¿A quién beneficia el fin del sistema binominal?
Expertos electorales analizan los efectos de la reforma electoral. Ambos coinciden en criticar la rebaja en los requisitos para crear partidos.
Dos expertos electorales analizaron los efectos de la reforma al sistema binominal que se aprobó esta semana en la Sala del Senado y que propone reemplazar el actual sistema electoral por uno proporcional inclusivo.
El proyecto, que pasará ahora a un tercer trámite legislativo, contempla un aumento de parlamentarios, una ley de cuotas de género y una rebaja en los requisitos para crear partidos políticos, entre otras medidas.
Andrés Tagle, experto electoral de la UDI: "Con la reforma también va a haber una ventaja a favor de las listas más grandes"
¿Cómo cree que afectará, en general, la reforma al sistema electoral en las próximas elecciones?
No creo que vayan a haber cambios significativos, como todos quieren pronosticar. Si uno simula con los mismos resultados que se obtuvieron en las siete elecciones en las que se utilizó el binominal, ahora también va a haber una ventaja a favor de las listas más grandes. Los beneficios que se buscaron con la reforma no son atemporales, dados los mapas electorales que existen, en los que las preferencias en las distintas zonas van cambiando con el tiempo.
¿Cómo será el escenario de las coaliciones?
Lo más probable es que se reparta en una proporción más bien de cinco a tres, a favor de las listas grandes, en este caso de la Nueva Mayoría.En general, la lista más votada tiende a tener una pequeña mejoría. Adicionalmente, la asignación del número de diputados a los distritos no se hizo en función de los electores, si no con ciertas competencias políticas.
¿Por qué se debía cambiar el sistema para elegir a los parlamentarios?
Creo que es bueno que se hiciera un cambio, porque el problema del sistema binominal era la poca competitividad y la predictibilidad de los resultados. Los candidatos se la jugaban más en ser parte de los pactos grandes, que en la elección misma. Y la cantidad de postulantes que enfrentaban a los electores era baja, y eso hacía los resultados bastante predecibles. Creo que se podría haber hecho un cambio a un sistema proporcional sin el aumento tan significativo de diputados. Hay una creencia de la Concertación de que el binominal favoreció a la Alianza, y eso no tiene ningún fundamento empírico.
¿Cómo cambia la fórmula eleccionaria con el sistema D´Hondt que incluye el proyecto del gobierno?
El modelo anterior también era D´Hondt. Mucha gente está diciendo lo contrario, pero no sabe que el sistema binominal operaba igual, pero con dos escaños. Va a suceder, en muchos casos, la misma situación de que salgan electos candidatos con menos votos que otros postulantes. No hay ninguna garantía de que esto no se repita.
¿Se generará algún tipo de problema con las facilidades para conformar nuevos partidos políticos que plantea la reforma?
El problema más grave es que esto haya quedado disconforme con los requisitos de los independientes. Yo creo que, a la larga, igual los partidos políticos van a tener una dificultad para conseguir firmas, porque es poco probable que hayan notarios que las acepten si no es de manera presencial en la notaría, y eso va a complicar bastante la formación no sólo de los partidos, sino que de los independientes en forma general.
Mauricio Morales, analista político de la UDP: "Los partidos mantendrán su poder, aunque la UDI podría caer significativamente"
¿Cuál es su pronóstico respecto a cómo serán las próximas elecciones parlamentarias, de aprobarse el nuevo sistema?
Lo más probable es que las dos coaliciones más grandes sigan siendo predominantes. Si bien no es descartable que se constituya una coalición de centro encabezada por la DC, en compañía con el PRSD, aún es muy temprano como para afirmarlo.
¿Qué coalición se vería favorecida con la reforma?
Un análisis serio de los datos disponibles no arroja ninguna correlación robusta entre el porcentaje de votos de la Nueva Mayoría y la distorsión entre población distrital y escaños asignados a esas unidades. Los partidos tradicionales mantendrán su poder, aunque sospecho que la UDI podría caer significativamente, favoreciendo a RN. Por otro lado, si con este sistema le va mejor a la Nueva Mayoría, será porque hizo mejor las cosas. Su éxito se explicará por cualquier cosa, menos por el diseño territorial de los distritos.
¿Era realmente necesario un cambio en la forma de cómo se elegían a los parlamentarios?
Absolutamente. El binominal no daba para más. Era un sistema escasamente competitivo, con el que la gente podía predecir quién sería electo. Además, tendía al empate. Daba lo mismo una coalición con el 35% y otra con el 65%. Ambas se llevaban un escaño. Por tanto, la decisión fue avanzar hacia un sistema más proporcional. Ahora habrá más cupos en competencia, más oferta partidaria y más incertidumbre respecto a los resultados.
A su juicio, ¿el método D´Hondt implica un cambio radical respecto al modelo anterior?
El atributo de este nuevo sistema electoral es que los candidatos más votados llegarán al Congreso. Sin embargo, también es cierto que candidatos con baja votación podrían hacerlo, debido a la capacidad de arrastre de su compañero de lista. El nuevo sistema ocupa idéntica fórmula que el binominal. En consecuencia, el sistema premia a las listas y no necesariamente a las candidaturas individuales.
¿Qué inconvenientes ve producto de la reducción de los requisitos para formar partidos?
En eso creo que el proyecto comete un error. Lo que se sugiere es una rebaja totalmente desproporcionada en las exigencias para formar partidos. Con esta ley, los partidos pueden constituirse en una sola región y con un número de firmas del 0,25% de los votantes que sufragaron en la elección anterior. Eso está mal. El sistema electoral ya está abriendo las puertas y ya es inclusivo. No es necesario estimular una fragmentación que, a todas luces, podría ser nociva. Las puertas ya están abiertas. De abrirlas más, esas puertas podrían quebrarse.
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