Exjefe de misión en Haití por presuntos abusos de militares contra mujeres: "Nunca recibí ninguna denuncia de esa naturaleza"
En entrevista con La Tercera, Juan Gabriel Valdés, quien fue designado en 2004 como el jefe político de la misión de la ONU en ese país y quien se mantuvo ahí hasta 2007, afirmó que "el sistema funciona de manera que hay una oficina dentro de la misión, que se preocupa del comportamiento de los soldados". El excanciller planteó también que el "Ejército de Chile debe investigar" la denuncia arrojada contra las Minustah.
"En primer lugar me parece aberrante y francamente muy doloroso para una persona que tiene una relación con Haití, como la tengo yo", dice Juan Gabriel Valdés al referirse al informe que acusa que algunos efectivos de la misión de paz en Haití, llamada Minustah, habrían abusado de mujeres y niñas a cambio de comida o dinero. Según el reporte del portal académico The Conversation -publicado por el Washigton Post y el New York Times-, los acusados habrían embarazado a cientos de mujeres a quienes luego habrían dejado abandonadas.
Valdés, quien fue designado en 2004 como el jefe político de la misión de la ONU en ese país y quien se mantuvo ahí hasta 2007, entrega sus impresiones de la denuncia. Desde Estados Unidos, atiende a La Tercera al teléfono.
"Me parece una vergüenza para Naciones Unidas y es una necesidad de investigar hasta el final, porque la primera preocupación es tener solidaridad con las víctimas. Esa es mi primera reacción. En segundo lugar yo creo que es necesario mirar esto bien, por cuanto hay una cantidad de personas que cumplieron una tarea de mucho arrojo, de mucha decencia en lo que fue el intento de ayudar al pueblo haitiano", expresa Valdés, quien añade que "Naciones Unidas va a tener que recibir las recomendaciones que se hacen en ese estudio y tomarlas muy en serio, entendiendo que las dificultades son muy grandes. Toda misión de paz implica una absoluta distancia entre los que tienen la capacidad de pacificar y las victimas que están en condiciones de desamparo en un país en situación de guerra".
"Es muy difícil para la misión controlar el comportamiento de los soldados", agrega quien fuera también ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Eduardo Frei.
-¿En el tiempo que usted estuvo recibió algún tipo de reporte o denuncia sobre casos similares?
Nunca recibí ninguna denuncia de esa naturaleza. Hubo denuncias de participación de soldados con prostitutas, en lugares de prostitución y fueron expulsados, la mayoría eran jordanos. El sistema funciona de manera que hay una oficina dentro de la misión, que se preocupa del comportamiento de los soldados. Cuando ocurre una denuncia, esa oficina investiga de inmediato la situación y luego, si el asunto es grave, la transmite inmediatamente al país de donde vienen esas tropas. Mientras yo estuve allá en Cabo Haitiano había soldados chilenos y nunca escuché de una situación de esa naturaleza ni de los comandantes, con los cuales tuve mucha interacción, ni con los soldados. Ahora, han habido acusaciones posteriores al periodo que yo estuve. Contra los uruguayos fueron bastante comunes, pero en el periodo que yo estuve no escuché ninguna cuestión de esta naturaleza, sobre todo lo que, según dice el estudio, que aquí no se está hablando de violaciones, sino que se está hablando más bien de relaciones establecidas sobre la base de dinero o de comida.
-El informe menciona casos de niñas de 11 años.
Es una bestialidad y debe ser castigado.
-¿Qué posibilidades ve usted de que estas denuncias se materialicen en sanciones? Usted conoce bien ese país y sus problemas económicos y políticos.
Es difícil. Tendría que haber una investigación en cada país con los soldados que fueron acusados. Recuperar la información no es fácil. Hay países que se van a negar a entregar exámenes necesario para comprobar la paternidad sobre los hijos. Pero yo creo que el Ejército de Chile debe investigar, porque informes de oficiales a sus superiores existen. Naturalmente es muy probable que esto no haya sido informado, pero se puede entrevistar a las personas que tenían la autoridad directa del batallón en ese momento. Lo que sí es importante decir es que las Naciones Unidas tenía un principio de tolerancia cero en esta materia. Estaba absolutamente fuera de cuestión, de sexo por dinero, y estaba seriamente desaconsejado la relación de cualquier naturaleza con mujeres locales, esa es la instrucción de Naciones Unidas.
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