El último sobreviviente de la Unión Soviética

Kazakhstan's President Nazarbayev stands next to a horse as he visits Kokshetau Region in northern Kazakhstan (44984719)
El Presidente Nursultan Nazarbayev durante una visita a Kokshetau en el norte del país asiático.

Nursultan Nazarbayev, el último de los líderes soviéticos, renunció a la Presidencia de Kazajistán, país que gobernó desde 1989. Admirador de la URSS y de estilo extravagante, fue reelegido en cinco ocasiones.


"¿Se encuentra Borat Sagdiyev por aquí? Me gustaría hablar con él", dijo bromeando el Presidente de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev, en una conferencia de prensa en medio del frenesí que generó la película Borat (2006), en la que se ridiculizaba a un periodista kazajo en Estados Unidos. Su sentido del humor, así como sus extravagancias y admiración por la Unión Soviética, han caracterizado al líder de esta enorme nación de Asia Central desde que se independizó de la Unión Soviética en 1991.

Sin embargo, en un sorpresivo mensaje a la nación, el líder kazajo, de 78 años, anunció su dimisión a partir de hoy de la jefatura del Estado, pero aclaró que se mantendrá al frente del partido oficialista Nur Otan y del Consejo de Seguridad del país.

"Él no está abandonando la escena política, pero cuando el nuevo Presidente esté instalado, perderá algo de su poder. Creo que estamos en medio de una transición que probablemente tomará un año o más. El impacto hubiese sido distinto si Nazarbayev hubiera dejado el poder en caso de muerte", dijo al portal de Radio Free Europe, Paul Goble, analista experto en Rusia.

Nazarbayev llegó a la jefatura del Partido Comunista de Kazajistán en 1989, dos años antes del colapso de la Unión Soviética. En su momento fue uno de los principales impulsores de la figura del líder soviético Mijail Gorbachov, en sus esfuerzos por impedir la desintegración de la URSS. De hecho, según Russia Today, nunca firmó los acuerdos que dieron por muerta a la Unión Soviética y que creaban a una entidad sucesora. Nazarbayev abogó siempre y activamente por la conservación de los lazos entre las repúblicas soviéticas, siendo uno de los más fervientes impulsores de la nueva Comunidad de Estados Independientes.

Además de conservar las buenas relaciones con Moscú, el líder kazajo ha conseguido establecer un "delicado equilibrio" ente Occidente y Oriente y ha sido alabado por convertir al país -el noveno más grande del mundo- en un centro energético, aunque ha sido duramente criticado por pisotear las normas democráticas y las libertades y suprimir brutalmente a la oposición. Fue reelegido en cinco ocasiones. Entre su legado, figura el diseño futurista de Astaná, la capital, y un millonario programa espacial.

Según la agencia EFE, el Presidente kazajo considera que la transición a la democracia debe asentarse sobre una base económica sólida y ha propuesto como meta que el país, poseedor de grandes reservas de hidrocarburos y uranio, se sitúe entre los 30 Estados más desarrollados antes de 2050.

Por su avanzada edad, desde hace años que se ha debatido la sucesión. En este sentido, la agencia The Associated Press señaló que su renuncia establece el escenario para una potencial batalla entre Rusia y EE.UU. por la influencia sobre el sucesor de Nazarbayev, el último sobreviviente de la Unión Soviética.

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