propias filas conservadoras han presionado, aunque sin éxito hasta ahora, para que la primera ministra dé un paso al costado. Por eso se piensa que la reunión que sostendrá este viernes con el poderoso Comité 1922, el grupo parlamentario del Partido Conservador, sellará su suerte. Parte de la prensa londinense sostiene tras ese encuentro podría anunciarse su dimisión o al menos una fecha en que se hará efectiva su salida.

El Comité 1922 le puede decir a May que no quiere que ella siga siendo la líder del partido y eso detonaría su fin en el 10 de Downing Street. Al no haber Constitución, cualquier escenario es posible, entre éstos, una renuncia con efectos inmediatos.

Pero también puede ocurrir que May decida qué día dejará el poder -se especula el 10 de junio- y ahí los tories deberán establecer un calendario para elegir a otro líder. Entre los posibles sucesores de May suenan desde hace rato figuras como el controvertido ex ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson; Jeremy Hunt, titular de Exteriores; Michael Gove, ministro euroescéptico de Medio Ambiente; Sajid Javid, ministro del Interior; Dominic Raab, que fue ministro para el Brexit y Amber Rudd, ministra del Trabajo.

Al mismo tiempo, el comité tory puede solicitar una moción de confianza, de la que es difícil que pueda sobrevivir. Eso sí, en diciembre y enero logró superar dos mociones, presentadas por los conservadores y la oposición laborista, respectivamente.

Temple y perseverancia

El deseo de algunos dirigentes tories era que May renunciara antes de las elecciones europeas, para evitar la debacle que se espera que sufra el Partido Conservador, tal como ocurrió en las elecciones británicas en 2017.

Conocida por su temple y perseverancia, Theresa May ha fallado en intentar convencer a los parlamentarios, pero también a la sociedad británica, de que el Brexit se debía concretar con un acuerdo de salida con la Unión Europea. Por ahora, esa salida está programada para el 31 de octubre, aunque el terremoto político que provocaría la eventual dimisión de May podría cambiar todo nuevamente, desde un divorcio no pactado con la UE o un segundo referendo que podría detener el Brexit.

Quienes conocen a May sostienen que una de sus mayores debilidades ha sido estirar el hilo hasta un límite que finalmente se le salió de control, como quedó demostrado en todas las votaciones en que su acuerdo fue rechazado en el Parlamento.

Tanto para May como para los británicos, el Brexit ha sido un dolor de cabeza. Y eso que la población ya contaba con el antecedente de un "primer Brexit", cuando en el siglo XVI se llevó adelante la Reforma Anglicana en la que el Rey Enrique VIII rompió con Roma, con el fin de disolver su matrimonio con Catalina de Aragón y así poder casarse con Ana Bolena. Aunque ahora no se trata de un asunto religioso, el hastío con el Brexit se percibe como algo transversal, más allá de clases sociales o colores políticos.

En medio de la creciente tormenta en su contra, Theresa May, de 62 años, se resignó hoy a presentar la cuarta votación parlamentaria sobre su acuerdo de Brexit, tras no encontrar apoyo en ninguna parte.

"May organiza su salida tras el fiasco del Brexit", disparó el tabloide sensacionalista The Sun, en una eventual antesala de lo que podría ocurrir en las próximas horas en Reino Unido. "May se prepara para renunciar después del motín del gabinete", apuntó The Times.

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