El "químico de Pinochet": El origen del giro judicial del caso Frei Montalva

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La muerte de Eugenio Berríos fue un caso central que el abogado Álvaro Varela tomó para demostrar que sí había un delito que perseguir en la muerte del expresidente.


Lo otra mirada al caso Frei Montalva la coloca el primer abogado que tuvo la familia en esta causa, Álvaro Varela Walker. De hecho, su punto de vista lo relata en el prólogo del libro "Magnicidio: la historia del crimen de mi padre", escrito por Carmen Frei.

Cuenta que "la noche del día 22 de enero de 1982, junto a tres compañeros de la Vicaría de la Solidaridad, una vez terminada la misa celebrada por el cardenal, quedamos a cargo de esperar en la Catedral de Santiago el féretro de don Eduardo Frei Montalva, quien había fallecido pasadas las 5 de la tarde en la Clínica Santa María".

Esperaban, señala, que "una vez terminada la misa, alrededor de las 9 de la noche y dada la hora del fallecimiento (de Frei Montalva), estaría próximo a llegar el ataúd; sin embargo, transcurrieron casi tres horas antes de que ello ocurriese".

¿Qué demoró tanto el arribo de la urna? "Esa cuestión me dio vuelta durante muchos años y fue lo primero que recordé cuando la familia Frei me planteó la posibilidad de hacerme cargo de la asesoría jurídica de la investigación de su muerte", indica.

Para efectos de configurar una investigación criminal, explica Varela, debían presentarse al tribunal elementos concretos que condujeran al inicio de la misma. Así se tomaron como ejemplos otros hechos criminales registrados durante el régimen militar de similar naturaleza, esto es, "muertes causadas por envenenamiento o destinadas a eliminar posibles partícipes en hechos de esa naturaleza y relacionados con personas a quienes la dictadura decidía que debían ser eliminadas para facilitar su accionar".

Particularmente, en estas últimas dos hipótesis, el caso que mejor calzó fue el asesinato de Eugenio Berríos Sagredo, conocido como "el químico de Pinochet".

Varela sostiene que el progreso de la investigación del asesinato de Eugenio Berríos proporcionó los antecedentes suficientes para interponer, el 21 de octubre de 2002, una primera querella criminal por los delitos de asociación ilícita y obstrucción a la justicia en contra de quienes estuvieron envueltos en la muerte de Eduardo Frei Montalva. Más adelante, precisa, esa investigación abrió las puertas a la interposición de una querella por homicidio.

El abogado no solo se limita a narrar cómo se fue configurando la figura delictual, sino también deja escrita una fuerte crítica política.  "Durante el largo período que desempeñé mis funciones en este proceso, me sorprendió que más allá de la familia no hubo manifestaciones de colaboración de sectores que se podría haber esperado lo hubiesen hecho. Al fin y al cabo, don Eduardo Frei Montalva fue un personaje político de especial relevancia para el partido en que militaba y al que representó en los más altos cargos públicos de la nación", asevera.

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