Bomberos estrena nuevo método para apagar incendios de edificios históricos en lugares patrimoniales
La nueva forma para enfrentar los incendios en este tipo de edificación tiene dos fases de aplicación: la primera relacionada con la prevención y estudio de los inmuebles, para después dar paso a la acción de extinción, teniendo en consideración aquella información recogida previamente.
El pasado 19 de julio, un incendio afectó al edificio del Correo Central de Santiago, al que concurrió la 2ª Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago (CBS), debido a la especialidad que esta compañía ha desarrollado para actuar en incendios patrimoniales. Se trata de una estrategia con características especiales e innovadoras para enfrentar siniestros en edificios históricos. En lo que va del año, bomberos ha concurrido a seis incendios en lugares así, todos ellos operando con la metodología basada en prevención y extinción eficiente.
El trabajo para llegar a la forma en la que actualmente los bomberos operan ante este tipo de emergencias comenzó en 2019. Fue a raíz de la preocupación que generaron los incendios del Museo Nacional de Brasil, un año antes, y también el de la Catedral de Notre Dame, en Francia. Aquello develó la importancia de generar un tratamiento especial ante incendios en lugares históricos. El 2020, el CBS y el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio firmaron un convenio para prevenir siniestros que afecten a inmuebles y bienes patrimoniales.
Para poder concretar esta medida, los voluntarios de la 2ª Compañía han sido capacitados internacionalmente, lo que le ha permitido ser reconocida por la institución con la especialidad de incendios en estructuras o contenido patrimonial. Esto, ya que 50 de sus voluntarios fueron preparados por la Fundación Fuego de España para desarrollar métodos y formas de ataque a estas emergencias. Posteriormente y gracias al convenio con el Ejecutivo, otros 25 funcionarios fueron instruidos para el manejo de especies patrimoniales, lo que les permitirá saber cómo retirarlas en caso de un siniestro. Además, dicha unidad cuenta con un carro especial que opera como centro de comando ante este tipo de emergencias.
Desde Bomberos explican que el nuevo método para enfrentar este tipo de incendios tiene dos fases de aplicación. La primera tiene que ver con la prevención y estudios de los inmuebles, para después dar paso a la acción de extinción, considerando los antecedentes que ya se tenían del lugar y que fueron recogidos en la primera etapa. El capitán de la 2ª Compañía de Santiago, Jorge García Sepúlveda, resume aquello en que los bomberos en el mundo “son una institución eminentemente reactiva. Tú acudes al incendio y lo apagas. La respuesta en los trabajos patrimoniales es estrictamente preventiva para ser reactiva”.
A partir de sus conocimientos y experiencias, la 2ª Compañía de Santiago ha comenzado a capacitar a otras unidades del CBS, así como también a cuerpos de bomberos de otras regiones.
La labor preventiva
Para saber cómo actuar ante una emergencia en edificios de estas características, los voluntarios de Bomberos comenzaron a analizar estas estructuras. Para eso elaboraron un modelo de trabajo considerando las particularidades de cada edificio, los cuales fueron distinguidos y clasificados.
Hasta ahora, son 52 los inmuebles que han sido analizados por Bomberos, los cuales han sido clasificados en cuatro categorías. Los edificios de clase A son los monumentos, los clase B son bibliotecas, los C, museos, y los de categoría D son las zonas típicas. Entre los edificios ya revisados se encuentra la Catedral de Santiago, el edificio de Correos de Chile y la Biblioteca Nacional, entre otros.
“Hicimos esa clasificación porque el trabajo en una biblioteca o en un museo no es el mismo que en un edificio como La Moneda o la Intendencia Metropolitana, pero tampoco va a ser el mismo que te vas a encontrar en un barrio. Porque en un barrio no tienes una casa o un edificio, sino que tienes muchas casas y edificios en un lugar determinado. Entonces, nosotros comenzamos el trabajo para poder hacer el levantamiento en base a esta clasificación”, explica el capitán García.
En estos lugares se ha desarrollado un modelo de trabajo considerando las particularidades de cada edificio. Una vez en el lugar, los voluntarios han generado información respecto a los objetos y cosas que se almacenan en el edifico. Se consideran los riesgos asociados a las particularidades del lugar, así como también un análisis de la construcción, estructuras y posibles riesgos. Pero, además, se capacita a los funcionarios que trabajan ahí para que sepan cómo actuar ante una emergencia.
El paso a la acción
Considerando que ya se había estudiado el edificio, sus características de construcción y la forma en que se debía operar ante una emergencia, la forma en que se extingue un incendio en ese edificio histórico también cambiará.
Una de las principales características del innovador método no es sólo considerar lo que se hace en un incendio típico: apagar el fuego con agua y destruir el techo para dar mayor ventilación al incendio. En el nuevo protocolo, detalla el capitán García, se contempla una mirada eficaz y eficiente de la extinción para disminuir el daño del lugar.
Junto con eso, también velan por la seguridad de los voluntarios, ya que ante estructuras patrimoniales el riesgo aumenta exponencialmente. En paralelo, además, se deben salvaguardar los bienes, también históricos, que existen al interior de estos lugares, para lo cual se ha capacitado a funcionarios para que retiren las especies durante la emergencia, considerando los cuidados especiales de estas.
Teniendo en cuenta los materiales que se han utilizado para construir estos lugares, Bomberos pone especial consideración a la hora de apagar los incendios en estas estructuras. Esto, ya que el agua, en el caso de los muros de adobe, podría dañar el lugar al ablandar este material o destruirlo por su fuerza, lo que además podría provocar daños al resto del inmueble.
García asegura que ahora, cuando llegan a un incendio de este tipo, “la forma en la cual enfrentas la emergencia se hace teniendo en consideración todas estas particularidades para efectos de no generar más daños, ser mucho más eficiente, mucho más eficaz y para aumentar la seguridad de los bomberos que trabajan. Esa es la diferencia, que es una diferencia conceptual, pero que es superimportante”.
El foco en los barrios patrimoniales
El incendio en edificios históricos no es frecuente, aseguran desde el CBS. En el contexto del estallido social fue cuando más lugares determinados fueron incendiados, pero más allá de eso, no es algo que ocurra habitualmente. No así en las zonas históricas, lo que genera preocupación en la institución.
La mayoría de los incendios a los cuales acude Bomberos en la capital se da precisamente en barrios o zonas típicas. Durante el análisis de edificios y lugares históricos que realizó la 2ª Compañía, pudo reconocer que lugares como los barrios Yungay, Brasil o Matta son más propensos a tener este tipo de emergencias. Aquello les ha permitido distinguir dos factores: problemas eléctricos y el hacinamiento en esos inmuebles.
El mayor riesgo en estos lugares, aseguran, está ligado a la falta de mantención en los sistemas eléctricos, a lo que se suma la sobrecarga de estos, ante al aumento en la cantidad de personas que viven en el mismo espacio. Junto con eso, las modificaciones que se le han hecho a la estructura también aumentan el riesgo, ya que en muchos lugares existen muros construidos con adobe, pero que son intervenidos posteriormente con ladrillos. Esa combinación podría debilitar la estructura.
Debido al mayor número de habitantes, el capitán García asegura que los incendios en barrios patrimoniales “son sumamente grandes, peligrosos y muy difíciles de contener, por la extensión, la carga de combustible y todos estos riesgos asociados”.
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