Adriana Delpiano: "Abrir más becas a las privadas era romper una línea de diferenciación, eso es verdad"
<p>Añade que con más y mejores ayudas fiscales que cubran hasta el séptimo decil, el avance de la gratuidad se hace más factible. Secretaria de Estado asume que al ampliar beneficios a universidades privadas se ayuda a equilibrar el sistema. </p> <hr> <div class="embed-container-dps-rudo-iframe-16x9"> <!-- LT con autoplay --> <div class="Envivo"><iframe id="vrudolive" class="vrudo" src="http://rudo.video/vod/oT1cZKEwHb" width="560" height="315" frameborder="0" allowfullscreen="allowfullscreen"></iframe></div> </div> <hr>
Por uno de los monitores del estudio de LaTerceraTV desfilan varias fotos de la ministra de Educación, Adriana Delpiano. Faltan minutos para iniciar esta entrevista y ella repara en una imagen que la muestra junto al titular de Hacienda, Rodrigo Valdés, sentados en la testera de la sala de la Cámara de Diputados. "Te acuerdas de ese día", le comenta a su asesora de prensa. "Eran como las dos de la mañana. Mira las caras de agotamiento". El recuerdo se remonta a casi una semana, cuando discutía el presupuesto de su cartera, en una intensa negociación con la derecha, que evitó que la glosa de gratuidad llegara al Tribunal Constitucional y, con ello, se pusiera en riesgo la extensión de beneficios al sistema técnico.
"Era muy importante que pudiéramos abrir este año la posibilidad de que se sumaran más instituciones a la gratuidad con el ingreso de centros de formación técnica e institutos profesionales. Son 14 los que tienen más de cuatro años de acreditación y han firmado un acuerdo con el ministerio para pasar a ser sin fines de lucro, por lo tanto, estamos a la espera de que antes del 15 de diciembre, que es el plazo que tienen para entregar sus estatutos o fórmula de estatutos", indica.
¿Hay alguna estimación de cuántas instituciones podrían, efectivamente, sumarse a la gratuidad el 2017?
La próxima semana tendremos una reunión con las 14 instituciones que firmaron el año pasado una carta de compromiso con el ministerio para ver si eso se mantiene, para hacer bien los cálculos de cuántos alumnos podrían ser y si van a entrar en 2017.
Este año ingresaron aproximadamente 150 mil alumnos, ¿cuál es la estimación para el segundo año?
Creo que vamos a llegar a 270 mil en total. Calculamos que pueden ser cerca de 100 mil los estudiantes de centros de formación técnica e institutos profesionales que puedan entrar, más los primeros años de todas las instituciones que adhirieron a gratuidad el año anterior.
¿Podría haber más universidades?
Creemos que hay algunas universidades que pueden ingresar este año y quiero decirle una cosa, hay muchas instituciones que señalan que al entrar en gratuidad pierden recursos, porque el arancel que pueden cobrar es regulado, es un promedio de acuerdo a la cantidad de años de acreditación que tiene la universidad...
Puntualmente, este año hubo 15 universidades de las 30 que participaron en la gratuidad, que terminaron con un déficit.
Déficit en algunos casos muy pequeños y en otros que realmente fueron mayores. El año pasado establecimos un fondo para compensar en parte este diferencial. Este año nuevamente estarán esos recursos, pero es muy importante señalar que las familias no sólo están pagando la docencia, sino que están financiando la universidad, y este es un país donde las familias hacen los mayores aportes en el pago a la educación superior. Entonces, tenemos que ir como país diferenciando lo que son fondos de investigación, de extensión, etc.
La Presidenta Michelle Bachelet y usted también han dicho que la gratuidad llegó para quedarse, pero ¿está para seguir avanzando? ¿Se mantiene el compromiso de llegar al sexto decil en 2018?
