A un año de tragedia de tren argentino, habla familia de chilena fallecida
"Extraño todo. Desde el mensajito de texto para saber cómo estaba, al que preguntaba qué comíamos esa noche, cuenta Marco, hijo de Gloria Pinilla, quien fue una de las 51 víctimas de Once.
En el primer aniversario del accidente ferroviario que conmocionó a Argentina y que causó la muerte de 51 personas, los familiares de las víctimas protagonizaron ayer varios actos para recordar a sus seres queridos, reclamar justicia y expresar su dolor por el hecho de que aún no se ha mejorado el desastroso estado en que se encuentran los trenes.
El encuentro de ayer fue en la concurrida estación porteña de Once, a la misma hora en que un tren de la línea Sarmiento se incrustó en el final de su recorrido. Encendieron velas y arrojaron rosas a las vías. Hablaron de las víctimas y repartieron críticas. Entre ellos estaban los hermanos Marco Antonio Briceño Pinilla (25 años) y David Alejandro Castillo Pinilla (19), hijos de Gloria Pinilla, la única chilena que contabilizó la tragedia.
Gloria viajaba desde Moreno, una zona humilde del conurbano bonaerense que envía miles de trabajadores diariamente a la capital. A los 54 años, la mujer trabajaba como enfermera en una casa de familia. Entre semana solía encontrarse con Marcos y David, que vivían en la otra punta de la provincia, en Glew. Los fines de semana, Gloria los pasaba con su actual pareja, y aquel 22 de febrero de 2012 iba al trabajo. Su reloj se detuvo a las 8.32. El tren ingresó a la estación a una velocidad superior de lo necesario para poder parar a tiempo, con más pasajeros de lo permitido.
Marco, también nacido en Chile, habló ayer con La Tercera. Se mostró sereno, aunque contó que su hermano David, argentino, es quien quedó más afectado. De padres diferentes, David fue llevado el año pasado a Chile por los hermanos de Gloria. "Le costó bastante. Ahora está acá, vive con el papá. Es que con mi mamá nos veíamos seguido", advirtió.
¿Qué es lo que extrañas?
"Todo. Extraño todo. Desde el mensajito de texto para saber cómo estaba, al que preguntaba qué comíamos esa noche. Y estaba muy pendiente de mi hermano", cuenta Marco. "El Consulado chileno nos ayudó con el traslado y el sepelio", dijo. Hace unos días, la causa se elevó a juicio oral. Hasta que no termine el proceso y no se determinen los culpables, los familiares de las víctimas tendrán que esperar para recibir una indemnización. El Estado argentino les dio un apoyo parcial. Después de una entrevista colectiva, en la que estuvo con la jefa de Estado, le dieron una parte para pagar el entierro en un cementerio privado. Además, está agradecido porque le dieron un trabajo en las oficinas del sistema nacional de pensiones, conocido aquí como ANSES.
La presidenta anunció en los primeros días de enero la compra de 409 coches eléctricos a una empresa china, para renovar parte de la flota. "Desde la tragedia se viaja igual, nada ha cambiado, parecemos ganado", sentencia Marco.
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