A 20 años del genocidio, Ruanda es ejemplo para economías de Africa
En los últimos 10 años, la economía creció cerca del 8%, lo que permitió reducir la pobreza. Según el Banco Mundial, este país es uno de los más atractivos del mundo para los inversores.
En abril próximo, Ruanda conmemorará el inicio del capítulo más duro de su historia: el genocidio de al menos 800 mil miembros de tutsis y hutus moderados, perpetrado en gran parte por miembros de la mayoría étnica hutu, en alrededor de cien días. Si bien el peso de aquella sangrienta masacre sigue sobre su espalda, hoy en día este pequeño país del centro de Africa goza de cierta estabilidad política y está bien posicionado por sus cifras macroeconómicas.
Según el Banco Mundial, en 2012 la economía ruandesa creció en un 8% (alza similar a la de la última década), gracias a un buen rendimiento del "resiliente sector privado, especialmente en el área de servicios, con el comercio, las telecomunicaciones y el transporte generando alrededor del 40% del crecimiento real del Producto Interno Bruto (PIB)". Junto con colocarse por tercer año consecutivo como la economía de mayor crecimiento de la Comunidad Africana Oriental (EAC), el país, además, ha escalado 22 posiciones en el informe Doing Business 2014 (del BM), que examina las políticas que facilitan o ponen trabas a la actividad empresarial: se ubica en el puesto 32 de un total de 189 países. De esta forma, Ruanda es hoy más atractiva para los inversores que Chile (34) o México (54), por ejemplo.
Gracias al constante y alto crecimiento económico, el gobierno del controvertido Presidente Paul Kagame (a quien se le ha vinculado al asesinato del mandatario Juvénal Habyarimana, considerada como la "chispa" que inició el genocidio en 1994,) logró disminuir el índice de pobreza del país de un 56,7% en 2006 a un 44,9% en 2011, de acuerdo con cifras del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Según el BM, más de la mitad de este descenso es atribuible al "desarrollo de la agricultura". Las exportaciones del sector están lideradas por el café y el té.
En tanto, el FMI advirtió que el país enfrenta algunas "vulnerabilidades clave, incluyendo su alta dependencia de la ayuda de los donantes", que alcanza al 40% del presupuesto ruandés, según datos de la revista estadounidense Time. Justamente, el aporte de los países occidentales ha sido reducido o suspendido debido a las sospechas de que Kagame apoya al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), que opera en la República Democrática del Congo. El presidente ha negado los nexos.
Según comentó a Slate Carter Crockett, cofundador de la firma Karisimbi Business Partners, se trata de "un país pequeño al que le gusta soñar en grande. Las personas son atraídas por grandes visiones y eso es lo que Ruanda tiene a su favor".
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