Alemania permite retiro a los 63 años pese a que pide atrasarlo en UE

La medida sólo será posible para quien cotice más de 45 años y se superpone a la jubilación general, que es a los 67 años.




La canciller alemana, Angela Merkel, defendió ayer ante el pleno de la Cámara Baja  el giro hacia la izquierda emprendido por su nueva coalición con los socialdemócratas del SPD. La líder democratacristiana justificó la decisión de abrir la puerta a las jubilaciones con 63 años para aquellos que hayan cotizado más de 45 años en los fondos de pensiones públicas. La medida, recogida en diciembre en el contrato de gobierno tras varios meses de negociaciones, ha sido objeto de duras críticas del sector empresarial y del anterior jefe de gobierno alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder (1998-2005), quien retrasó la edad de jubilación de los 65 a los 67 años en Alemania.

Merkel sigue convaleciente de su accidente de esquí  y se dirigió al pleno sentada en la tribuna. En el contexto de este giro social, la canciller sostuvo que "la humanidad de una sociedad se mide según el trato que dé a los débiles, sobre todo cuando son mayores y están enfermos". El proyecto de ley, que salió del Ministerio de Trabajo  presidido por la socialdemócrata Andrea Nahles, también contempla una mejora de las jubilaciones a las madres, y nuevas prestaciones para las personas dependientes y en rehabilitación.

Para la aplicación del paquete se contempla un costo adicional de hasta 11 mil millones de euros anuales hasta 2030, que se financiarán con las propias reservas del seguro obligatorio de jubilación. Se espera que el paquete supere el trámite parlamentario en las próximas semanas, para que entre en vigor el 1 de julio.

La reforma avanza en la dirección opuesta al resto de la Unión Europea. No obstante, el acceso a esta jubilación anticipada es bastante exigente. Haber cotizado durante 45 años para poder retirarse a los 63 años, supone haber comenzado a trabajar con 18 años y no haberlo dejado de hacer en ningún momento.

En rueda de prensa, Nahles defendió su reforma como "justa", ya que se orienta a beneficiar a aquellos que "desde hace décadas" trabajaron y cotizaron y a los que llegó el momento del retiro. "No es un regalo, se lo merecen", sostuvo la ministra, para quien la nueva regulación no precipitará un "alud de jubilaciones anticipadas", puesto que afecta exclusivamente a quienes alcanzaron los 45 años de cotización y completaron así el período previsto para acceder al retiro.

Los planes de la ministra fueron criticados por el ex canciller Gerhard Schröder, durante cuyo gobierno se subió la edad de jubilación como parte de sus reformas conocidas como Agenda 2010.

Schröder advirtió que permitir la jubilación anticipada a los 63 años es "una señal errónea" hacia la UE, a la que Berlín insta "con razón" a aplicar reformas estructurales, incluida el retraso de la jubilación a los 67 años. El ex canciller apuntó que la  reforma implica "un retroceso" respecto a la Agenda 2010, que se considera la base dela actual solidez económica alemana.

La jubilación a los 67 años es una medida "justa" y "sensata", prosigue Schröder, y considera inviable la fórmula de financiación defendida por Nahles, quien luego rechazó estas críticas , y aludió a las "conocidas diferencias" existentes entre ella y Schröder, con quien tuvo una complicada relación cuando él era canciller.

Además de la posibilidad de jubilarse a los 63 años, la reforma de Nahles contempla mejoras para las madres con hijos nacidos antes de 1992 (la medida más costosa del paquete) y alzas en las pensiones más bajas o de invalidez. El retiro anticipado a los 63 años no entra en contradicción con anterior  plan de aumentar gradualmente la edad legal de jubilación a los 67 años, sino que discurre en paralelo.

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