A 3 años del inicio del conflicto, Occidente no sabe cómo detener la crisis en Siria

El conflicto ha cobrado más de 100.000 vidas y refugiados en países vecinos superan los 2,5 millones de personas.




La última vez que la ONU actualizó el número de víctimas fatales en Siria fue en julio pasado. Por entonces se estimaba el saldo en más de 100.000 muertos. Pero el organismo internacional dejó de actualizar el balance en enero por no poder recopilar los datos de forma precisa. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, la guerra ya habría cobrado la vida de más de 146.000 personas, de las cuales más de un tercio son civiles. Es el frío cálculo de un conflicto estancado que acaba de entrar en su cuarto año, del cual no parece vislumbrarse un final y donde la única mediación de potencias extranjeras ha llegado en forma de armas, que Arabia Saudita, Irán y sus aliados han cedido calladamente a los bandos, según denuncia la prensa europea.

Aunque se habla de un estancamiento del conflicto, desde hace un año el régimen del Presidente Bashar Assad no ha dejado de recuperar terreno. La toma de la localidad de Qusair en mayo le reforzó en la frontera con Líbano y le despejó el camino de Damasco a su feudo de Latakia, en el norte. Ahora, con refuerzos de la milicia libanesa Hizbulá, las fuerzas gubernamentales cercan Yabrud, otro enclave estratégico que le disputan los rebeldes. A la división y enfrentamiento interno entre los rebeldes, donde incluso se cuentan disputas entre facciones de Al Qaeda, se suma el éxodo de "desilusionados" combatientes extranjeros, que, según consigna el diario Financial Times, han comprobado en terreno que la "romántica" jihad siria "no era tan grande como ellos pensaban".

Este escenario ha llevado al régimen a despreciar la oportunidad de un acuerdo con la oposición exterior en la conferencia de paz de Ginebra, un proceso de negociación auspiciado por Naciones Unidas que muchos ya consideraban muerto antes de nacer. En este contexto, Assad -cuyo mandato de siete años expira el 17 de julio- ya puso en marcha la maquinaria política de unas elecciones que podrían allanarle el camino para perpetuarse en el poder. "Si se celebran elecciones, sospecho que la oposición, toda la oposición, no estará interesada en dialogar con el gobierno", advirtió el mediador especial de la ONU para Siria, Lakhdar Brahimi.

Mientras tanto, el pueblo sirio sigue viviendo la que se ha transformado en la mayor emergencia humanitaria a la que se ha enfrentado la ONU. "Siria ha retrocedido 30, 35 años en su desarrollo", aseguró a la revista alemana Der Spiegel Muhannad Hadi, coordinador regional de emergencias para Siria del Programa Mundial de Alimentos. Más del 50% de la población del país vive actualmente en la pobreza, según el Programa de la ONU para el Desarrollo (Pnud). "El volumen de los daños causados por la gran guerra librada en Siria se eleva a 4,7 trillones de libras sirias (US$ 31.300 millones)", declaró el primer ministro sirio, Wael Al Halaqi, al diario Al Baas. Esta cifra equivale casi al PIB de Siria, que según el Economist Intelligence Unit, alcanzaría unos US$ 34.000 millones en 2014.

De acuerdo con los últimos datos publicados por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) actualmente hay más 2,5 millones de sirios registrados como refugiados en países vecinos, de los cuales cerca de un millón se encuentra en Líbano, donde se teme que para fines de año haya 1,6 millones de sirios. Por otra parte, la cifra de desplazados internos ya supera los 6,5 millones. Así, más del 40% de los habitantes de Siria se han visto obligados a salir del país o abandonar sus hogares durante estos tres años de conflicto. Cinco organizaciones internacionales, entre las que se cuentan Unicef, Acnur y Save the Children, han llamado la atención sobre el impacto de la guerra en 5,5 millones de niños. Advierten sobre el peligro que se pierda una generación en ese país.

Después de tres años de guerra, Siria es un país arrasado, con barrios enteros sitiados por las bombas. Y, lo que es peor, con un futuro incierto.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.