Andrés Benítez, rector U. Adolfo Ibáñez: "Al Consejo de Rectores lo único que le preocupa es cómo repartirse el botín"
La máxima autoridad de este plantel señaló que el Cruch no debiera ser ampliado, sino eliminado. "No nos interesa participar en él, sería validarlo", dice. También criticó la demanda de la U. Católica por la eliminación del AFI, y que las instituciones no estatales del Cruch no reconozcan que son privadas.
La última semana ha estado marcada por el quiebre entre las universidades estatales (Cuech) y privadas del Consejo de Rectores (Red G9), además de la demanda civil que interpuso la Universidad Católica contra el Estado, debido a la eliminación del Aporte Fiscal Indirecto (AFI). El rector de la U. Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez, abordó estos y otros temas de la contingencia universitaria, y criticó que algunos de los planteles del G9 no asuman su condición de instituciones privadas.
¿Qué le parece la división que en estos días muestra el Cruch?
El reciente quiebre del Cruch es una demostración de lo que es: un cartel de universidades que busca apropiarse de los recursos del Estado, en desmedro del resto del sistema. No deja ser curioso que, cuando el país discute las bases del sistema de educación superior, con un proyecto que atenta contra la libertad y calidad, al Cruch lo único que le preocupa es cómo repartirse el botín.
¿Cree que es el fin del Cruch?
Todo lo que ha ocurrido es la constatación de que el Cruch finalmente está unido por las platas. Su naturaleza es capturar recursos. Por eso, dudo que el Cruch termine. Una vez que esté resuelto eso de los recursos, seguirán como siempre.
¿Cuál fue su impresión de la demanda civil que interpuso la UC?
El rector (Ignacio) Sánchez dice que todo el problema se produce por lo que llama un reparto no "equitativo" de los recursos del AFI. ¿Cuál es el problema? Que la Ley de Presupuesto no le asignó nada a la U. Católica. Entonces, demandan al Estado por aquello. Para la U. Católica lo equitativo se reduce al Cruch, que representa un porcentaje menor de los alumnos del sistema. O sea, están actuando en beneficio propio, lo que es grave, porque, de paso, validan algo que es insólito: que es aceptable que los recursos se los quiten a otros, pero no a ellos. Eso no es actuar por principios, sino por intereses propios. Cuando el año pasado redujeron a la mitad el aporte del AFI y repartieron el excedente entre el Cruch, la UC no dijo nada, aun sabiendo que era un abuso para el resto del sistema. ¿Por qué? Porque le llegó plata. Si este año hubiera sucedido lo mismo, no hubieran presentado su demanda.
¿Sintió deslealtad?
Mientras están preocupados por el reparto del botín, las privadas del Cruch han olvidado principios básicos, como son la defensa de la educación privada y la libertad de enseñanza. De paso, han avalado un proyecto educativo que saben que es malo, que atenta contra la libertad y la calidad de la educación. Es tanto el temor a salir del Cruch, que parecen dispuestos a vender su alma a un proyecto que busca estatizar la educación chilena, desconociendo la historia y aporte de la educación privada.
El G9 plantea que no son instituciones privadas como el resto...
El miedo a que los saquen del Cruch, que es el miedo a que los saquen del reparto de los recursos, los ha llevado a renunciar a principios básicos de valores e historia. Jamás han defendido su condición de privados. Simplemente, han inventado esto de que tienen un rol público. Somos tan privados como ellos y nadie dudaría de la calidad de la U. Adolfo Ibáñez y de que no lucramos. Si bien, de tiempo en tiempo, el rector Sánchez hace declaraciones pomposas en contra del proyecto, en los hechos actúa justo en la dirección opuesta. Por ejemplo, fue la primera universidad que aceptó la gratuidad por glosa, sabiendo que con ello estaba avalando un proyecto educativo que iba contra los principios de libertad que dice defender. A mi parecer, eso fue muy grave.
¿Por qué no se sumó la U. Adolfo Ibáñez a la gratuidad?
Cuando fuimos citados al Mineduc, para ofrecernos entrar a la gratuidad, el director de educación superior de la época, Francisco Martínez, nos dijo que la UC había salvado el proyecto, que hasta ese momento estaba muerto. Fue, a mi juicio, un error histórico de la U. Católica. Hay que entender que en ese momento el proyecto era contrario a todos los principios de la libertad de educación. Se fijaban las tarifas, cupos, etc. Eran normas de control que iban mucho más allá de lo prudente. Pesa a ello, la UC no dudó en aceptar la gratuidad primero que todos, dando una señal muy equívoca de lo que realmente cree. A nosotros nos ofrecieron entrar a la gratuidad a cambio de devolvernos el AFI. Nos dieron a entender que era un buen negocio para nosotros, porque recibiríamos más plata de las que nos quitarían. Pero no dudamos en rechazarlo. Sabíamos que lo que buscaban era comprar un apoyo a una mala reforma.
¿Cree que el Cruch debería ser modificado y ampliado?
Hay que eliminar el Cruch. Nosotros no queremos pertenecer a él. Queremos que se acabe. Algunos rectores han planteado que otras universidades serias podrían ingresar, pero siempre hemos dicho que no nos interesa participar, porque sería validar el Consejo de Rectores. Esa es la diferencia cuando uno actúa por principios. Se requiere de una nueva instancia en la que estén todas las instituciones, que a su vez representan a todos los alumnos. El Cruch representa al 30% del sistema.
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