Fernando Soto, rector del Instituto Nacional: "Sería un error que apoderados recurran a la justicia por el paso a mixto"
Poco después de confirmar que esa institución recibirá alumnas, la autoridad académica se refiere a los cuestionamientos planteados por los centros de padres y defiende que no se repitiera la votación. "Teníamos que ser coherentes", afirma.
Habían pasado pocos minutos desde que, en conferencia de prensa, el rector del Instituto Nacional, Fernando Soto, ratificó el vuelco en la votación que debía definir el paso a mixto de ese plantel, cuando la autoridad académica dialogó con La Tercera sobre lo que vendrá tras el fin de más de 200 años de enseñanza monogenérica en dicha institución. Al ahondar en la histórica decisión, el rector del plantel justificó la decisión de no repetir el acto electoral, pese a las irregularidades detectadas durante su desarrollo.
¿Por qué se rechazó la idea de repetir la votación?
Esto tiene que ver con lo que ya habíamos definido previamente. El propio consejo escolar había adoptado ciertas decisiones en diciembre del año pasado. Entonces, teníamos que dar una señal de que sí había acuerdos que fueron meditados y zanjados en su momento. Teníamos que ser coherentes con las decisiones que tomamos.
De todas maneras, uno de los tres centros de padres ya anunció el viernes que recurrirá a la justicia para revertir la decisión. ¿Cree que el proceso quedó deslegitimado ante la comunidad?
No. Todos pudimos participar y opinar en el consejo escolar. Estaban representados todos los estamentos, incluso los tres centros de padres. Creo que ir a la justicia sería un error. Tienen todo el derecho y no podemos pasar por sobre esos derechos, pero en términos de la construcción de la comunidad que queremos, pienso que sería un error.
Después de este proceso, ¿cree que la mayoría de la comunidad institutana está de acuerdo con el modelo mixto?
Los resultados fueron relativamente parejos. No puedo ser injusto con ninguna de las tendencias que estaban en juego, pero creo que debiera haber consenso en que aprendamos a construir este nuevo momento histórico del instituto, que no pretende otra cosa que ir en beneficio de quienes se forman en nuestro proyecto educativo.
¿Cuál será su rol en un colegio donde las opiniones están divididas?
La principal tarea hoy es generar consensos. Aquí hay cosas que están por sobre el tema de género, que tienen que ver con cómo educamos a nuestros estudiantes en el sentido del respeto de los valores humanos básicos y cómo los formamos en términos de poder convivir en una sociedad más amable, justa e igualitaria.
Pero es difícil lograr consensos en un establecimiento que tiene más de cuatro mil alumnos.
Por supuesto que hay un abanico enorme de opiniones, unas muy favorables al cambio y otras más cercanas a mantener las tradiciones que consideran adecuadas. Entonces, era una situación compleja que tratamos de transitar con absoluta apertura. Creo que cumplimos parcialmente con ese desafío.
También se afirma que la infraestructura del colegio no es adecuada para recibir alumnas.
Entiendo ese punto de vista y lo respeto, pero en mi visión personal, creo que esperar a que estén todos los problemas de infraestructura resueltos antes de someterse a este debate implica someternos a una eterna espera. No podemos esperar a tener un colegio ideal como condición para dar un paso de cambio de modelo.
¿Qué sensación le deja que esta votación crucial se llevara a cabo durante su gestión?
Nos toca ser protagonistas de un momento histórico y complejo. Somos testigos del vértigo de estos cambios culturales que son tan trascendentes para nuestro país, y yo creo que en buena hora. Qué bueno que esto sea así, porque hay cosas que tenemos que mejorar. El Instituto Nacional, la institución de educación pública más antigua del país, no podía estar ajena a los procesos sociales, y por supuesto que nos impacta lo que pasa en nuestra sociedad. Eso tiene muchas cosas buenas, pero también muchos desafíos.
¿Cree usted que esta apertura para que niñas opten por este colegio favorece que ellas puedan enfrentar otros espacios donde históricamente han estado postergadas?
No concibo los espacios de educación ni aprendizaje sin considerar los principios masculinos, femeninos y cualquier manifestación de género, incluso más allá de hombres y mujeres. Creo que en la sociedad caben todos, cualquiera sea su condición o género, y eso no hace más que enriquecer las propias visiones respecto del mundo y el tiempo que nos tocó vivir.
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