Alto acatamiento al paro general contra Cristina Fernández

Las ausencia de buses y el no funcionamiento de trenes y del metro ayudó a detener el país.




Las calles vacías de Buenos Aires eran quizá el mayor testimonio del éxito del paro nacional convocado por tres centrales sindicales opositoras al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en protesta por la inflación y la inseguridad, entre otras demandas. El gobierno calificó la huelga como "forzada" por la falta de transportes y la fuerte presencia de piquetes en todo el país, estos últimos montados por grupos de izquierda, de los cuales los sindicatos intentaron desligarse.

El acatamiento al paro o los efectos de esa medida de fuerza, convocada por dos facciones de la peronista Confederación General del Trabajo (CGT) y de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), eran patentes en la capital del país y en los sectores que la rodean, conocidos como el conurbano.

El jefe del gabinete, Jorge Capitanich, aseguró que los organizadores de la huelga "pretenden sitiar los grandes centros urbanos" con "un gran piquete nacional", en referencia a los 40 cortes y bloqueos de calles y rutas establecidos en todo el país. "En la Edad Media los señores feudales impedían el acceso a la población", afirmó Capitanich, quien también recordó que Luis Barrionuevo, uno de los gremialistas que llamó a la huelga, es el referente sindical del opositor Frente Renovador del peronista Sergio Massa, quien se perfila como uno de los más fuertes candidatos presidenciales para 2015. Una acusación similar hizo el ministro de Defensa, Agustín Rossi.

Ya desde la primera hora de la mañana, las vías de entrada a la capital permanecían cortadas, principalmente el acceso por la autopista Panamericana, donde los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes terminaron con dos personas heridas y un detenido. Todas las líneas de tren están paralizadas, así como el metro y los buses de corta y larga distancia. Tampoco despegaron vuelos de Aerolíneas Argentinas, Austral, Lan y otras compañías privadas que operan en los principales aeropuertos del país. Los principales puertos argentinos, como el de Rosario o el de Formosa, permanecían sin actividad al haberse adherido a la huelga el gremio de los portuarios.

Por las calles sólo transitaban algunos autos particulares y taxis. Además, los piquetes en los accesos y otras rutas desalentaron la circulación.

En el resto del país la huelga también se dejaba sentir y percibía principalmente al transporte urbano, en la recolección de basura y en las gasolineras. En provincias, como Córdoba, Santa Fe o San Juan la escasez de medios de transporte público repercutió también en la actividad de los colegios y en los centros hospitalarios. "El paro ha tenido un acatamiento importantísimo. En muchos casos superó el 98%. Eso demuestra que cuando lanzamos esta jornada de protesta estamos interpretando lo que la gente quería expresar", dijo Hugo Moyano, líder de la CGT.

La de ayer fue la segunda huelga general que afronta Cristina Fernández desde que asumió la Presidencia, en 2007. Entre las exigencias de los gremios destacan aumentos salariales por encima del 40% y que los eximan del pago de Ganancias, un impuesto a la renta que pesa sobre los trabajadores en Argentina que ganan más de US$ 1.875. La última huelga general convocada en Argentina, en noviembre de 2012, tuvo un alto seguimiento y paralizó gran parte del país.

En opinión de Patricio Giusto, de la consultora Diagnóstico Político, consultado por la agencia The Associated Press, la protesta obedece a un "generalizado descontento social", motivado por el alto costo de la vida que entre enero y febrero se incrementó más de un 7%.

Pero también el paro se produce cuando el gobierno ha comenzado a reconocer tácitamente la dificultades económicas y de inseguridad, cuando la Presidenta Fernández no puede proyectarse más allá de 2015 y cuando los posibles candidatos presidenciales buscan diferenciarse del Ejecutivo y mantienen silencio ante la huelga, que constituye una estrategia de pocos riesgos y altos réditos políticos.

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