Magdalena López, psicóloga especialista en duelo del Parque del Recuerdo: “No poder compartir un funeral con el entorno social dificulta mucho más el proceso del duelo”

Magdalena Lopez
Magdalena López, psicóloga. Foto : Andrés Pérez

En medio de la pandemia y el aislamiento social, la despedida de un ser querido puede ser un momento aún más difícil. La experta recomienda hablar del tema y no perder comunicación con las personas de confianza.


Reuniones de trabajo, con amigos, cumpleaños, matrimonios y graduaciones. Toda ceremonia que antes se hacía en persona y en grandes grupos, ahora ha tenido que volcarse a las alternativas digitales. Lo mismo ha pasado con los funerales que, a raíz de la pandemia, han exacerbado sus medidas de seguridad, permitiendo en los casos más extremos sólo al núcleo familiar más cercano.

El streaming y los libros de condolencias virtuales son algunas de las opciones que ofrecen los cementerios en este contexto. Así lo ha hecho el Parque del Recuerdo, lugar donde trabaja la psicóloga clínica Magdalena López, quien se ha especializado en los procesos de duelo. Allí inició hace tres años el programa de acompañamiento Contigo en el Recuerdo, que busca orientar a los deudos en este proceso. “Nos fuimos dando cuenta de que la gente efectivamente tenía mucha necesidad de tener este espacio de contención”, comenta.

Durante estos últimos meses, la cifra de fallecidos por coronavirus ha crecido sostenidamente y, además, la pandemia ha complicado la manera en que los familiares pueden despedir a sus cercanos, especialmente cuando son decesos producto de Covid-19. “El funeral tiene un factor súper importante, que tiene que ver con la contención emocional que reciben los deudos”, señala López sobre este proceso, en el que se ha tenido que innovar. “No poder compartir una ceremonia con el entorno social dificulta mucho más el proceso del duelo. El streaming es la posibilidad de que la gente esté presente en la ceremonia de despedida y que pueda escribir sus comentarios y estar ahí para contener a los deudos”, añade.

¿Cómo enfrentar una pérdida en este contexto?

Creo que uno de los temas que más dificultan este proceso es que somos una sociedad que no habla de la muerte, y el no hablar de la muerte nos obstaculiza el estar preparados para ella. En realidad, hablarlo permite poder prepararse para esto, no en términos de sufrimiento, pero sí poder prepararse como para saber qué es lo que quisiera de mí la persona que falleció. Cuando fallece alguien se generan muchas culpas, dudas, cuesta tomar decisiones, cuesta incluso volver a ser feliz después. Entonces, poder hablarlo antes a mí me parece que es la mayor fortaleza que se puede tener. Esta pandemia nos ha hecho hablar de un tema que nos cuesta mucho y que no queremos ver, cuando en realidad es mucho más fácil verlo, conversarlo y asumirlo, porque determina un buen desenlace de todo el duelo.

¿Cuál es su opinión sobre la manera en que se informan los fallecidos por Covid-19?

La emergencia que estamos viviendo hace que, efectivamente, el personal médico esté focalizado en mantener con vida a la gente que tiene Covid-19. Sin embargo, nosotros desarrollamos un protocolo que estamos intentando hacer llegar a todas las instituciones de salud del cómo dar la noticia del fallecimiento, porque a partir de nuestra experiencia sabemos que la forma en que se da la noticia es súper relevante para todo el proceso del duelo. Hoy en día, si bien no podemos resguardar la vida de todas las personas, lo que sí podemos hacer es cambiar las últimas experiencias, tanto para el enfermo como para la familia.

¿Por qué la muerte es un tema del que no se habla?

La muerte hoy en día se habla como que es un fracaso de la medicina. Yo creo que hemos confiado mucho en la tecnología que ha ido avanzando, nos vamos sientiendo como todopoderosos y nos alejamos del tema de la muerte. Si bien una muerte implica mucho sufrimiento por la pérdida, mucho más fuerte son todas las cosas que envuelven a la muerte, que son los comentarios desafortunados de la gente, las pocas instancias para poder conversar o el que no te permiten la expresión de la emocionalidad. Hay muchos mitos en torno a la muerte que obstaculizan mucho el proceso del duelo.

¿Qué sugerencias se pueden considerar al momento de enfrentar un fallecimiento por Covid-19?

Es súper compleja la muerte por Covid-19, porque tiene elementos que lo hacen ser un duelo muy traumático. Es una muerte en general inesperada, o sea, llevamos algunos meses hablando de la posibilidad de muerte, pero cuesta proyectar esa idea dentro de la familia. Tiene el componente de que uno muchas veces no alcanza a despedirse cuando hay una hospitalización. Por otra parte, no contamos hoy día con la presencia física de alguien y eso hace que la contención emocional se vea imposibilitada. Es importante tratar de disminuir todos los efectos que pueda tener, sabiendo que no podemos controlar todas las variables, pero sí el tratar de cuidarse de la tendencia a mantenerse aislado. Es importante mantener comunicación con las personas en las que confío y con quienes me siento contenido.

¿Debe el Estado asegurar herramientas para la salud mental de las personas en este contexto?

Yo creo que si seguimos como el resto de los países, efectivamente vamos a tener que tener más especialistas en duelo. En Chile hay muy pocos especialistas en esta materia y yo creo que hay que preparar a los profesionales, a los psicólogos y a los psiquiatras para abordar este tema. Es un tema súper específico y se necesita experiencia para poder entenderlo, no es algo tan intuitivo, la intuición más daña, por todos estos mitos sociales que hay respecto del duelo.

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