Las dudas que deja el encuentro de los obispos con el Papa en Roma
La cita se llevó a cabo este lunes y asistieron los cinco miembros del comité permanente de la Conferencia Episcopal.
A las 11.00 horas de este lunes en Roma (7.00 de la mañana en Chile), los cinco obispos que conforman el comité permanente de la Conferencia Episcopal (Cech), compuesto por su presidente, Santiago Silva; el vicepresidente, René Rebolledo; el secretario general, Fernando Ramos; el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, y el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, ingresaron a la biblioteca privada del Palacio Apostólico.
Allí fueron recibidos por el Papa Francisco, con quien conversaron durante una hora. Luego, el líder de la Iglesia Católica los invitó, según relataron, a almorzar en la casa Santa Marta, donde estuvieron entre las 13.00 y las 15.00 horas (hora de Roma).
Sobre el encuentro, Fernando Ramos señaló que se desarrolló en un "ánimo cordial" y lo calificó como "un diálogo preciso, lúcido, con aportes del Papa bastante importantes".
Entre los temas que se trataron estuvieron la misión Scicluna, las cartas que los obispos chilenos han recibido del Papa y las asambleas del episcopado, junto con la aceptación de renuncias y los nombramientos de administradores apostólicos. Ramos aseguró que no se habló del caso de una posible aceptación de la renuncia de Ezzati.
Renuncias
Pese a las palabras del obispo Ramos, el encuentro dejó suspicacias. Marcial Sánchez, doctor en Historia y experto en Iglesia Católica, consideró que para mostrar avances en la lucha contra los abusos, los obispos podrían haberlos comunicado por correo electrónico. "No era necesario ir a ver al Papa. Obviamente, la reunión tuvo otro tipo de bemoles", analizó.
Osvaldo Aravena, vocero de los laicos de Santiago, señaló no entender el por qué del viaje. "¿Para informar qué? ¿Que no han colaborado? No sé qué utilidad tiene", afirmó.
Para Eugenio de la Fuente, sacerdote del Arzobispado de Santiago, aún quedan ámbitos en los que se puede avanzar, como la colaboración con la justicia ordinaria, mostrar mayor empatía con las víctimas de abusos y abrir la posibilidad de un resarcimiento económico.
Otro tema que generó debate fueron los dichos de Ramos en relación con las renuncias que los titulares de las diócesis chilenas presentaron en mayo del año pasado ante el Papa. Según el prelado, solo tendrían una validez de tres meses, de acuerdo al derecho canónico. "Como crisis en desarrollo, el haber puesto los cargos a disposición tiene un efecto distinto que una renuncia ordinaria, y el Papa está en libertad de acción hasta que la crisis quede resuelta", manifestó De la Fuente.
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