Unos 1.900 combatientes disidentes de las FARC y del ELN están en Venezuela, aseguran mandos militares colombianos
De acuerdo con las cifras de las Fuerzas Armadas de Colombia, alrededor de la mitad de los 2.350 combatientes del ELN están actualmente en Venezuela, así como un 30% del total de los 2.400 de las disidencias de las FARC. El gobierno colombiano ha denunciado desde hace tiempo que el país vecino otorga un puerto seguro a los rebeldes y criminales, permitiendo el tráfico de cocaína a cambio de una parte de las ganancias. El presidente Nicolás Maduro niega las acusaciones de narcotráfico.
Unos 1.900 combatientes de las disidencias de las FARC y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) permanecen actualmente en Venezuela, país que utilizan como retaguardia estratégica para planear ataques en Colombia y realizar actividades de narcotráfico, dijo un alto jefe militar.
De acuerdo con las cifras de las Fuerzas Militares de Colombia, alrededor de la mitad de los 2.350 combatientes del ELN están actualmente en Venezuela, así como un 30% del total de los 2.400 de las disidencias de las FARC.
“En total en los estados de Zulia, Táchira, Apure y Amazonas, calculamos que puede haber entre unos 1.100 y 1.200 bandidos del ELN y de las disidencias de las FARC aproximadamente unos 700″, dijo el comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, general Luis Fernando Navarro, en una entrevista con Reuters el miércoles en la tarde.
“Es un factor de inestabilidad que la retaguardia estratégica de estas estructuras esté en los estados limítrofes venezolanos. Eso hace que sea difícil obviamente combatirlos, que sea complejo”, explicó el oficial quien sostuvo que las Fuerzas Armadas de Venezuela no los persiguen.
El gobierno de Colombia ha denunciado desde hace tiempo que Venezuela otorga un puerto seguro a los rebeldes y criminales, permitiendo el tráfico de cocaína a cambio de una parte de las ganancias.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien expresó en el pasado simpatía por la ideología izquierdista de los rebeldes y dio la bienvenida abiertamente a algunos líderes guerrilleros, niega las acusaciones de narcotráfico.
El país sudamericano de 50 millones de habitantes enfrenta un violento conflicto armado de casi seis décadas que ha dejado 260.000 muertos y millones de desplazados, pese a un acuerdo de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que permitió la desmovilización de 13.000 combatientes.
Aunque con la firma del acuerdo de paz en 2016 la violencia se redujo, con el paso del tiempo recrudeció debido a que algunos comandantes lo rechazaron y regresaron a la lucha armada con cientos de sus antiguos subordinados.
Comandantes en Venezuela
Al mismo tiempo, el ELN y bandas criminales como el Clan del Golfo, conformadas por antiguos paramilitares de derecha, comenzaron a disputarse el control territorial de zonas selváticas y montañosas estratégicas para el narcotráfico que habían abandonado las FARC y a las que las disidencias regresaron.
Navarro dijo que unos 80 venezolanos hacen parte de las disidencias y 180 del ELN.
El oficial aseguró que comandantes de las disidencias de las FARC como Iván Márquez, Hernán Darío Velásquez y Henry Castellanos, que conforman la Segunda Marquetalia, se encuentran en Venezuela, al igual que Gustavo Aníbal Giraldo, alias Pablito, del ELN.
De inmediato no hubo ningún pronunciamiento del gobierno de Venezuela sobre las declaraciones de Navarro, pese a una solicitud de comentarios.
La porosa frontera de 2.219 kilómetros facilita que los rebeldes colombianos comentan ataques en su país y pasen a Venezuela para evitar la persecución y la permanente ofensiva militar, afirmó Navarro.
En junio las disidencias de las FARC detonaron un carro bomba contra una brigada del ejército en la ciudad de Cúcuta que dejó varias personas heridas y días después dispararon ráfagas de fusil contra un helicóptero en el que viajaba el presidente Iván Duque, quien salió ileso.
El ELN tiene presencia en varios pueblos venezolanos de la frontera con Colombia en donde operan como un gobierno local y un importante empleador en actividades de narcotráfico, extorsiones y explotación informal de minas de oro, mientras aumentan el reclutamiento, de acuerdo con testimonios de habitantes de la región.
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