La violencia alcanza a la UC
El lunes, el plantel vivió dos episodios violentos, de parte de policías y manifestantes. El rector condenó todo tipo de agresiones y pidió a las autoridades públicas mantener la mesura.
En medio de las protestas que remecen al país, la Universidad Católica fue escenario el lunes de dos episodios de violencia: en el Campus San Joaquín, Carabineros reprimió fuertemente una manifestación estudiantil, lo que terminó con tres alumnos heridos con perdigones, mientras que en la Casa Central un grupo de personas atacó el Centro de Extensión del plantel, quemando más de 20 bancas y destrozando una puerta y los ventanales.
Para el rector, Ignacio Sánchez, estas fueron "las dos caras de Carabineros": por una parte, indicó, la policía actuó de forma desmedida y, por otra, ayudó a salvar el tradicional edificio de la Alameda. "Condenamos todo acto de violencia, independiente de donde se produzca", dijo.
En el caso de San Joaquín, Sánchez acusó a Carabineros de "perder el criterio de proporcionalidad", por lo que se comunicó con la institución para manifestar su rechazo. Además, anunció que prestará ayuda a los alumnos heridos e informó que un capitán de Carabineros acudió al campus de madrugada, para constatar los daños. "Algunos efectivos cometen actos inapropiados para la labor policial", planteó.
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En el Campus San Joaquín, tres estudiantes resultaron heridos.[/caption]
Mientras que en el ataque a la Casa Central, que él presenció y que fue repelido por los guardias, valoró el actuar policial para dispersar a los manifestantes. El edificio está en la "zona cero" de las protestas y ha sido objeto de apedreos, al punto que los 32 ventanales de su frontis están destrozados. Esto obligó al plantel a trasladar sus exposiciones de artes y patrimonio a otro lugar.
"Las universidades son lugares para estar abiertos a la comunidad, para la reflexión. Cuando se cierran, por razones de seguridad, dejamos de lado eso. Los campos universitarios no pueden ser blanco de disturbios masivos ni de ataques externos", dijo Sánchez, quien también analizó la situación del país:
¿Cómo salir de la crisis?
Tenemos que avanzar hacia un diálogo y poner sobre la mesa el tema de la paz social, la esperanza en el futuro y el respeto por el otro (...). Ha habido un malestar social evidente, pero ¿cómo seguimos? La democracia está en peligro, tenemos que tomar muy en serio esto. Al final, podemos pedirle al gobierno, a los partidos, a las instituciones, pero uno tiene que preguntarse qué voy a hacer yo mismo.
¿Las universidades deben sumarse a la autocrítica?
¿Quién no puede hacerse una autocrítica? ¿Quién puede decir que ha hecho todo lo posible? Todos tenemos responsabilidad y nadie se salva de eso. Es infructuoso buscar quién es más responsable que quién. Y es angustiante el espectáculo que dan casi todos los políticos en los foros de televisión y radio, que a los pocos minutos se levantan la voz y pasan por encima de la opinión del otro. Las personas que tenemos más responsabilidad, en este momento, no estamos cumpliendo con esa responsabilidad, que es tener calma, madurez, mesura, diálogo y escucha.
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