Defensor de imputados por crimen de carabineros califica de “rumor” la información de testigos sobre los Antihuen

cañete
De izquierda a derecha: Felipe Antihuen Santi, Jefferson Antihuen Santi y Nicolás Rivas Paillao.

“Creemos que los antecedentes esgrimidos, trataremos de demostrarlo, no permiten corroborar ni superar el estándar de la presunción fundada”, sostuvo el abogado Jaime Pacheco.


En el Juzgado de Garantía de Cañete continuó este miércoles la audiencia de formalización de Jefferson Alexander Antihuen Santi, Felipe Antonio Antihuen Santi y Nicolás Rivas Paillao, los tres sujetos que se sindican como responsables del homicidio de tres funcionarios de la 4° Comisaría de Los Álamos de Carabineros.

El Ministerio Público solicitó la prisión preventiva de los tres imputados que fueron detenidos la madrugada del lunes 29 de julio en operativos en las regiones de Biobío y Metropolitana. Un cuarto implicado en el crimen, Tomás Antihuen, permanece prófugo.

El crimen de los tres carabineros

Pasadas las 23.30 horas del 26 de abril, en el sector de Antiquina, en Cañete, los carabineros Sergio Arévalo, Misael Vidal y Carlos Cisterna, acudieron a controlar el cumplimiento de una medida cautelar de arresto domiciliario, por una causa por porte de armas e infracción a la Ley de Drogas, de Carlos Antihuen Riquelme, tío de los hermanos detenidos y el prófugo.

De acuerdo a la investigación que encabeza el fiscal regional de La Araucanía, Roberto Garrido, luego de una planificación de varias semanas, los imputados emboscaron a los tres patrulleros para quitarles sus armas y sus chalecos antibalas. Luego los ejecutaron y los trasladaron en la camioneta policial hasta el kilómetro 24 de la Ruta P-72 para incendiar el vehículo y los cuerpos con combustible de una motosierra. El crimen quedó al descubierto en los primeros minutos del 27 de abril, obligando a suspender la celebración del aniversario institucional de Carabineros.

Pruebas balísticas y de ADN, testimonios de testigos y registros de llamadas del padre del imputado Nicolás Rivas Paillao, con su hija y con el propio imputado, fueron presentadas ante el juzgado para fundamentar la acusación contra los imputados por cinco delitos: robo con violencia, homicidio de calificado de carabineros, incendio de un vehículo, porte ilegal de armas de fuego y trasladado de restos humanos.

Defensa califica dichos de testigos de “rumor”

El abogado defensor Jaime Pacheco Quezada cuestionó los antecedentes que presentó el Ministerio Público y puso en duda las inferencias que se hacen a partir del testimonio del tío de los imputados.

“Creemos que los antecedentes esgrimidos, trataremos de demostrarlo, no permiten corroborar ni superar el estándar de la presunción fundada”, sostuvo.

Abogado Jaime Pacheco

Pacheco también criticó el relato de los fiscales que relacionaban elementos como un alicate que habrían solicitado los hermanos y una escopeta Baikal que habrían tenido en su poder.

“Empiezan a surgir una serie de testigos reservados, hasta el número nueve, que lo único que tienen en común es que reciben información de personas cuyos antecedentes no se atreven a dar por temor, los que a su vez habían escuchado de otras personas, que tampoco sabemos quiénes son o no las identificamos y que dicen, en rumor, que los Aintihuen algo tenían que ver. Y así fue naciendo. La idea preconcebida: los Antihuen algo tenían que ver. El rumor se ancla en nuestra mente, no obstante que la prueba diga lo contrario o no permita corroborar. El rumor se transforma así en una idea preconcebida. Y algo de esto, o mucho de esto hay, es lo que dice relación con los antecedentes esgrimidos por el Ministerio Público para acreditar la participación”, argumentó el defensor.

“El informe balístico no me dice quién fue el que disparó esa arma. Y no tenemos más. Lo que tenemos es el deseo entonces de que las cosas sean como queremos que sean. Queremos que los imputados sean. Queremos que sea cierto ese rumor, pero el deseo es un acto de fe. La imputación penal es un acto de racionalidad. Y ese deseo de fe, de que las cosas sean como sean, de que sean ellos, nos lleva a dejar de ver algunas cosas. Como que el principal testigo, el número dos, no reconoció las voces. Como que el principal testigo, el número dos, tampoco identificó entre las personas que portaban los focos después del suceso a ninguno de sus sobrinos (...) Nos hace olvidar que el rastreo de las antenas telefónicas no sitúa o nos indica solo localización, no nos demuestra el encuentro ni conversación”, afirmó el abogado.

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