Qhapac Ñan y megalodones activan a Atacama

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Un paisaje del Camino del Inca, en la comuna de Diego de Almagro, con el volcán Doña Inés de fondo.

Dos proyectos de "geoturismo" buscan potenciar a Chañaral.


Las tonalidades de los cerros, piedras y quebradas del Desierto de Atacama se van acentuando con la posición del sol. Incluso, en ciertos lugares se puede retroceder en el tiempo y caminar por los senderos donde transitaban chaskis, los veloces mensajeros del Imperio Inca que dominaba esta parte de Sudamérica hace cientos de años: el mítico Camino del Inca o Qhapaq Ñan.

Uno de los lugares con mayor presencia de estos vestigios en Chile es la comuna de Diego de Almagro, en la provincia de Chañaral. En este territorio, el Camino del Inca está muy bien demarcado, lo que permite dimensionar la ruta y entender la mirada astronómica del imperio.

La ruta ofrece lugares de alto valor paisajístico, con los llanos despoblados del volcán Doña Inés, el cual forma parte de la extensa red de adoratorios de altura, que habría sido bautizado por Pedro de Valdivia en honor a Inés de Suárez.

Atentos a este potencial turístico, la Universidad de Valparaíso, junto al gobierno de Atacama, están potenciando la ruta con el proyecto FIC (Fondo de Innovación para la Competitividad): "Qhapaq Ñan: Huella en el Desierto". "La idea es generar una oferta turística regional del Camino del Inca en el subtramo Portal del Inca-Finca Chañaral, basada en la creación de productos de intereses especiales que utilicen la realidad aumentada, como tecnología de apoyo para la creación de la experiencia del turista", explicó Carla Taramasco, directora del Proyecto FIC.

Y no es lo único. Encontrar dientes y fósiles de los nueve superpredadores prehistóricos es algo frecuente en todos los yacimientos marinos del mundo. Sin embargo, la coexistencia en un mismo sitio de estos animales es algo poco común, más si se trata de los extintos megalodón y mako de dientes anchos, entre otros.

Hace millones de años, al menos cinco especies de estos gigantes marinos dominaban las costas de Caldera, en Atacama, gozando de la gran biodiversidad que presentaba el lugar, según han revelado las excavaciones paleontológicas realizadas en el museo al aire libre Parque de los Dedos.

"Hemos identificado cinco de las nueve especies conocidas a nivel mundial. Este registro único es solo una parte de los resultados de la excavación y el estudio geológico que el equipo del proyecto FIC del gobierno regional y la Universidad de Atacama está desarrollando en el parque", explica Enrique Bernárdez, investigador de la UDA.

El experto agrega que tales hallazgos "contribuirán al posicionamiento a nivel internacional de Parque de los Dedos como uno de los lugares de mayor interés geológico global, respaldará el posicionamiento de la región como un referente mundial en patrimonio geológico y geoturismo, y reforzará la propuesta de un Geoparque de la Red Global Unesco para el desierto y costa de Atacama".

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