Analistas reducen perspectivas de retornos en acciones brasileras

Aunque las acciones brasileñas sean más baratas, muchos inversionistas temen las impredecibles políticas del gobierno, la elevada inflación y la falta de compromiso con reformas estructurales para impulsar el crecimiento de largo plazo.




Los inversionistas extranjeros regresaron a Brasil a comienzos del 2013 con las mayores compras de acciones en más de dos años, pero enormes apuestas a una caída en los títulos sugieren poco optimismo sobre las perspectivas de la mayor economía de América Latina.

Datos del banco central muestran que la entrada de capital extranjero al mercado de acciones casi se triplicó en el primer trimestre comparado con el periodo previo a US$7.740 millones, más que los flujos netos recibidos en todo el 2012 y el trimestre más fuerte desde fines del 2010.

Pero en una señal de pesimismo sobre el futuro, tanto los inversionistas locales como los extranjeros están también vendiendo en descubierto contra el índice Bovespa o apostando por futuras caídas de precios.

El otrora efervescente Brasil se volvió barato en relación a México, que lo superó en el 2012 como destino de las inversiones extranjeras en acciones impulsado por el optimismo en relación a propuestas reformas económicas.

Pero los flujos hacia México se mantuvieron casi estables en el primer trimestre del 2013, luego de decepcionantes utilidades que reforzaron la impresión de que las acciones están sobrevaluadas.

Brasil continuó atrayendo inversiones extranjeras en abril y mayo, según el operador del mercado de valores BM&FBovespa, en contraste con una caída de las acciones y salidas de los fondos de inversión en el mismo período.

Aunque las acciones brasileñas sean más baratas, muchos inversionistas temen las impredecibles políticas del gobierno, la elevada inflación y la falta de compromiso con reformas estructurales para impulsar el crecimiento de largo plazo y reducir la dependencia de los volátiles precios de las materias primas y la demanda China.

"Definitivamente (Brasil es barato) en un sentido de valuación directa, pero la confianza de largo plazo es todavía mucho peor en Brasil que en México en términos de perspectivas de ganancias de largo plazo", dijo Nick Field, que administra US$24.000 millones en acciones para Schroders Investment Management en Londres.

Brasil debe crecer un 3% este año y México un 3,5%.

Una señal de la preocupación de los inversionistas sobre Brasil es un incremento de los contratos de venta en descubierto del Bovespa y acciones como la petrolera OGX, controlada por el millonario Eike Batista.

Las apuestas en descubierto netas de inversionistas extranjeros en el Bovespa se más que duplicaron desde fines del 2012, según datos de BM&FBovespa, a un récord de 84.120 millones de reales (US$41.540 millones) para extranjeros y fondos de inversión domésticos combinados.

La venta en descubierto consiste en tomar prestada una acción y venderla inmediatamente, apostando a que el precio habrá caído a la hora que el préstamo venza y el inversionistas deba comprar el título. Algunas de esas transacciones acaban en datos de flujos de cartera.

Alvaro Bandeira, socio de la corredora Orama Investimentos en Río de Janeiro, dijo que los contratos de venta en descubierto para el propio Bovespa eran alrededor de tres veces más altos de lo normal pues los inversionistas buscan protegerse en sus compras de acciones.

"Gran parte de eso obedece a un escenario doméstico complicado", dijo. "Tenemos bajo crecimiento, baja producción industrial, bajas ventas minoristas. Todo eso está haciendo que los inversionistas extranjeros protejan sus inversiones en el país con contratos de venta en descubierto sobre el índice".

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