Hasta aquí, salvo que suceda algún hecho que no podamos esperar, claramente el compromiso es que termine el gobierno de la Presidenta habiendo avanzando al sexto decil. Eso es muy importante, porque una de las cosas que se dio en esta discusión presupuestaria es que hay dos tipos de becas para las universidades: hay una que es la Juan Gómez Millas, que cubre cerca de $ 1.200.000 y que la puede recibir cualquier estudiante en cualquier universidad, sea pública o privada. Y tenemos, por otro lado, la beca Bicentenario, que es una beca mejor (cubre el arancel de referencia), que se estableció hace años exclusivamente para las universidades del Cruch. Esta beca es bastante más cercana al arancel, debe ser de $ 2 millones y tanto (en promedio), entonces este año lo que se va a hacer es extender 3.500 becas de éstas, que son mejores, para las instituciones privadas que tengan más de cuatro años de acreditación, que no tengan lucro en los controladores, y que, al menos, el 80% de sus estudiantes tenga un promedio sobre 450 puntos ponderados entre PSU, nota y ranking. En ese sentido, estas becas se van a mantener en 2017 y 2018, pero ese año las instituciones del Cruch ya van a tener gratuidad hasta el sexto decil, es decir, lo único que quedaría pendiente es el séptimo decil, que también lo cubre esta beca mejorada. La gratuidad va creciendo y esperamos que en un futuro próximo el país pueda llegar hasta el séptimo decil, porque los diferenciales de ingreso de las familias que están en el quinto, sexto y séptimo decil no son muy grandes.
¿La extensión de becas a universidades privadas, que fue más bien una exigencia de la oposición, le dio más justicia al sistema?
Mire, yo creo que ese es un punto de vista al que nosotros finalmente accedimos, porque tiene esa racionalidad. Nuestra preocupación es que, efectivamente, el país ha tenido históricamente un trato especial con las universidades del Cruch, eso no lo hemos inventado nosotros, viene de atrás, porque fueron instituciones que constituyeron la espina dorsal de este país en materia de educación de calidad, de rol público. El compartir ese tipo de beca, que era exclusivamente para el Cruch, es decir, abrir más becas a las privadas, era romper una línea de diferenciación, eso es verdad.
Con todos estos cambios, ¿al próximo gobierno se le hace más fácil la tarea de avanzar en gratuidad?
Bueno, exactamente está planteado de esa manera. La Presidenta tenía la idea original, cuando teníamos el precio del cobre en otro nivel y, por lo tanto, la reforma tributaria sumaba, de llegar en este gobierno al séptimo decil. Pero este es un camino sin retorno.
¿La gratuidad convenció a la derecha?
Yo siempre medio en broma le digo a la derecha por qué solo el gobierno y la coalición que gobierna se preocupan de la educación pública, de lo estatal, si lo estatal es de todos nosotros, o sea la preocupación de la calidad de la educación pública es un tema que le preocupa a mucha gente, a muchos sectores políticos, no es solo una prerrogativa del gobierno.
Se lo pregunto porque existe la posibilidad de que el próximo gobierno no sea de esta coalición, sea de derecha, entonces ¿la gratuidad puede seguir creciendo, independientemente del gobierno de turno?
Yo creo que hay una cosa que tiene que ver con la gratuidad y eso va a ser una demanda de los propios estudiantes, de los rectores, etc. A nosotros nos interesa la calidad de la educación de todos los niños, pero creemos que un país que no tiene una educación pública fuerte de calidad pierde un eje central de su proyecto. No hay ni un solo país neoliberal, liberal, con economía de mercado, etc., que no tenga una educación pública fuerte, entonces me pregunto por qué Chile, que fue el experimento más claro del neoliberalismo, fue perdiendo eso, por qué se armó una educación al lado para segregar a los niños más que a mejorar la educación. Creo que esos temas se han ido instalando. Espero que con la reforma, este año, dejemos bien amarrado este tema y que sea una materia de Estado, la educación pública no puede ser tema de un gobierno, tiene que ser de Estado.
En cuanto a la reforma a la educación superior, quedaron de presentar indicaciones, se habló de una indicación sustitutiva, ¿en qué va eso?
Las indicaciones por nuestro lado están prácticamente listas. Nuestra conversación ahora es cómo le ponemos la urgencia al proyecto, cómo aprovechamos de volver a la calma y conversar con los actores las indicaciones que estamos enviando, porque si no se vota en general el proyecto, no se pueden ingresar las indicaciones...
¿Será finalmente vía indicación sustitutiva?
La mejor palabra que inventé es que es una indicación sustantiva, porque no es sustitutiva, no es que yo cambie un proyecto por otro, que en ese caso es sustitutiva, es un proyecto que se le cambia una parte importante, que justamente tiene que ver con todo el tema de las categorías de universidades, cómo entra el Cruch, cómo se relacionan, en fin. Sobre las estatales también hay elementos importantes en términos de fortalecimiento, que ya se aprobó en la ley de presupuesto con apoyo transversal de todo el mundo, que también es reconocer no solo el derecho, sino la obligación del Estado de hacerse cargo de sus universidades.
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