Aires de Diva: Naomi Campbell cumple 40 años
La top model, que en 1988 se convirtió en la primera modelo negra en aparecer en Vogue, está de cumpleaños el próximo sábado.
Diva significa "diosa" y la modelo británica Naomi Campbell tiene seguramente derecho a ser calificada como tal: es guapa, inaccesible, elegante y ensimismada, pero también mimada, arrogante y no pocas veces indomable, por no decir histérica.
En lugar de verla en la pasarela, en los últimos tiempos aparece cada vez con más frecuencia en las revistas del corazón y ante la Justicia. El sábado, la top model cumple 40 años.
Campbell no se crió precisamente como una niña mimada en el barrio londinense de Lambeth. Su madre era una bailarina oriunda de Jamaica y a su padre nunca lo conoció. Dejó la escuela y tampoco estudió formación profesional. Pero pronto salió a la luz su talento innato para presentarse.
No tenía ni ocho años cuando participó en el video "Is This Love?" de Bob Marley. Junto con el famoso compatriota de su madre y una docena de niños aparecía bailando en un jardín de infancia y en la calle. Seis años después, cambió la escuela por clases de interpretación.
Luego de un año fue "descubierta" como modelo. Su carrera se desarrolló de forma vertiginosa, su joven rostro aparecía asociado a grandes marcas y a los 16 ya aparecía en la edición británica de "Elle". Pero el detonante llegó a los 18: en agosto de 1988 su foto salió en "Vogue". Era la primera modelo negra en conseguirlo.
SUPERMODELOS
En la época en la que las top models eran auténticas personalidades y nombres como Cindy Crawford, Tatjana Patitz, Claudia Schiffer y Linda Evangelista eran tan famosos como los de cantantes y actrices, también Naomi Campbell se unió al nuevo club de las supermodelos.
Campbell demostró ser versátil. Participó en numerosos videoclips y, aunque no con demasiadas cualidades, también realizó algún pequeño papel en el cine. Más éxito tuvo en su faceta como cantante: su CD "Baby Woman" no se vendió nada mal. Incluso editó un libro, pero pronto quedó claro que Campbell no había escrito sola ni una palabra de "Swan". También saca dinero con su Fashion Café en Nueva York y más de media docena de perfumes, pero no quiere abandonar su éxito en las portadas de las revistas. Sigue buscando los grandes nombres, aunque doble en años a las modelos que desfilan a su lado en París, Milán o Madrid.
LADO HUMANITARIO
Con todo, su rostro no sólo le sirve para hacer fortuna. Se reunió varias veces con Nelson Mandela y apoyó sus proyectos humanitarios. Realiza donaciones tanto en Somalia como en Jamaica, patria de su madre. Y en la Unesco ejerce como enviada para pedir ayuda a la infancia por el mundo. Bella, exitosa y versátil, la pequeña niña negra de Londres se convirtió en una estrella.
SU LADO DIVA
Pero es una estrella con aires de diva. En ocasiones destroza el mobiliario de un yate porque el cocinero no ha preparado bien la pasta; otras veces los diarios señalan que arremetió contra un chófer porque éste no quería contarle una conversación privada de su novio. A veces sale gritando de los platós de televisión porque no le gustan las preguntas, otras enerva tanto a las dependientas que le prohibieron la entrada en una boutique de lujo. Y no es raro escuchar que haya lanzado el teléfono móvil a la cabeza de algún empleado. Por eso, cuesta creer que en hebreo "Naomi" signifique "agradable" y "amable".
Sus arrebatos han llevado a Campbell varias veces a hacer terapia y ante la Justicia. En junio de 2008 fue condenada a 200 horas de trabajos sociales después de haber armado un escándalo en un avión: cuando el piloto le informó personalmente de que el despegue se retrasaría un poco, ella lo acusó de racista. "No haría eso si fuera blanca". Al teléfono gritó "¡llama la prensa!" y a los agentes de policía los trató con su afilado estilo. Un año antes, tuvo que cumplir una multa en Nueva York y limpiar los aseos públicos. Y la diva llegó enfundada en pieles y a bordo de un Rolls Royce.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.