El nuevo rostro del Barrio Lastarria
Tras cuatro meses desde el 18-O, el conocido paseo bohemio en el centro de Santiago se ha inundado de comercio ambulante y locatarios sufren los efectos por la escasez de visitantes. Varios restaurantes, entre ellos, El Liguria, se encuentran con las cortinas cerradas “hasta nuevo aviso”.
Se percibe otro aire en las calles que recorren el típico Barrio Lastarria, el cual ha sido testigo directo de las protestas sociales que vienen sucediendo hasta estos días. Y es que hoy sus emblemáticos lugares lucen completamente distintos: la iglesia de la Veracruz quemada; el cine arte El Biógrafo -aunque se encuentra recuperando público- sigue con sus butacas vacías. Roberto, acomodador del cine El Biógrafo, cuenta que en octubre y noviembre "hubo días en que no venía nadie y no abríamos. Desde diciembre empezó a venir público, pero si en la sala caben 198 personas, ahora solo se llenan 50 asientos".
Algunos de sus clásicos restaurantes de mesas a la vereda, como en el Quitral y Casa Lastarria, han disminuido su personal de servicio o derechamente han debido cerrar, como es el caso de El Liguria, la gran apuesta del barrio inaugurada en enero de 2018 con bombos y platillos. En cambio, se han multiplicado las mantas en el piso que ofrecen diversos productos, convirtiendo el típico paseo en una verdadera feria de las pulgas; se vende ropa usada, fotos de las manifestaciones, libros y artesanías.
El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, reconoce que el comercio ambulante "es una situación grave en el barrio". Ante este panorama, el edil explica que "para poder fiscalizar el comercio ambulante ilegal necesitamos Carabineros, ya que la municipalidad no tiene facultad para decomisar o pedir carnet de identidad". Esta situación se complica aún más -agrega Alessandri-, ya que "la 1° Comisaría de la zona está destinada a resguardar Plaza Italia".
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En los últimos dos meses, se ha vuelto común la mayor presencia de jóvenes, y menor la de adultos mayores.[/caption]
El dueño de un almacén de alimentos naturistas, ubicado en Merced con Lastarria, relata con nostalgia los motivos por los que llegó a vender sus productos al sector: "Nos encantaba esta zona, por eso invertimos acá. A veces cerrábamos a la 1 de la mañana y ahora siento miedo en mi local a cualquier hora del día. Tenía clientes que venían desde el oriente de Santiago, del sur del país, y no han venido desde octubre".
Similar situación cuenta el dueño de una tienda de ropa cercana a Lastarria con la Alameda: "Los restaurantes están muy afectados, porque el fuerte eran las cenas y ahora no viene gente. Los viernes en la noche hay fogatas en la esquina y la gente se asusta. El turista también".
Felipe Mella, director del GAM, cuenta que adaptaron su programación habitual y hoy el centro cierra al público a las 18.00, en vez de las 23.00, y los viernes a las 16.00.
Para mejorar la situación de locatarios, el edil cuenta que "la patente municipal se podrá pagar desfasada y en cuotas, lo que antes por ley no podíamos". Asimismo, para "los restaurantes de la zona que tienen terraza podría haber una rebaja de hasta el 30% por el bien nacional de uso público".
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