Guillermo "Grillo" Aránguiz se hizo conocido por ser instructor de baile en silla de ruedas y por sus apariciones en la Teletón. De hecho, él mismo es un ex paciente del instituto. Pero no sólo en el arte se ha destacado, sino también en el deporte. En esta última faceta, decidió correr los 42 kilómetros del Maratón de Santiago, que se efectuó este domingo. Y aunque terminó con éxito la prueba, lo concreto fue que no pudo celebrar.

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Guillermo Aránguiz junto a la ministra Pauline Kantor, justo después de cruzar la meta. Lo malo vendría más tarde. Foto: Teletón.[/caption]

La escena quedó grabada en un video que él mismo colgó a las redes sociales. En él, aparece reclamándole a una persona que se identificó como "gerenta de producción" de Prokart, la empresa productora que se encarga de levantar el evento deportivo.

En un primer término, el reclamo fue por errores en la premiación para los competidores que participaron en las categorías handbike (sillas en que el usuario pedalea con las manos) y silla de ruedas paralímpica. De acuerdo al registro, esto se debió porque la organización hizo un "match" entre ambos tipos de sillas, razón por la que la representante de la productora ofreció disculpas por una decisión que iba en contra del reglamento de la prueba.

"Ellos como productora deben respetar las bases. Si ella es gerenta, debe manejar las bases", explicó el involucrado a La Tercera. Cabe señalar que desde 2016 el Maratón de Santiago no cuenta con la certificación técnica de la Federación de Atletismo de Chile, entidad cuya misión en certámenes anteriores fue velar por el estricto cumplimiento reglamentario.

Posteriormente, el reclamo vino porque la premiación para los deportistas en situación de discapacidad se habría efectuado al final y sólo después de la entrega de los trofeos y medallas a las demás categorías. "Si bien en el video salgo yo, y fui el único que encaró a esta persona, terminé hablando por el resto de mis compañeros que no aguantaron el tiempo de espera. Correr 42 kilómetros y que te tengan esperando...", se quejó el corredor.

Y al finalizar el video, la interlocutora le ofreció una medalla que -de acuerdo a Aránguiz- correspondía a una mujer. Ahí el registro se acabó. "Fue el broche de oro", reclamó el deportista.

Aránguiz aclaró que él y los demás competidores debieron pagar por participar. Y también denunció que la logística no funcionó como debió hacerse al momento en que largaron los atletas de la categoría handbike. "Partieron 5 minutos antes y van más rápido. Cuando ellos iban, los pórticos no estaban marcando (el punto de control). También cuando partimos, las pistas no estaban listas. Habían carabineros whatsappeando. Hubo hartas falencias y errores logísticos que pudieron haber causado alguna desgracia", explicó.

"Hay discriminación y lo pudimos ver el domingo, pasan estas situaciones. La gente tiene que darse cuenta que la inclusión no está habilitada para todos...", remarcó.

Francisco Riquelme, gerente general de Prokart, entregó la versión de la productora: "La premiación presencial está sujeta a errores y estos se corrigen durante la tarde luego de hacer los chequeos internos con todos los puntos de control. En este caso puntual, el error fue que en la producción de medallas se confundieron las categorías de handcycle con las sillas paralímpicas y ya nos encontramos trabajando para hacer llegar los premios correspondientes".

Añadió: "Lamentamos mucho si el corredor Guillermo Aránguiz se sintió discriminado. De ninguna manera es intencional ni en contra de la inclusión. Entendemos que todos son runners y merecen el mismo respeto. Lo mismo sucede respecto del tiempo de espera para la premiación. Todas las categorías por igual deben esperar a que llegue su momento".

Por último, "queremos invitar a Guillermo a conversar con nosotros, que nos extienda sus inquietudes y que podamos mejorar los aspectos necesarios para que nadie más se sienta pasado a llevar por la organización del evento. Siempre hay cosas que aprender y mejorar y nos encantaría que él fuera parte de ello".