Américo tomará un receso tras su segunda vez en el certamen

El cantante, que abre esta noche, estará más de un mes en reposo para superar una lesión.<br>




Exposición en todos los medios, protagonismo en matinales y estelares, y un suceso que amenazó con crecer hacia otras latitudes: desde su rotundo debut en la última edición del Festival de Viña del Mar hasta esta noche, cuando se suba por segunda vez a la Quinta Vergara, Américo (33) ha disfrutado de una de las agendas más abultadas del espectáculo local. Pero, a momentos, el itinerario también aprieta freno de mano: una lesión en la rodilla izquierda ha marcado la última temporada de la figura más popular del cancionero chileno actual.

El año pasado, entre Navidad y Año Nuevo, el cantante ingresó a la Clínica Alemana para someterse a una operación que lo tuvo en reposo y sin actividades públicas por una semana. Un panorama similar lo espera durante 2011, aunque con un calendario más amplio: el hombre de Que levante la mano abrirá un receso que comenzará este 25 de marzo y que se extenderá hasta el 30 de abril.

No tendrá apariciones públicas ni grandes conciertos. Es quizás el paréntesis artístico más extenso desde que a mediados de 2009 explotó su fenómeno. El plan es someterse a una nueva intervención y concentrarse en la rehabilitación definitiva de un problema que comenzó con un accidente en la niñez, pero que con los años se ha vuelto más rebelde. "Ese accidente lo generó todo, pero el ajetreo de los viajes ha dañado un poco más el asunto", precisa Américo.

Por tanto, su retorno a la Ciudad Jardín -para abrir una jornada que compartirá con los dominicanos de Aventura- es su última presentación a escala masiva en el país. Tras ello, sólo tiene pactado un viaje a Perú para recibir un reconocimiento y tres recitales en el interior argentino durante marzo.

Por eso, atendiendo al carácter estelar de su regreso al evento, Domingo Jonhy Vega Urzúa, su verdadero nombre, tuvo una preparación intensa. Desde mediados de diciembre ensayó cuatro horas diarias en un estudio de Santiago Centro. Sacó de su agenda los shows de menor escala y sólo la acotó a su paso por grandes festivales, como Olmué e Iquique. Para esta vez, las personas más cercanas que asesoraron su presentación fueron su madre, Leyla Urzúa, y su novia desde hace 13 años, María Teresa Ordenes, las dos mujeres que se han convertido en los pilares de su trayectoria y las dos figuras más cercanas de su círculo de hierro.

Por ejemplo, Ordenes -a quien conoció en un recital en el norte cuando era parte del grupo Alegría- lo ayudó a elegir toda la ropa que mostrará esta noche. A cambio, el ídolo tropical las invitó a los palcos exclusivos de la Quinta Vergara. Un asunto habitual: con ambas vive en una casa a la que se acaba de mudar en Macul. Además, ambas se quedarán en el Sheraton Miramar con el artista. "Me han ayudado en todo. Incluso cuando en algunas ocasiones me he vestido mal, es porque yo mismo elegí la ropa", ejemplifica el artista.

Definida como su "cable a tierra", Leyla Urzúa es, si se quiere, la contraparte del padre del intérprete, Melvin Américo Vega Cadima, quien saltó a la fama cuando en 2010 se paseó por el sector de prensa del Festival ofreciendo su música y promocionando la carrera de otro de sus hijos, al mismo tiempo en que Américo cantaba. Para su show de hoy, tiene contemplada la presencia de músicos populares y un homenaje a Valparaíso. Además, tras Viña piensa volcarse a los negocios en torno a su música.

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