Ingresos de venezolanos a Chile rompen su tendencia a la baja tras reelección de Maduro
Hasta antes de los bullados comicios que mantuvieron al régimen de Nicolás Maduro, las cifras de llegadas al país de migrante de Venezuela eran menores a las de salidas. Sin embargo, septiembre rompió esa lógica, en línea con los temores de una nueva ola por esas elecciones.
Tres días después de las polémicas elecciones presidenciales de Venezuela, en las que se proclamó como ganador a Nicolás Maduro, el gobierno de Gabriel Boric se vio obligado a idear un plan de acción por la posibilidad de una nueva ola migratoria. Dicho plan incluyó conversaciones con países vecinos y el despliegue de autoridades a zonas fronterizas. “Seguramente vamos a tomar decisiones que tienen que ver con fortalecer nuestra capacidad como Estado, en materia de infraestructura en la frontera, de equipamiento y tecnología”, decía el entonces subsecretario del Interior Manuel Monsalve. En medio de eso, Venezuela decidió cerrar su embajada en el país y canceló los vuelos directos hacia y desde Chile.
Con todo eso en la juguera, tres meses después bien vale preguntarse si se cumplieron los pronósticos de un aumento en el flujo migratorio de venezolanos hacia el país. Y la respuesta es, aparentemente, positiva.
Según cifras de la Policía de Investigaciones (PDI) entregadas a este medio vía Transparencia, en agosto se produjeron 11.959 salidas y 11.697 ingresos. Luego, en septiembre, las cifras fueron 16.371 y 17.598, respectivamente. Si se suman ambos meses, que son los inmediatamente posteriores al 28 de julio de las elecciones, 29.295 venezolanos hicieron ingreso al país y 28.330 se fueron de Chile. Es decir, hubo más llegadas que egresos.
El tema es que al comparar con el mes anterior a los bullados comicios, esta situación era al revés: en julio se produjeron 13.208 entradas y 14.675 salidas. Y al hacer el ejercicio comparativo con los mismos tres meses, pero de 2022 y 2023, se observa que siempre eran más las salidas que las entradas según los datos que posee el Servicio Jesuita Migrante con cifras de la misma PDI. Respectivamente, en julio, agosto y septiembre de 2023 fueron 13.910, 17.080 y 16.647 las salidas de venezolanos, y 12.791, 14.851 y 15.747 las entradas. Y en los mismos meses de 2022 fueron 10.054, 11.701 y 11.853 egresos respectivos, con 8.203, 9.672 y 10.169 ingresos.
De hecho, Juan Pablo González, jefe de estudios de dicho servicio, contextualiza que en todo 2022 se registraron 124.180 entradas y 143.416 salidas de personas venezolanas, mientras que en 2023 estas cifras subieron a 175.783 entradas y 191.912 salidas. respectivamente. “Este aumento de movilidad forma parte de una tendencia general, en la que las entradas y salidas a nivel nacional crecieron”. El tema, advierte, es que “en el caso de los venezolano el saldo migratorio ha sido negativo desde 2022, con más salidas que entradas, mientras que en la migración general se observa un saldo positivo”.
Con todo, González dice que “es difícil atribuir el aumento o disminución de las entradas y salidas de personas venezolanas a Chile solo al cierre de la embajada”, y explica que la intensificación de estos flujos precede al cierre de la embajada, lo que en cierto modo matiza ese efecto.
Entendidos también sostienen que es complejo leer las cifras, pues el total de venezolanos que ha dejado el país puede responder a turistas que llegaron a Chile o personas que habían salido meses antes y luego retornaron.
Como sea, lo cierto es que todavía son miles de venezolanos los que están varados en la nación, algunos buscando cómo retornar a Venezuela. Las aglomeraciones que se solían ver en la embajada de Venezuela, desde su cierre, ya no existen, manteniendo a cientos en la incertidumbre.
Lo que sí, representantes de las comunidades venezolanas en Chile -quienes mantienen contacto permanente con sus compatriotas- comentan que durante ese periodo gran parte de la población venezolana que vio truncados sus papeles regulatorios en Chile inició viaje a países vecinos, donde sigue funcionando el consulado venezolano, para obtener su visa y retornar a Venezuela o Estados Unidos.
“Es posible suponer que el cierre de la embajada hace que muchas personas venezolanas que tenían trámites y estaban en el desarrollo de su proceso puedan ir hacia Bolivia, Argentina o Brasil para tratar de avanzar en esas gestiones”, explica Neida Colmenares, académica de la Escuela de Gobierno de la Universidad Central y politóloga venezolana.
Uno de aquellos que encontró una solución es Carlos Muro (29), hoy ya instalado en Venezuela. “Presentía que la situación no iba a mejorar. Me vi en la obligación de salir de Chile por mis medios y retornar como fuese posible a Caracas para reencontrarme con mi madre y abuela”, relata. Allá llegó a mediados de agosto, luego de un viaje de 11 días en bus, pasando por Perú, Brasil y Colombia.
“Con la crisis hemos formado redes de compatriotas que están en la misma situación. En un grupo de WhatsApp integrado por más de 100 venezolanos se van pasando datos de países donde se puede viajar para obtener la visa”, cuenta Muro, quien recuerda que en Chile “tenía un trabajo estable como repartidor de una empresa de bebestibles. Tenía fecha para sacar mi visa el 31 de julio, justo la semana en que se anunció el cierre”, afirma.
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