Déficit de bomberos y falta de brigadistas de Conaf dificultó extinción de incendio en Rapa Nui
Dos incendios se desarrollaron la mañana del martes: uno arriesgaba viviendas y el otro, moáis. Los 6 bomberos disponibles para la emergencia se focalizaron en apagar el primero, mientras que Conaf, sin brigada hasta el 15 de octubre, solo pudo apoyar con 2 guardaparques y 1 carro forestal en el segundo.
Dos incendios registrado en Rapa Nui, que consumieron en conjunto 104 hectáreas y afectaron a decenas de moáis ubicados alrededor del volcán Rano Raraku (uno de los más importantes en Isla de Pascua), reveló la falta de voluntarios activos que hoy experimenta el único cuartel de Bomberos con presencia en el territorio insular.
Conaf recibió el aviso del siniestro próximo a las esculturas a las 10.00 horas del martes 4 octubre e “informó su incapacidad de control por falta de la brigada” señala Marcos Añigual, segundo comandante del Cuerpo de Bomberos de Isla de Pascua.
Ninoska Huki, jefa provincial de la Conaf en Isla de Pascua, explica que la corporación, en todo el país, “contrata brigadas en las temporadas de incendios forestales, y esa comienza en la segunda quincena de octubre hasta abril”, por lo que la brigada no estaba activa.
Así todo, la Conaf “apoyó todo el tiempo, pero fue insuficiente. Teníamos un carro forestal, hubo dos guardaparques combatiendo”, señala Huki. La falta de brigadistas, añade, dificultó la extinción del incendio.
Los seis voluntarios activos de Bomberos, por su parte, estaban trabajando en otro foco (a 10 km del primero), que ponía en riesgo viviendas. No había personal disponible para enviar al sector del volcán y evitar la quema de los moáis.
Ese siniestro -más cercano al pueblo de Hanga Roa- fue controlado a las 16.00 horas del mismo martes. Solo entonces Bomberos “fue junto a Conaf a Rano Raraku (...) y estuvimos monitoreando hasta las 20.30 horas, ya que era imposible trabajar tanto en el interior como en el exterior (del volcán)”, explica Añigual.
Allí, el fuego avanzaba indiscriminadamente promovido por el viento, de unos 20 km/h, comenta uno de los presentes.
El foco del volcán fue controlado a las 14.30 horas del miércoles, gracias, en parte, a las lluvias registradas ese día, pero la pérdida patrimonial, asociada a la afectación de los moáis, ha sido calificada de “irrecuperable” por parte de las autoridades. El fuego erosionó y promovió el desgaste natural de las estructuras, cristalizando y rompiendo parte de su superficie, comenta uno de los presentes.
Se estima que el origen del incendio habría sido intencional, posiblemente por una quema de “limpieza” de pastizal.
Déficit de voluntarios
El comandante Añigual explica que falta personal para combatir los incendios, pues “una cantidad importante de nuestros voluntarios jóvenes se fueron a estudiar (regresarían en el verano) y hemos invitado en varias oportunidades a la gente a participar, pero no tenemos muy buen resultado. Así que hoy en día, tenemos un déficit de voluntarios”.
El otro gran problema es la falta de materiales. Según fuentes conocedoras de la situación en la que se desempeña los bomberos, faltan “herramientas forestales” para preparar a más gente.
Cuenta uno de los presentes que en esta emergencia había civiles que querían colaborar, pero no había qué pasarles para hacer ese trabajo.
Sin aviones para la extinción de incendios, los voluntarios tienen que hacer todo el trabajo a pie, pues dada la geografía del sector en donde ocurrió, no era posible el acceso de vehículos: el cráter y ladera de un volcán, cuya cantera operó como fuente de fabricación de 400 moáis, de los 900 que tiene Isla de Pascua.
Por su parte, el alcalde de Rapa Nui, Pedro Edmunds, señaló que a raíz de lo sucedido, es evidente que son necesarios más voluntarios de Bomberos en la isla, así como un terreno para el entrenamiento de las personas interesadas, que quieran integrarse a la brigada.
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