Alan García intenta posicionarse como el gran artífice de la demanda peruana

El ex presidente, en cuyo gobierno se hizo la demanda, habló de la sentencia antes que Humala. García ha dejado entrever que quiere volver a postular a la Presidencia en 2016.




Cantó y bailó La vida es un carnaval, de Celia Cruz. La noche del martes de la semana pasada, cuando faltaban sólo seis días para que se conociera la sentencia de La Haya, el ex Presidente peruano Alan García realizó un mitin en el Coliseo Miguel Grau del Callao al que asistieron cientos de personas de zonas populares y en el que reconoció que está "tentado" para volver a la Presidencia en 2016. Paralelamente, propuso embanderar casas y calles para recibir el fallo "con unidad".

El lunes, el ex mandatario vio el dictamen junto a Jorge del Castillo, su ex primer ministro y actual secretario general del Apra, y en compañía de Cecilia Bakula, hija del diplomático peruano que inició la demanda marítima en 1986, durante su primer gobierno (1985-1990). Tras el fallo, García dijo: "Algo se ha ganado y podemos estar contentos". El ex presidente habló antes que el mandatario Ollanta Humala, lo cual le valió una serie de críticas. Ello, porque los analistas estiman que García ha intentado sacar provecho político del fallo, más allá de que efectivamente la demanda se interpuso en 2008, durante su segunda gestión (2006-2011).

García niega afán de protagonismo y dice que tiene derecho a opinar. Los analistas limeños sostienen que el ex presidente esperaba que un dictamen favorable lo ayudara en su deseo de postular por tercera vez al Ejecutivo. La demanda interpuesta en La Haya por García congeló la agenda política con el gobierno de Michelle Bachelet, pero luego recuperó la normalidad con "las cuerdas separadas" cuando Sebastián Piñera asumió La Moneda en 2010. Ambos incluso festejaron por las nuevas relaciones tanto en Lima como Santiago.

Previo al fallo y tras el pedido de García, un grupo de apristas extendió una enorme bandera en el cerro San Cristóbal, en el malecón de Barranco y otros puntos de la capital. De inmediato, el ex presidente (2006-2011) escribió en su cuenta en Twitter: "El cerro San Cristóbal, Apu de Lima, con el símbolo de la unidad nacional y la confianza en nuestra causa".

"Alan ha intentado transmitir la idea de que él es el gran gestor del tema de La Haya y va a tratar de aprovechar eso políticamente. Pero no está claro si eso le va a servir para el 2016, porque hay una serie de temas internos y lo afectan casos de corrupción", señaló el analista de la firma Ipsos/Apoyo, Alfredo Torres. "A veces siento que algunos no comprenden la dimensión de la historia. Alan García jugó un rol muy importante en 1986, cuando envió a Santiago al embajador Bakula a presentar la demanda", dijo a La Tercera el ex premier Jorge del Castillo.

Pero García también ha debido estar pendiente de la llamada "Megacomisión" del Congreso, que investiga supuestas irregularidades durante su gobierno. "Nos atrevimos a hacer obras, decretando de urgencia que el agua potable y el alcantarillado eran una necesidad de emergencia. Y por eso han querido condenarme", dijo durante el acto que protagonizó la semana pasada. "Pero sé que el corazón del pueblo me absuelve", agregó, con su conocida oratoria.

En otro momento de su discurso, García afirmó: "No saben qué tentación tan grande tengo de volver a la lucha y de trabajar nuevamente por los pobres de Perú". Durante su segunda gestión, García giró hacia la centroderecha y consiguió que los peruanos olvidaran en gran medida la desastrosa gestión económica de su primera administración (1985-1990).

El contraste es gigante. En 1990 sus medidas generaron una inflación que llegó al 3.000%, mientras que en su segundo quinquenio la economía creció un 7%. Mientras en el 90 dejó el Palacio Pizarro con un 21% de aprobación, en 2011 se fue con un 42%. Los analistas estiman que la segunda gestión de García quedó marcada por la buena performance económica, pero también por el "Baguazo", la histórica movilización indígena de 2009 en rechazo a una serie de decretos presidenciales sobre el manejo de los recursos naturales. Esas protestas dejaron 34 muertos

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