A un año del estallido del escándalo FIFA, aún hay ocho acusados que no comparecen

El 27 de mayo de 2015 se concretó la detención de los dirigentes en Zurich. Muchos implicados están en libertad gracias a millonarias fianzas.




Si por casualidad usted va a Zúrich, puede reservar una habitación en el hotel Baur au Lac por medio millón de pesos diarios, sólo en caso de oferta. Es un cinco estrellas fundado en 1844 y completamente renovado entre 2008 y 2010. Ahí estaban el 27 de mayo de 2015, justo hace un año, siete personeros del fútbol mundial, disfrutando de las comodidades que les ofrecía ser directivos de nivel internacional, cuando un grupo de agentes de la policía suiza y el FBI irrumpió en plena madrugada para detenerlos por orden de la justicia helvética y, también, por encargo de la Corte del Distrito Este de Nueva York. Todos acusados de diversos cargos relacionados con soborno, fraude y lavado de dinero, entre otros delitos. En una habitación del mismo hotel, Sergio Jadue se enteró de lo que sucedía con sus colegas, quizás ya presitiendo lo que sucedería meses después.

La historia tendría una segunda ronda de detenciones, en diciembre último, pero comenzó mucho antes,  con las confesiones del estadounidense Chuck Blazer, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, ex secretario general de la Concacaf y ex vicepresidente de la federación de fútbol de su país.

Blazer, conocido en Chile por su rol de supervisor del Mundial Femenino Sub 20 en 2008, fue seguido por el FBI debido a su modo de vida ostentoso, injustificable para sus ingresos oficiales. Por eso en diciembre de 2013, el barbado y obeso directivo terminó confesando ante el juez Raymond J. Dearie, en Nueva York, todos sus ilícitos y se convirtió en un beneficiario de la delación compensada, además de ser prácticamente un espía en la red de corrupción que abarcaba, en esencia, a la Concacaf y la Conmebol.

Así, primero en Suiza y luego en varios países de América comenzaron a caer los integrantes de este entramado. Hasta ayer, 17 de ellos se habían declarado culpables (con un alto porcentaje en libertad condicional) y se mantienen a la espera del cierre de sus causas, con sentencias atenuadas en muchos de ellos, debido a la colaboración con las investigaciones y la devolución (eventual y parcial en algunos casos) del dinero mal habido.

Otros nueve se han declarado inocentes y están en libertad vigilada, mientras que ocho más aún no han sido detenidos, pero enfrentan órdenes internacionales de detención, como Marco Polo del Nero, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol.

En total, 34 personas procesadas. entre dirigentes y empresarios, además de dos corporaciones relacionadas con Traffic, fundada por José Hawilla, quien figura entre los principales acusados. Los cargos contra el empresario paulista involucran montos tan altos, que aceptó pagar una multa de 151 millones de dólares, de las cuales ya canceló US$ 25 millones.

Tampoco quedaron indemnes personajes de tan alta jerarquía como Rafael Callejas, ex presidente de la República de Honduras, quien se declaró culpable de soborno y en libertad bajo fianza.

Quien aún no se comparece ante las cortes estadounidenses es Nicolás Leoz (87 años), presidente de la Conmebol durante 27 años. Ya fue autorizada su extradición, pero permanece en Paraguay y ayer fue internado por influenza en una clínica asunceña.

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