El prelado de Iquique sobreseído por la justicia civil
En enero de este año, la Corte de Apelaciones de Iquique absolvió a Marco Antonio Órdenes del delito de abuso sexual.
Tras darse a conocer la decisión del Papa Francisco de dimitir de su estado clerical a dos nuevos miembros de la Iglesia Católica, los nombres de los ahora exsacerdotes Francisco Cox y Marco Antonio Órdenes fueron rápidamente quitados de la lista de obispos eméritos del sitio web de la Conferencia Episcopal Chilena.
El caso de Órdenes, exobispo de la diócesis de Iquique, data de 2009 cuando el exacólito Rodrigo Pino interpuso una denuncia ante el Ministerio Público por supuesto abuso sexual en su contra. Los hechos habrían ocurrido en 1997, cuando Pino tenía 15 años. Sin embargo, y tras una investigación penal, el caso fue sobreseído por la Corte de Apelaciones de Iquique en enero de este año.
De manera paralela los antecedentes de este caso llegaron a Roma en 2012 y el Vaticano inició una investigación canónica que culminó con la expulsión del ahora exreligioso.
La situación que enfrenta el exprelado -obstetra de profesión- dista mucho de sus prometedores inicios en la Iglesia, luego de que en 2006 se convirtiera en el obispo más joven del país tras asumir la cabeza de la diócesis de Iquique con solo 42 años. En su carrera, además, realizó un extenso trabajo con jóvenes y fue rector del Santuario de La Tirana, ocupando el cargo de asesor general de los bailes religiosos de la zona norte del país.
Pero todo ese trabajo comenzó a desvanecerse cuando se conocieron las denuncias en su contra. Tras conocerse el inicio de la investigación del Vaticano, Órdenes decidió renunciar a su cargo en Iquique, "por el bien del resto de la comunidad". Posteriormente se trasladó a Perú.
Ayer, tras darse a conocer la decisión del Papa, cercanos a la Iglesia comentan sobre su actual paradero. Mientras algunos apuntaron a que se encontraba en la comuna de Pica, en Iquique, otros sostenían que había regresado a Lima, la capital peruana.
Pese a ello, en Iquique la noticia fue bien recibida. Los padres de Rodrigo Pino llegaron hasta la catedral de la ciudad acompañados de un pequeño grupo de laicos para desplegar un lienzo en contra de los abusos cometidos por miembros de la Iglesia Católica.
María Teresa Jelcic, madre de Pino, definió la expulsión de Órdenes como un paso importante, y aseguró que "vamos a seguir trabajando con nuestro hijo, pues su proceso no ha sido fácil". Además, aseguró que no quisieron apelar a la decisión de la justicia civil para no revictimizar a su hijo.
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