“Voy a negarme a servir en el Ejército”: jóvenes israelíes deciden no alistarse
La guerra en Gaza continuará a lo largo de 2024, según Israel, que sigue bombardeando el enclave palestino, tres meses después del ataque del 7 de octubre. El Ejército ha anunciado que sus reservistas harán pronto una pausa en la guerra para prepararse para la prolongación de los combates. Son 360.000 en total, además del Ejército regular. Pero en este contexto, algunos jóvenes se niegan a alistarse.
Esta guerra de larga duración entre Israel y Hamás requiere la rotación de las tropas armadas, en particular de los reservistas israelíes. Sin embargo, algunos de los jóvenes llamados a alistarse se niegan a hacerlo.
Es el caso de Sofia Orr, una de las voces de los jóvenes israelíes que dicen basta al conflicto. Vive en Pardes Hanna-Karkur, al norte de Tel Aviv. Sofia tiene 18 años, edad suficiente para alistarse en el Ejército. “En febrero, voy a negarme a servir en el Ejército israelí e iré a la prisión militar por ello”, afirma la joven de 18 años a Sandrine Mallon y Willy Moreau, corresponsales especiales de France Info para RFI.
Sofia es una de las líderes del movimiento “Mesarvote”, un grupo antimilitarista que cuenta ya con decenas de miembros: “La mayoría de la gente en este país tiene ese espíritu militar, que apoya al Ejército pase lo que pase, y eso incluye por supuesto a las personas cercanas. A veces me llaman traidora o judía llena de odio. Es realmente difícil”, confiesa.
“Tenemos que hacer las paces”
Su rostro se ha hecho público, al igual que el de su amigo Tal Mitnick, la primera persona que se negó a cumplir el servicio militar desde el 7 de octubre. La semana pasada fue condenado a un primer mes de arresto.
“Puedes conseguir una exención, hacerlo discretamente y no ser humillado públicamente por ello. Pero esa no es una opción para mí. Siento que tengo que hablar públicamente y tratar de tener el mayor impacto posible”, dice Sofia Orr.
Desde entonces, ha repetido incansablemente: “La violencia extremista de Hamás no puede combatirse con más violencia. Quiero formar parte de la solución, no del problema. Tenemos que hacer la paz, no hay otra opción”.
Entrando en “una nueva fase” de la guerra
Cinco brigadas israelíes se retirarán o redistribuirán en breve. Los reservistas también se tomarán un descanso para prepararse para “combates prolongados”, según el Ejército israelí. Para David Rigoulet-Roze, investigador asociado del Instituto de Relaciones Internacionales et Estratégicas (IRIS) y redactor jefe de la revista Orient Stratégique, entrevistado por RFI, el anuncio del Ejército indica que la guerra entra en “una nueva fase”.
“Según las declaraciones de Tsahal, se trata de un redespliegue con el objetivo de permitirles reanudar su trabajo, por lo que hay una lógica económica y, cito (Tsahal): ‘Estamos planificando la gestión de las fuerzas que operan sobre el terreno examinando el sistema de reservas, la economía, la renovación de las fuerzas’. Así que hay un sistema de rotación en el trabajo hoy en día, lo que demuestra que estamos entrando en una nueva fase, ya que se ha mencionado varias veces”, estima el investigador.
“La primera fase serían los bombardeos masivos, la segunda la operación terrestre y una tercera fase que sería de menor intensidad, sobre todo en el norte de Gaza. Esto estaría en línea con las demandas estadounidenses, en particular las de Jake Sullivan, asesor de Seguridad estadounidense de Joe Biden, que quería ver operaciones de menor intensidad a partir de enero. Pero esto no significa un cambio de estrategia, sino que forma parte de la planificación a largo plazo”, analiza el investigador.
Impacto económico y presupuestario para Israel
Como señala David Rigoulet-Roze, las razones de la retirada de los reservistas israelíes pueden ser estratégicas, pero también económicas: “Había 360.000 movilizados, lo que supone entre el 10% y el 15% de la mano de obra israelí, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas. Ese es el grueso de la estructura económica. Así que hay un claro impacto económico”.
“También hay un impacto presupuestario, con un déficit de alrededor del 8%. Pero más allá de eso, podemos preguntarnos por los métodos de recolocación. Algunos hablan de la posibilidad de redesplegar unidades en el norte del país, con la posible apertura de un frente en la frontera libanesa”, agrega.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.