Ricardo Blanco, el “juez metódico” que llega a la cabeza de la Corte Suprema
Tras integrar toda su vida laboral el Poder Judicial, el ministro que históricamente ha formado parte de la Cuarta Sala del máximo tribunal, asumió oficialmente en el cargo.
“Me siento muy honrado por esta designación, pues constituye el más alto honor al que un juez de esta República puede aspirar y, al mismo tiempo, una gran responsabilidad”.
Con esas palabras, Ricardo Blanco Herrera asumió formalmente -la jornada de este lunes 8 de enero- la presidencia de la Corte Suprema, luego de haber sido electo por unanimidad del Pleno para el bienio 2024-2025. De esta forma, tras una larga carrera en el Poder Judicial, a sus 69 años, el abogado pasó a ocupar el puesto más alto de la magistratura. Todo, tras superar una enfermedad que lo mantuvo alejado por meses de sus labores.
Quienes lo conocen lo destacan como un hombre muy sencillo y “mateo”. Y por cierto, resaltan su extensa carrera en los tribunales del país. Terminó sus estudios secundarios en el Liceo de Aplicación, egresó de Derecho en la Universidad de Chile el 1979 e ingresó al Poder Judicial en 24 de agosto el 1978.
Inicialmente, se desempeñó en el 4° Juzgado del Crimen, luego en el 18° Juzgado del Crimen y más tarde en el 7° del Crimen. Desde 1992, en tanto, pasó a formar parte del 13° Juzgado del Crimen de Santiago. Asimismo, fue designado relator titular de la Corte de Apelaciones de Santiago y de la Corte Suprema en el 1990 y 1996, respectivamente. Y juró como ministro del máximo tribunal en 2013, tras ser propuesto por el expresidente Sebastián Piñera.
De acuerdo con fuentes que conocen de sus labores, Blanco Herrera se ha caracterizado por ser “un juez metódico”, con una personalidad hermética y de bajo perfil. Y si bien no suele asociarse a un determinado sector político, los mismos personeros consultados por este medio concuerdan en que prefiere tener un estilo más transversal.
Prueba de ello, aseguran, es que en su ceremonia de asunción estuvieron presentes -además de las autoridades pertinentes- rostros de la política como el consejero del CDE Alberto Espina (RN) y también se invitara al exsenador Guido Girardi (PPD), aunque este último no pudo asistir.
Claudio Díaz, presidente del Instituto Chileno de Derecho Procesal (IChDP), conoce al nuevo presidente desde la universidad. Son amigos desde hace años y, de acuerdo con su visión, ahora su colega de profesión enfrentará “desafíos importantes, como el trabajo con inteligencia artificial y la forma en que esta herramienta se incorporará en la labor judicial, y también lo referente a la independencia e imparcialidad que debe mantenerse como pilares de la administración de justicia”.
“Aparte de sus capacidades intelectuales, Ricardo Blanco se ha caracterizado por tener muy buena relación con los demás ministros y con todas las personas con quienes le ha tocado trabajar. Es una persona muy sencilla y con mucha capacidad profesional”, complementó el abogado.
Un punto importante, señalan otros personeros que conocen del trabajo del magistrado, es que mantiene una buena relación con ministro Sergio Muñoz, por lo que no se avizoran tensiones entre ambos en los plenos, lo si ocurrió en el caso del saliente presidente, Eduardo Fuentes Belmar, quien en más de una ocasión confrontó visiones con el juez integrante de la Tercera Sala.
Los desafíos
Como el mismo Blanco aseguró en su discurso, los dos años que vienen “estarán marcados por la gestión y el desarrollo de proyectos que, aunque ambiciosos, tendrán siempre presente el apego al ordenamiento jurídico imperante”.
Y por su parte, quien deja el cargo, el ministro Eduardo Fuentes Belmar, expresó: “Los desafíos del cargo son enormes e intensos, pero doy fe que esta Corte cuenta con un equipo de apoyo a la presidencia, que cuenta con una experiencia y capacidades técnicas para brindarle toda la colaboración que necesitará”.
De acuerdo con lo expresado por el recién asumido presidente, se apegará al Plan Estratégico 2021-2025, ya que a su juicio este pone en equilibrio tanto los deberes y funcionen que les corresponden, como los fines de cambio y progreso que se persiguen. “Restan dos años para la ejecución de este plan, y en ello pondremos nuestras energías, para llevar adelante una agenda marcada por la modernización de este Poder del Estado”, indicó.
Consultado sobre el rol que jugará Blanco, el ministro de Justicia, Luis Cordero, sostuvo que “el ministro ha sido bien claro. Él va a seguir con el Plan Estratégico definido, en cuya elaboración estuvo involucrado. Tiene toda su trayectoria en la Cuarta Sala, de la cual fue presidente, y es un ministro muy imbuido de la forma y modo de la función jurisdiccional y del núcleo central de la Corte”.
Respecto de los trabajos que esperan realizar junto a él, el secretario de Estado precisó que hay varios asuntos por los que han estado en contacto. “Hay algunos trabajos que estamos desarrollando a propósito de familia, otros en materia laboral y otros con intercambios de información que habitualmente son necesarios, y donde siempre la Corte ha tenido muy buena disposición”, complementó.
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